23/11/13

EN EL CAMPING... (PREMIUM)..

Dedicado a Víctor...



Era pasado el mediodía, hacía bastante calor. El auto de papá estaba cargado con todos los implementos necesarios: carpas, sacos de dormir, una cocinilla, lámparas, abundante agua envasada y todo lo necesario para un fin de semana de camping.
Era normal que saliera con papá, ya que mi hermana y mamá no compartían su hobby; la pesca, así es que yo era su compañero de aventuras, junto con Víctor, un compañero de trabajo de papá y que también compartía su afición.
Nos despedimos de la familia y salimos rumbo al lago. Era jueves, así es que tendríamos hasta el domingo para estar disfrutando de la naturaleza. El lago quedaba a unas tres horas de camino desde la casa, pero debíamos pasar por Víctor antes de emprender nuestro destino. Íbamos bien contentos, con la radio del vehículo funcionando a alto volumen. Alrededor de media hora de camino para llegar al domicilio del amigo de papá, luego casi una hora y media hasta llegar al último puesto de abarrotes antes de emprender viaje por parajes casi desolados, por no decir abandonados, bosques, ríos y riachuelos y por fin, la esplendorosa vista de las azules aguas del lago.
Descargamos el vehículo y comenzamos a armar las carpas. El aire fresco y húmedo del lago junto con el aroma de los pinos y la hierba verde llenaban los pulmones. El lugar donde solíamos ir, era un punto del lago donde no llegaba prácticamente gente, ya que la playa propiamente tal estaba al otro lado donde había hostales y campings establecidos. Papá prefería la naturaleza más calmada y eligió ese lugar precisamente por eso. Era ya tercer año consecutivo que acudíamos allí mismo, sobre todo en los fines de semana largos como este o para vacaciones.
Papá llevaba puesto una bermuda y una camisa de manga corta, zapatillas y un jockey, yo un short y polera, lentes de sol bien oscuros y un jockey, Víctor por su parte, vestía un pantalón de camuflaje con grandes bolsillos en sus muslos y una ajustada polera verde oliva, un jockey tipo kepí y zapatillas. Aún conservaba en su vestimenta su paso por la milicia, donde estuvo casi por una década. Con 34 años, se conservaba en perfecto estado físico: brazos y pectorales bien definidos, espalda ancha, glúteos firmes, abdomen plano y piernas fuertes lo hacían parecer un militar. Sus ojos cafés claro y la piel de su cuerpo color canela, junto con su cabello negro y corto lo hacían un tipo sumamente atractivo y una delicia para quienes gustamos de los cuerpos masculinos bien formados y dotados. Era sumamente adicto al deporte, y según él, le gustaba verse y sentirse bien.


Una vez armado el campamento y antes de anochecer, entusiasmados decidieron ir a probar suerte en la orilla del lago, mientras yo decidí ir a explorar los alrededores del bosque. Conocía el lugar y no había cambiado en realidad desde la última vez que estuvimos allí un par de meses antes: a unos doscientos metros del campamento, entre la maleza que fabricaba verjas naturales estaba el grueso tronco de pino caído, que dejaba en uno de sus costados un claro de hierba corta y suave, era como una pequeña habitación preparada por el bosque mismo. Me cercioré de que el lugar estaba absolutamente solo y resguardado, limpié un poco el suelo de las hojas secas y volví al campamento con una sonrisa en los labios. Recorrí otro poco y me aseguré que no había realmente nadie cerca. Caminé hacia la playa sigilosamente, ya que según papá, los peces sentían los pasos y se espantaban. Abracé a papá y el respondió con una caricia en mi cabeza alborotando mi pelo, luego abracé a Víctor y este respondió con una caricia en mi espalda…
— ¿Dónde estabas?—Preguntó papá en voz baja.
—Recorriendo los alrededores, viendo si había algo extraño, animales o bichos…
— ¿Y está aún el pino caído en el claro?— Preguntó Víctor con un aire de ironía.
— Sí, donde mismo, se nota que nadie va por esos lados…—le respondí en el mismo tono, a lo que él sonrió…


Unos meses antes, en nuestro penúltimo camping, ese lugar fue el sitio donde comenzó una “amistad secreta” entre Víctor y yo. Algo más que una amistad, ya que en ese lugar Víctor me hizo su amante y me enseñó cómo satisfacer a un dotado activo, oral y analmente. Por supuesto papá ni sospechaba la situación, sólo se alegraba que me llevara tan bien con su entrañable amigo, que me doblaba la edad.
Nos dirigimos hacia las carpas con la pobre pesca; una trucha y cuatro pejerreyes, afortunadamente yo había llevado abundante merienda: galletas, pan envasado, queso y jamón, jugos y leche. También fruta, té y café…estaba acostumbrado a que después de todo había que comer lo que se llevara de casa. Mientras papá preparaba los pescados, Víctor prendía una escuálida fogata, parecían niños entusiasmados en esas faenas.
—Después que ustedes cenen, yo iré al lago…el agua es tibia en la noche…así es que me daré un baño antes de dormir…
—Yo te acompaño…también me gustaría nadar antes de dormir…—dijo Víctor.
—Me gusta la idea, yo también iré con ustedes…—dijo papá arruinando mis planes…y supongo también los de Víctor…
Estaba oscuro y sólo se veían algunas luces al otro lado del lago. Me quité la polera y el short y me metí al agua sólo en bóxer. Papá y Víctor hicieron lo mismo. El agua no estaba realmente tibia, pero a esa altura qué se iba a hacer. Jugueteamos un poco, primero con papá y luego con Víctor… Cuando me sumergía, tocaba y besaba su paquete, como estaba muy oscuro, sólo se sentían risas y el chapoteo. Mis intenciones eran claras, hacerle saber a mi amante que le tenía ganas y por supuesto él reaccionaba acariciándome o sujetando mi cabeza sobre su pubis, abrazándome mientras me punteaba con su verga que comenzaba a ponerse dura. Como los juegos eran sólo entre los dos, papá se quedó un rato más y se salió. Con Víctor no pudimos conversar mucho, pero para que no fuera tan evidente que queríamos estar solos, nos salimos al rato y volvimos al campamento. Papá estaba desnudo secándose y predisponiéndose a ponerse ropa seca, hice lo mismo y Víctor, un poco más “recatado” lo hizo en el interior de su carpa…


Procedieron a avivar la fogata y a preparar algo para comer, como yo ya había comido, les comuniqué que estaba cansado, tenía frio y que quería dormir. Me metí en mi carpa y me dispuse dentro del saco de dormir, desnudo, pensando en lo que había sucedido, no pude evitar tener una gran erección. Mientras aún los sentía hablar, comencé a masturbarme pensando en que pronto mi cuerpo pertenecería a Víctor, lo imaginaba besándome y mamando mis tetillas, como lo había hecho unos meses atrás. Me introducía los dedos en mi agujerito mientras me hacía la paja suavemente para no meter mucho ruido, pero mi grado de excitación fue tanto, que en un par de minutos abundantes chorros de semen me embarraban hasta el pecho, mientras en mis dedos sentía cómo mi ano se contraía y el placer fue inmenso. Me limpie y me dormí.
Era casi mediodía cuando desperté, me levanté y en nuestro campamento no había señales de vida. Abrí la carpa de papá y este dormía placenteramente, luego me fui a la de Víctor y él estaba dormido sobre su barriga, con la pierna derecha semi-flexionada, el brazo izquierdo pegado al cuerpo y su brazo derecho flexionado con su mano casi tocando su barbilla. Desde atrás pude ver el bóxer negro que vestía cómo se abultaba en el lugar donde yacían sus testículos redondos y suaves. Muy tentado estaba de tocar, besar, lamer, pero no era apropiado porque podía despertar papá…
Me dirigí al auto en busca de mi cepillo dental y lavé mis dientes, luego lavé mi cara con un poco de agua potable y algo se me ocurrió…
Volví al campamento y me dispuse a preparar algo para desayunar, el ruido despertó a mis compañeros y salieron de sus respectivas carpas desperezándose y limpiándose la cara.
— ¡Buen día…! A lavarse la cara y las manos para desayunar…—esa era la frase típica de mamá cuando nos despertaba de buen humor.
El sol estaba radiante, pero no hacia tanto calor, el aire húmedo de las cercanías del lago bajaban la temperatura haciéndola muy agradable. Papá se vistió con su bermuda y la camisa sin abrochar, por lo que dejaba ver su abdomen abultado y lleno de negros pelos, Víctor en cambio, sólo se quedó usando su bóxer, mi tentación, ya que caminaba y sus genitales saltaban al ritmo de su paso, y la verga que descansaba hacia su derecha era mi obsesión, y él consciente de esto, pasaba caminando muy cerca mío y acomodaba su paquetón con la mano.

Volvían del lago después de darse un baño y planeando su tarde de pesca, cuando llamé a papá desde el auto…
—Mira, el neumático trasero está perdiendo aire…
Una palabrota salió de la boca de papá mientras se llevaba la mano a la cabeza…
—Creo que deberías ir al pueblito a parchar, porque de vuelta y con el auto cargado no vamos a alcanzar a llegar—dije en un tono de que esto sería la única solución, mientras Víctor refregaba su barbilla con los dedos como aprobando mi consejo…
—Parece que el neumático de repuesto también está desinflado…— contestó papá…
Al final, decidió partir al pueblito y arreglar el problema, qué más se podía hacer…
—Aprovecha de traer pan y algo más para comer, pueden ser huevos…y si puedes traes papas fritas…— le dije en un tono afable mientras subía al auto no con la mejor de las caras…
Mientras el auto se perdió en la curva hacia el camino principal, me quedé un rato más observando, cuando las manos de Víctor se posaron suavemente en mis hombros y comenzaron a bajar lentamente por mis brazos…luego me tomó de la cintura y me abrazó fuertemente contra si…
—Sí que eres tamaña zorra…eso fue completamente planeado…— me dijo al oído mientras me apretaba más contra él y me punteaba con su bulto en la raya entre mis nalguitas…
— ¿Por qué piensas eso…?— le dije mientras con mi mano tocaba el caliente paquete encerrado en su bóxer negro. Giré lentamente y lo abracé con fuerza…quedando mi boca frente a su boca, mientras con suaves movimientos circulares de mi pelvis tocaba mi miembro con su paquete que comenzaba a reaccionar… nos besamos apasionadamente, su lengua entraba en mi boca y sus labios apretaban los míos dejándolos húmedos y con sed de más de sus besos…En unos minutos ya estábamos en el claro del bosque, nuestro lugar oculto y secreto…
—Anoche después que Ignacio se durmió vine aquí…pensé que tú vendrías…—me decía bajito mientras sostenía con sus manos mis mejillas y el aire caliente de su respiración entraba en mi boca…


—Me dormí… pero lo hice pensando en ti, mi amor…— le contesté con los ojos cerrados, mientras él seguía besándome y yo recorría con mis manos su espalda y cintura, y palpaba también la verga cada vez más dura que quería salir de su prisión de tela…
Me besaba con lujuria, y mientras yo me abrazaba de su cuello, con sus manos me atraía más hacia él…Aún de pie, hábilmente sacó mi polera y quitó mi short, quedando ambos sólo vistiendo bóxers…
Víctor metió sus manos debajo de mi bóxer tomando con sus manos mis nalgas y las abría con fuerza, me apretaba, me levantaba del suelo con sus fuertes brazos y con mi cuerpo pegado al suyo sentía su gran erección y como si una corriente me recorriera desde la nuca hasta los pies.
Bajó besándome el cuello y comenzó lo que más me prendía: me mamaba las tetillas y apretaba los pezones con sus labios, alternando besos, chupadas y lamidas, mientras sus gruesos dedos comenzaban a abrirse paso en mi apretado culito, era una locura, me sentía casi a explotar de placer…
Estuvo así un rato, asegurándose de que ya no me negaría a nada, pues la calentura me tenía casi jadeando…puso sus manos sobre mis hombros y con gentileza comenzó a hacer presión hacia abajo, señal clara de que me tocaba a mí darle placer con mi lengua y mis labios…
Me arrodillé quedando frente a su pene erecto a más no poder, se marcaba groseramente hacia delante y una mancha húmeda había en el lugar donde punteaba el glande. Puse mis labios en su bóxer y comencé a hacer presión con mi lengua…él no tardó mucho en interrumpir este jueguito sacándoselos y ofreciéndome su verga desnuda. La tomé con mi mano y jalé el prepucio suavemente hacia atrás…Abundante secreción cristalina salía de ese ojito y ya tenía húmeda toda la cabeza marrón rojiza, y el resto de su miembro palpitante…La lamí largo rato para saborear todo ese liquido de pasión que manaba de mi amante, metí la punta de su verga en mi boca, succionaba y apretaba con mis labios, cosa que lo hacía suspirar y ahogados quejidos se escapaban de su boca…
—…Esooo, mi amor…Eso es…Ohhhhh!!!, así me gusta…trágatela toda, mi vida…—decía mientras yo hacía el esfuerzo de que con cada movimiento entrara mas profundo en mi garganta, hasta sentir sus pelos en mi nariz…me la estaba tragando toda, como él me pedía…
Con mis manos tocaba sus testículos, llenos de deliciosa leche que quería saborear; sus piernas y sus músculos que se marcaban con cada movimiento, y sus glúteos que se apretaban y volvían a su estado de relajo cada vez que entraba y salía de mi boca…
Sus quejidos se fueron convirtiendo en jadeos, y bruscamente separó su verga de mis labios, estaba más maciza que antes y asumí que ya se venía…pero él quiso controlar un poco la situación para no acabar todavía…se agacho frente de mí y me besó…
—No quiero irme cortado todavía…—me dijo—…Primero quiero culearte y quiero dejarte lleno tu culito de leche…— Sus palabras me calentaban aun más…
Me quitó el bóxer y me acosté de espaldas en la hierba fina de nuestro refugio, Víctor se echó sobre mí y comenzó de nuevo a mamarme las tetillas fue bajando de a poco hasta llegar a mi pene, lo limpió un poco con su mano y me dio una mamada espectacular que casi me hace acabar…Luego levantó mis piernas e introdujo su lengua en mi agujerito, lamiendo y mordiendo suavemente mis nalgas blanquitas y sin pelos, sentía su lengua abriéndose paso dentro de mí…


Imprevistamente y aprovechando mi posición, puso mis piernas sobre sus hombros y dirigió su glande buscando mi esfínter, lo pasó por mi rayita hasta encontrar el hoyuelo e intentó entrar con fuerza, pero no estaba tan lubricado ni dilatado por lo que un grito de dolor escapó de mi garganta…
—Te dolió mi amor…es que quiero aprovechar lo estrechito que estás…quiero que sientas bien mi verga…— dijo mientras se ensalivaba el glande y echaba otro poco de su saliva en el agujero de mi culito…Dirigió nuevamente su estoque y comenzó a empujar con fuerza hasta que mi esfínter cedió y fue abriéndose paso hasta lo más profundo, hasta sentir sus bolas pegadas en mis nalgas y la base del pene palpitante en la entrada de mi hoyito…se quedó así un momento, sin moverse, hasta que mi culo se abriera, pero yo apretaba suavemente el esfínter para sentir la dureza de su miembro…con cada apretón que hacía, un ahogado y suave quejido escapaba desde su pecho.
—Me encanta tu culito…ese culito que va a ser sólo mío,  yo voy a ser el único que te lo va a abrir…Oh…!!! Mi amor…eres mejor que cualquier putita…
—Si…mi amor…mi hoyito es tuyo y solamente para ti…mi culito está hecho para tu pija…mi amor…y quiero que tu pija y tu leche sean solamente para mí…desde ahora yo soy su dueño…— le respondía entre susurros. Sus palabras me provocaban más y más…
Comenzó con suaves movimientos pélvicos, largos y lentos, alternándolos con movimientos cortos y rápidos y también movimientos circulares que me hacían gimotear de placer…Estábamos en los umbrales del éxtasis cuando el ruido de la maleza y el crujir de las hojas secas en el suelo llamaron nuestra atención…
—Hay alguien tras los arbustos…alguien nos está mirando…— me dijo mientras detuvo la faena del mete y saca…
Precisamente, una persona agazapada estaba espiándonos tras los arbustos a unos ocho metros desde donde estábamos. Esa situación congeló mi libido, pensé que quizás papá había regresado y mil cosas más…
— ¿Qué hacemos…?…volvamos al campamento…o… mejor al lago, volvamos al lago… ¿Y si es papá?…
—No, no es Ignacio…lo vi cuando llegó…hace rato, es un tipo joven, pero no sé quién es…— me dijo con seguridad Víctor, quien con todo y eso aún seguía erecto dentro de mí…
—¿¿Te animas a que le demos un espectáculo??— me dijo y comenzó de nuevo a culearme con pasión, ahora sí con sonoros gemidos de placer y exagerados movimientos…por mi parte me gustó la idea y comencé a expresar mi placer de la misma manera, con sonoros gimoteos…
Víctor haciendo gala de su buen estado físico, se apoyó en la punta de sus pies, y sus brazos como haciendo flexiones comenzó a penetrarme suavemente hasta el fondo y luego la sacaba casi por completo, veía su grueso miembro salir y después perderse por completo entre mis nalgas. El sudor de su frente caía en mi cara, así es que cambiamos de posición: me arrodillé frente a él y poniendo mi pecho en el suelo, abrí mis piernas y con mis manos abrí mis glúteos ofreciéndole el culito bien levantado…Se puso tras de mí, y comenzó a penetrarme, me tomó de la cintura y se movía como potro salvaje, me descorchaba y volvía a entrar con rudeza, me ensalivaba y volvía a meterse dentro de mí…Después, me puse en posición de pie con el tronco inclinado y las manos en el suelo, como el “pollito”…Estuvo dándome así un rato hasta que comenzó a acelerar sus movimientos, a hacerlos más intensos y más cortos…Podía ver cómo de mi pija salía un largo hilo espeso y trasparente que caía hasta el suelo, sin cortarse…
—Me vengo…Oh…voy…me voy…voy a acabar… AHHH!!, Ahhh!!!...
En un rápido movimiento me salí de él, como Víctor estaba de pie, me agaché y puse mi boca para recibir la leche que venía…él dirigió su verga a mi cara y poderosos chorros de semen espeso, blanco y caliente fueron a dar en mi boca, en mi cara…seis…siete chorros que fueron a dar hasta en mi pecho…Aún no terminaba de eyacular y me lo metí a la boca…no quería perder una gota de ese delicioso néctar que Víctor me daba, lo mamé y chupe, lamí y limpie todo su pene, con mi mano exprimí hasta la ultima gota de leche de su glande para echarlo en mi boca…saborearlo…tragarlo…me encantaba…Lo mamé hasta que perdió su turgencia…
—…Te pasaste…Qué culión nos acabamos de dar…Uf!!! Me dejaste adolorido…déjame un poco, porque quiero mear…
—Espera…—le dije, aún arrodillado frente a él—…Por qué no me marcas, si soy de tu propiedad…
Él sonrió con malicia, y se acercó un poco más, tomó su miembro y lo dirigió a mi rostro…cerré los ojos y entreabrí la boca…sentí su orina caliente en mi cara, inundando mi boca y corriendo por mi pecho y barriga…ardiente, recorriendo mi cuerpo, saliendo del suyo…excitante…la junté en mi mano y mojé mi pene con ella, bastaron un par de movimientos para que yo llegara al éxtasis, un orgasmo interminable que se incrementó en sensaciones con el ardor en mi ano recién penetrado y sensible…Fue la sensación de placer más extrema que me había tocado vivir…mientras las últimas gotas de Víctor caían al suelo ya sin presión…
Me eché hacia atrás acostándome en el pasto…me importaba un pepino si había alguien mirando, incluso si fuera mi papá…me había descubierto sexualmente y era lo que me gustaba, y fuera como fuese, de una u otra forma lo iba a hacer…
Víctor se acostó a mi lado y me abrazó…


—Te daría un beso…pero tienes la cara con meados…— dijo, y comenzamos a reír. ¿No crees que fue demasiado?— me preguntó—, pero mi respuesta fue un profundo suspiro…
Nuevamente sonaron las ramas y hojas secas, el espía se retiraba raudamente por entre los pinos y arbustos…a lo lejos divisamos un hombre joven, pero ya Qué importaba…
Nos incorporamos para irnos al lago, pero antes fuimos a ver el lugar donde el tipo estaba escondido, supuestamente donde no le veíamos…llegamos y entre los arbustos había restos de papel higiénico y aún colgaban entre las ramas y en el suelo algunas perlas blancas producto de la eyaculación del fisgón… Nos echamos a reír y nos fuimos al lago…Nos bañamos y me aseguré de quitar los restos orgánicos de mi cuerpo, Víctor hizo lo mismo…en el agua también nos besamos y abrazamos con fuerza. Salimos y nos fuimos desnudos, abrazados hasta las carpas.
Entré en mi tienda y sin vestirme me acosté, Víctor entró tras de mí y se tendió a mi lado…me puse de lado, él me abrazó por atrás muy pegado a mí y me venció el cansancio…
Me dormí, no sé cuantos minutos pasaron, pero desperté cuando el duro y grueso glande de Víctor palpaba entre mis nalgas buscando nuevamente mi ano. De un golpe comenzó a penetrarme, y lo sentía más gordo que antes, la punta carnosa y dura rozaba mi interior haciéndome responder con una gran erección. Él tomó mi pierna y la levantó, y en esa posición sentía como empujaba el punto más sensible y erógeno de mi recto, bajé mi mano y tomé su bolsa testicular, sintiendo como comenzaban a ascender preparando otra eyaculación…en rápidos movimientos sentí los espasmos de su miembro y cómo se inundaba mi interior de ese rico calor húmedo de la leche de macho, fueron tantas pulsaciones que sin tocarme siquiera eyaculé lanzando mi semen casi hasta mi cara…
Los suspiros y gemidos inundaron la tienda…Víctor se quedó dentro hasta que perdió la erección y su pene salió solo de mi interior…me acosté casi de boca abajo, para asegurarme de que ni una sola gota de esa apreciada leche saliera de mi interior…nos quedamos otro rato así, hasta que Víctor se levantó y se fue, no sin antes darme un apasionado beso…Me dormí nuevamente…
Desperté cuando el ruido del auto de papá estaba ya en el campamento…me vestí y me levanté…lo saludé con cariño, mientras Víctor venía desde el lago con un recipiente con varios peces…Solamente sonreí…
—Estaba pinchado, tenía dos clavos…—nos explicaba papá con alivio…Inocente…Si supiera…
    ¿Ustedes ya comieron…? —nos preguntaba mientras bajaba algunas bolsas con alimento.
—Si…yo ya comí…— le respondí —…pero igual tengo algo de hambre…
— ¡…Tú no te cansas nunca de comer…!— dijo papá en tono divertido, a lo que me eché a reír…cuando mire a Víctor, este reía aún más divertido…
Al otro día, sucedieron muchas cosas… pero las voy a contar en otro capítulo… a pedido de ustedes…











SUCEDIÓ UNA TARDE...

Una tarde no planeada...




Uno nunca sabe lo que el destino le tiene preparado en un día que más bien ha sido aburrido pero que la tarde se va a convertir en momentos memorables.
Esto me sucedió hace poco tiempo en mi ciudad. Un día en que a pesar de ser ya casi las 3 de la tarde, un calor sofocante y nada que hacer me llama un primo para que le acompañe a dar una vuelta por las afueras ya que debía darle un recado personal a una amiga de su esposa. Le digo que si y él queda de pasar a buscarme en su auto en 20 minutos.
Me doy un duchazo rápido para bajar el calor que tenía, me pongo unos bóxer, bermudas y una camiseta fresca. Al rato, mi primo Javier pasa por mí y salimos hacia las afueras.
Al llegar al lugar nos encontramos a un hombre y dos mujeres que conversaban bajo un árbol, una de ellas era la persona que Javier buscaba y el esposo de la otra mujer era un conocido mío que hacía varios años que no veía, cuando él me vio se vino al carro de Javier a saludarme y Javier fue a hablar con la persona que buscaba que resultó ser cuñada de Andrés, mi conocido.


Andrés, quien ahora está un poco grueso, ya no es el flacucho que era cuando dejamos de vernos, me presentó a su esposa, sus 2 hijos pequeños y nos quedamos conversando cerca del carro de Javier. Andrés andaba vestido únicamente con un pantalón corto de mezclilla y unas sandalias. Quizás por el calor no llevaba camisa. Él es un hombre de unos 37 años, muy blanco, ojos claros, su piel muy bronceada. Me di cuenta que no llevaba ropa interior ya que levantó su pierna derecha sobre una roca grande que estaba frente a él y pude observar parte de la cabeza de su pene que salía por entre el pantalón corto que llevaba.
Le hice saber lo que había visto:
- Andrés se te está viendo la cabeza de tu verga por un lado del pantalón…
-¿Ah, si? no me había dado cuenta, es que no llevo ropa interior – Pero no bajó su pierna.
Seguimos conversando y me daba cuenta que ya no sólo era la cabeza de la verga lo que salía de su pantalón corto sino una parte de esta, por cierto bien gruesa, obvio que se estaba poniendo cachondo y dice:
- Ernesto, me estoy poniendo cachondo, es que me gusta como me miras mi verga…
- ¿Te gustaría que te baje la excitación? Si quieres vamos a comprar unas cervezas sólo los dos. Le pido prestado el auto a Javier y buscamos un lugar cerca.
Le dije a Javier, me dijo que si, con una mirada extraña. Andrés se sentó en el asiento del acompañante y poco después que arranqué el auto se sacó el pene, de unos 16 cms., grueso, circuncidado, en verdad muy apetecible, me gustó mucho.
- Tócalo…
- Está bien duro, ¿Quieres sacar el mío?
- Claro que quiero ver eso que se nota lo tienes bastante grande y queriendo salir de su encierro…
Andrés bajó mi cremallera, soltó el botón de mi pantalón y sacó mi pene…
- Guao Ernesto, estás muy bien dotado, mucho más que yo, y que grueso lo tienes, ¿dejas que te mame?
- Dale…dale…
- Y empezó a chuparme muy rico metiéndose en la boca un buen trozo de mi verga.
- Que rica verga, recién bañadita.
- ¿Te gusta?
- ¿Sabes? siempre quise hacer esto contigo.
- Lo sé, y yo también lo quería, al fin se nos dio.
Entramos a una parte desierta de la carretera, nos bajamos del carro y empezó una de las culeadas más deliciosas que he tenido. Nos chupamos las vergas de ambos, el ojete, las tetillas, la verdad todo el cuerpo, estábamos demostrando que nos teníamos unas enormes ganas mutuas, era obvio lo que habíamos dicho antes. Después de un buen rato de chupeteos y de ponernos bien cachondos Andrés me pregunta:
- Ernesto, ¿traes condones?
- Siempre ando, ¿Qué quieres?
- Quiero que me des una buena enculada, hace años que nadie me ensarta una buena verga y si tú quieres hoy se me dará…
- Con todo gusto, pero la tienes que aguantar toda, ¿si?
- Claro, me tienes calientísimo, ¿cuánto te mide?
- 21 cms.

- Ni para qué pregunto si de todas maneras me va a doler y la quiero toda dentro de mí.
- Pues ya te la entierro todita…
Andrés recostó su pecho sobre la parte delantera derecha del auto, con sus manos se abrió sus nalgas mientras yo me ponía el condón y como no teníamos gel, cada quien se ponía un poco de saliva en su parte sexual.
- Ernesto, ten cuidado al meter, como te dije hace varios años que no me meten una buena verga y la tuya es de cuidado…
- Tendré cuidado – y empecé la metida suavemente -
- Así, así, que rico se siente – se la iba ensartando poco a poco hasta que se la metí completa
- Andrés, pero parece que no te dolió, te entró más rápido de lo que pensaba…
- Eso crees, me dolió muchísimo pero me aguanté, ¿Es que crees que un vergón como el que te cuelga es fácil de aguantar? Pero lo que sí es que está delicioso, siento como la primera vez cuando tu primo Javier me desvirgó…
- ¿Hablas en serio, Javier te desvirgó?
- Claro que si, estábamos en secundaria, muy jóvenes pero cuando me lo hizo me dolió muchísimo, quizás porque para ambos fue la primera vez, yo le desvirgaba la verga y él me desvirgaba el culo…
- ¿Y…te gustó?
- La verdad no tanto aunque en esos tiempos se podía hacer sin condón y lo que sí me gustó fue la cantidad de leche que me dejó dentro, muchísima que vi más tarde cuando evacué con un poco de sangre, pero quedé dolorido por varios días.
- ¿Y mi verga…te gusta tenerla dentro?
- Me encanta, es la segunda que me ensartan, va quedando en familia.
Mientras me contaba esto ya yo estaba trabajando su culo, le estaba dando fuerte y se notaba cuánto lo estaba disfrutando, a mi me excitaba mucho lo que me hablaba mientras me lo cogía
- Javier la tiene un poco menos grande que la tuya pero las muchas veces que me ensartó después ya fue muy rico, hasta que ya nos hicimos de novias y no volvió a pasar
Durante los siguientes 10 minutos Andrés demostraba cuanto le estaba gustando la ensartada que le estaba dando: se quejaba de placer, sus gritos se escuchaban como a 1 km de distancia, me pedía que le diera fuerte, decía frases que me hacían querer tener un pene mucho más grande para meterle…
- Que rica verga Ernesto, dale, méteme más, hasta la bolas si puedes, que delicia, me vas a hacer ver estrellas


- Es tuya mi rey, cómetela toda
- Dámela toda, sácala toda y vuélvela a meter, hazme sentir que te gusta culearme como a mi me gusta que me estés partiendo el culo…
- Allí te va, es toda tuya, apriétala así, que rico culo…
- Ernesto, me estás haciendo venir, uyyyy, uyyyy, que rico, que rico, clávame, ahhhh, más, más…
Lo más delicioso de todo es que Andrés no se estaba masturbando ni yo se lo hacía ya que sus manos las tenía en mis nalgas para hacer más fuertes las embestidas. De repente su leche empezó a salir gracias a la presión de mi verga dentro de su culo, lo que pude comprobar después cuando sobre la tierra había gran cantidad de su leche regada por todas partes y mientras eso pasaba yo estaba tirando adentro del condón una gran cantidad de leche porque cuando Andrés se venía me apretaba más fuerte mi verga y me estaba haciendo venir con mucho placer…
- Allí te va mi rey, que estoy dando mucha leche, si, si, aprieta así que yo me estoy viniendo, ahhhhhh, así, así, que delicioso culo…
Cuando esto ya había pasado, le saqué la verga del culo y ambos vimos la cantidad de leche que yo había dejado.
- Ernesto, ¿Sólo traías un condón?
- No, siempre cargo varios,
- Es que quiero culearte, ¿te dejas?





- Como premio te dejaré culearme rey
Después de un rato de estar masajeando nuestros penes, volvieron a crecer, nos chupamos mutuamente, Andrés me pide que me siente en el sillón trasero del auto, ponga mis piernas hacia arriba que quiere verme bien el hoyo. Lo mira detenidamente…
- Me encantan los pelos de tu culo
- Y te digo algo, me vas a desvirgar ya que nadie me ha metido nunca una verga, así que hazlo con cuidado
- Primero te lo voy a chupar para hacer que quieras verga, que me pidas verga y aunque sé que no tengo una gran vergota quiero que estés bien caliente para cuando te la meta
- Andrés, pero la tienes gruesa.
- Lo sé pero verás que te va a doler poco.
Andrés empezó su trabajo de desvirgue de manera muy sutil, después de una chupada prolongada lo que me excitó grandemente empezó a meter su verga muy, muy despacio. La sacaba para volver a utilizar su lengua logrando excitarme a extremos, esto lo hizo varias veces hasta que logró que yo tuviera dentro todo el pedazo que me ofrecía, de verdad casi sin dolor, pero sí sentía un poco de molestia
- Andrés…me arde un poco
- Lo sé, y veo las manchas de sangre que están en el condón, pero pronto se te pasará, ya verás, en unos días vas a querer otra ración
A los pocos minutos Andrés ya me estaba metiendo y sacando su verga completa y no sentía dolor, había logrado excitarme mucho y con su mano derecha me masturbaba para que sintiera más rico, hasta que me grita
- Ernesto, ya casi me vengo, ya, ya, ahhh, ahhhh, uyyyyy que delicia, que delicia
- Dame tu leche mi rey, todita, si, si
- Es tuya, ahhhhhh, ahhh
Después de venirse sacó su pene y se metió el mío en su boca, haciéndome una mamada que me hizo venirme en su boca y cómo me gustó… Andrés sí que sabía como hacer sentir que otro hombre disfrutara con él. Me dejó la verga limpísima.
- ¿Te gustó?
- ¿Qué si me gustó? Me encantó, tu culo, tu verga, tu boca, todo me hizo ver constelaciones de placer. Eres un excelente amante
- Gracias, tu eres fabuloso también y me gustaría volver a repetir
- Y ¿qué te parece si incluimos a Javier y hacemos un trío de placer?
- ¿Crees que él acepte?
- Por la mirada que me dio cuando le pedí las llaves del auto para supuestamente ir a comprar las cervezas, que por cierto debemos llevar, le vi las ganas que sentía de ser él en vez de mí el que fuera contigo
- Ah, y hasta ahora lo dices
- Claro, sino me hubiera perdido de estar contigo y te deseaba a gritos
- Pues si es así, entre más pronto mejor, ahora le dices a ver si acepta
- Bien, pero una pregunta Andrés, ¿Tú…desvirgaste el culo de Javier?
- Nunca quiso que yo le diera verga, me decía que él era el hombre…

Cuando hablé con Javier…(continuará)



MI PRIMO ME TENTÓ...

Mi primo me hizo caer de nuevo en tentación..







Empezaré diciendo que  tengo 20 años y hasta los 16 años fui completamente heterosexual. Gracias a dos compañeros del colegio,  mi forma de pensar cambió, pero al terminar mis estudios me dejé de ver con ellos y a pesar de que ya no me atraían las mujeres nunca intenté buscar ni tener algo con ningún chico. Habían pasado casi 5 años desde que terminé el colegio y los recuerdos de lo que hacía con mis compañeros me acompañaban de vez en cuando en las noches, pero no lograban encender la lujuria en mí. Durante esos cuatro años me convencí de que, lo que había pasado sólo había sido un escape de la realidad y que no ocurriría de nuevo... Era diciembre y mi familia me invitó a pasar las festividades con ellos, llevaba mucho tiempo sin pasar tiempo con mi familia así que acepté.
Decidimos pasar 24 y 25 en una casa finca familiar que quedaba cerca a la ciudad, así que allí fue el punto donde me encontré con mi familia. Cuando llegué, toda la familia estaba junta y tenían algunos de sus amigos pero quien más me llamó la atención fue mi primo Alberto.
Llevaba más de 10 años sin verlo y cuando lo vi por última vez era un joven bastante flaco y de mal físico, para ese entonces él tenía unos 15 años, pero la madurez debo admitir, le sentó muy bien.  Al parecer hizo ejercicio, pues se había convertido en un hombre bastante musculado, con una barba sutil y provocadora. Su estatura era de 1.75 o más. Cuando lo vi, sentí una sensación extraña, como si se tratara de uno de mis compañeros de colegio. Me acerqué a saludarlo y me recibió con un gran abrazo, sentí como sus brazos fuertes me apretaban, pero disimulé mi emoción. A partir de ese momento, todo el día la pasé con mi primo hablando de nuestras vidas  y disfrutando de unos buenos tragos. A altas horas de la noche, Alberto me dijo que nos fuéramos hasta un bar de la ciudad, que el plan familiar estaba aburrido, pero para esas alturas ya los dos estábamos bastante ebrios como para conducir y decidimos acostarnos a dormir, con la promesa de que al día siguiente iríamos al bar. Nos acostamos y hablamos un rato, y en medio de la plática mi primo me dio un beso…Yo le respondí con otro, pensando que al estar tan borracho no lo recordaría. Al día siguiente a primera hora, Alberto me despertó, y me dijo que lo acompañara a la ciudad a comprar algunas cosas, yo acepté.
Íbamos a medio camino cuando de repente, Alberto detiene el auto. Yo me inquieté, pues pensé que le había pasado algo al auto. Alberto me dijo que me bajara y lo hice. Luego me dijo que lo siguiera, y yo sin alcanzar a decir nada lo acompañé. Llegamos a una vieja cabaña abandonada. Mi primo me recordó que en esa cabaña nosotros jugábamos cuando éramos niños. Pensé que por eso me había hecho ir, y le recordé que teníamos que irnos pronto, pues nos estaban esperando en casa, pero Alberto me hizo la siguiente pregunta:
- ¿Tú, por qué me besaste anoche?...
- no me acuerdo…debí haber estado muy borracho- respondí apenado.


-¡¡ Qué lastima…!! - dijo Alberto con tono de decepción…
- ¿Por qué?
- Pues porque a mí me gustaron mucho tus besos…
Un silencio dominó el momento.   Yo no supe qué responder, así que lo único que hice fue acercarme y darle un beso largo…
-¡¡¡Qué bien…no me quedaré con las ganas!!! - exclamó mi primo…
- ¿Con las ganas de qué…?- le pregunte intrigado, y Alberto con sonrisa maliciosa me contesto:

-…De tener sexo contigo… - al tiempo que dijo esto, se fue desabotonando su camisa dejando ver un abdomen bien marcado con una fina y provocadora capa de vello…Una vez que se deshizo de la camisa, empezó con los zapatos, el pantalón, hasta quedar en ropa interior. Yo me acerqué y empecé a acariciarle la verga por sobre la ropa interior, la cual estaba completamente dura y era enorme...Alberto me dijo: - primo, no sea tan tímido, sáquela, de hay que esta es suya -

… Yo le hice caso y le bajé la ropa interior liberando una gigantesca verga, bien depilada…No aguanté la tentación y me agaché para deleitarme con el sabor de esa majestuosidad…Sabía como un pedazo de cielo…no me cabía completa en la boca, era demasiado grande. Duré varios minutos deleitándome con su sabor, pero Alberto me debutó diciéndome que me quitara la ropa, que me quería ver completo…Rápidamente obedecí y quedé desnudo. Él empezó a jugar con mi verga, la cual era insignificante al lado de la suya, no hubo impedimento para que se la metiera a la boca. Aunque mamaba bien, no sentía gran placer, pero luego se pasaría a darme besos y a estimular con sus dedos mi ano. Ahí sí sentí un gran placer, como hacía años no sentía…Me tenía a mil con su ricos lengüetazos y con los deliciosos masajes que me hacía con sus dedos...Me puso en cuatro,  del placer tenía cerrados los ojos, cuando de pronto sentí que me estaba apoyando algo grande en mi ano…miré hacia atrás y Alberto estaba disponiéndose para meter su gran verga en mi culo…yo me opuse, pues hacía mucho que no me penetraban y no me creía capaz de soportar algo tan grande, pero mi primo me dijo que me relajara, que él me lo hacía suave… Al final accedí, él empezó a hacer presión cada vez más y más fuerte. Yo no pensé que fuera a entrar, cuando sentí que ese enorme pedazo de carne invadía mi culo…no fui capaz de soportarlo y lo saqué. Le dije a Alberto que dejáramos hasta ahí, que él era muy brusco, pero él me dijo que lo perdonara, que lo haría más suave la próxima vez. Así fue, esta vez con calma, fue introduciendo su pene y sacándolo suavemente, lubricando con saliva hasta que sentí que lo tenía completamente adentro… El placer que sentía era indescriptible… Empecé a pedirle que se moviera más, y él   obedeció con gusto. Cada vez sus movimientos eran más rápidos y placenteros, me sentía en otro mundo, la enorme verga de Alberto me penetraba sin parar… Después de un tiempo en ese ritmo, me dijo que ya se iba a venir, que si se podía venir adentro, pero yo no quise desperdiciar su leche, así que me saqué su verga y se la empecé a mamar, hasta que finalmente se vino en mi boca.  Salió una gran cantidad de semen súper espeso… Qué deleite completo… Después de eso nos dimos un beso, nos vestimos y nos fuimos para la ciudad. De vuelta a la finca repetimos el encuentro… y así cada vez que tenemos la oportunidad, nos damos placer…




MI AMANTE MORENO.

El Mejor Amante
Enviado desde Perú...



Miguel es un ciberamigo pasivo con el que me comunicaba hace tiempo. Siempre me contaba sus aventuras, citas y romances homo, me entretenía mucho chatear con él. Una noche me contó que había conocido un moreno de 42, la misma edad que él, que resultó el mejor amante, lo había excitado mucho, penetrado no sé cuantas veces en 2 horas, etc. etc...Una máquina sexual, Miguel estaba feliz. Durante 2 semanas sólo me conversó del moreno. De pronto una noche Miguel estaba molestísimo en el chat y me dijo que desde esa mañana su moreno no le respondía el cel y cuando al fin le respondió le dijo que había tenido que irse a provincia por 10 días, cosa que Miguel no creía y me pidió un favor extraño... Me pidió que lo agregara a mi msn dándome ciertos datos de conversación puntuales para cuando yo chateara con el moreno.
A la tercera noche un desconocido me saluda al chat...era el moreno!...Miguel también estaba al chat (pero bloqueado por el moreno...uy!) seguí lo indicado por Miguel y conversé con el moreno. Y conseguí saber lo que Miguel deseaba...el moreno, tremendo activo, amante incansable...no había viajado!. Miguel se molestó mucho pero decidió no buscarlo más y a la larga se serenó. Yo bloqueé al moreno y con los días olvidé la situación, Miguel volteó la página y se ilusionó con un pata de la sierra, según él, un “cholo power”.
Pasaron las semanas hasta que una noche borrando mis bloqueados di con uno que yo no recordaba y que estaba conectado, lo desbloqué y conversé...era el moreno!, muy educado al hablar. Yo aburrido sin ningún contacto mío en línea decidí conversarle... Resultó muy ameno y cuando llegamos a la clásica pregunta de la opción y le dije que soy activo pensé que me diría "no pasa nada", pero me dijo "interesante" y me pidió cam...y le gusté. Se puso más animoso y me invitó para tomar un café juntos en el centro y acepté vernos 6pm. Llegué puntual al café y lo encontré allí sentado, apenas me vio se paró, moreno, de bigotes, lentes, alto como yo, amplísima sonrisa, agradable, varonil. Conversamos mucho y simpatizamos. Al terminar los café me miró fijo y me invitó para ir a su departamento y estar "mas cómodos", capté la propuesta y le dije "soy activo, te lo dije", "si, es lo interesante, vamos!". Nos levantamos, salimos, él paró un taxi y en 15 minutos llegamos a un edificio familiar y en el piso 3º su departamento.
Apenas cerró la puerta me abrazó y besó, en su gran espejo se reflejaba una pareja interracial jaja, sus gruesos labios acariciaban los míos, su abrazo atraía fuerte mi cuerpo al suyo sintiendo su paquete en contacto con el mío, me excitó. Luego nos dirigimos a su habitación y nos desnudamos, yo quedé sólo con los calcetines puestos y me eché sobre la cama, él prendió su equipo y puso un CD de Amy Winehouse a volumen bajo, su cuerpo era bien proporcionado, definido, algo velludo, de culo parado y verga larga (como todo moreno creo jejeje).

 Se aproximó a la cama y acarició mi pies, sensualmente quitó los calcetines y me besó cada dedo, sus manos eran calientes, excitantes. Luego sus manos subieron por mis tobillos, pantorrillas y muslos, mi verga erecta lo apuntaba, separó mis muslos y acomodó su torso entre ellos, sus manos acariciaron mi pecho y empezó a lamer mis testes peludos, levanté mis brazos y me dejé llevar por esa sensación que me daba su lengua, luego lamió mi verga y mi cabezón palpitante, y lo engulló totalmente, yo sólo veía mis pendejos en contacto con sus bigotes y sentía su boca húmeda chupar mi verga, era un experto pues la comía toda hasta la garganta. Así estuvo varios minutos hasta que de improviso me soltó y se encimó sobre mi cuerpo ubicando su culo negro y peludo a centímetros de mi boca mientras su boca golosa lamía mis bolas cual helado. Aproveche esta situación y con mis manos acariciando sus nalgas dirigí mi boca a su ano peludo, él gimió y otra vez chupó mi verga pero esta vez desesperadamente, tanto como yo me deleitaba lamiendo y chupando su hueco del amor, minutos eternos estuvimos así saboreándonos…hasta que él, del cajón de la mesita de noche, sacó preservativo y un chisguete de lubricante. Cuidadosamente me colocó el preservativo sobre mi palpitante y grueso pene, se embadurnó lubricante en la mano y así frotó mi verga y su ano. Sentado sobre mi cuerpo me besó en la boca sensualmente y empezó a penetrarse, "ahhh que rico, grueso, grueso" decía. Yo sentía su ano ajustado, su calor, el placer y su anillo ceder deliciosamente mientras el gemía suave y abría la boca.


Yo disfrutaba el estar haciendo mío a este moreno y acariciaba suave sus muslos velludos, él cabalgaba mi pene voluptuosamente, su negra y grande verga moviéndose libremente a su ritmo. Sus movimientos eran deliciosos e intensos, este moreno gozaba mi verga, y yo a él. Por muchos minutos sentí que éramos un solo cuerpo arrecho y sudoroso. Su ano era el paraíso, mi verga feliz estaba muy gorda y dura, y su verga sin él tocarla botaba ese líquido meloso que sale antes de eyacular enmelando mi pecho. Yo veía su rostro de gozo y eso me hacía gozar más. De pronto él tiró su cuerpo hacia atrás sosteniéndose con sus manos, sus movimientos se hicieron febriles, su ano abrazó intensamente mi verga y empezamos a eyacular, agarré instintivamente su cabezón meloso, para que no me salpique a la cara y lo sentí palpitante y muy caliente. Mi mano estrujaba su cabezón cada vez que mi verga chisgueteaba su ano y chorros de su semen caliente la mojaban. Él era como un animal sexual gimiendo y disfrutando rico.

Fue un orgasmo mutuo, de macho, alucinante y el olor fuerte de su semen potenció la escena. Poco a poco nos fuimos calmando y él cayó rendido sobre mi cuerpo sudoroso y enlechado y quedamos dormidos un buen rato. Luego nos duchamos y nos acostamos satisfechos hasta las 5 am que desperté con mi verga tiesa y la boca del moreno lamiéndola...otro round delicioso empezó. Definitivamente nunca le dije a mi amigo Miguel…



MI VECINO ARDIENTE...

¡QUE BUEN PAQUETE!
 Enviado desde Estados Unidos.





Hace unos días me encontraba en el portón del edificio donde vivo, atendiendo a un muchacho que estaba haciendo una entrevista mercadológica del sistema de tv por cable.
En medio de la entrevista viene uno de mis vecinos de un departamento cercano caminando y puedo observar cómo se mueve la verga en su pantaloneta, obvio que por no estar utilizando ropa interior.
Ese vecino, al que llamaré Julio llega al portón:
-        Buenos días
El entrevistador y yo le respondemos y Julio se dio cuenta de que me le quedé mirando el movimiento de su entrepierna al caminar.
Minutos más tarde, al terminar la entrevista y cuando se iba el encuestador, viene llegando Julio del supermercado, que está cerca de nuestros edificios, y por cortesía permanezco con el portón abierto mientras él va a entrar. Le faltaban unos 15 metros para llegar a la entrada.
-        Gracias vecino
-        Es un placer
-        Y veo que mira mucho como se mueve mi verga cuando camino y ando sin interiores
-        Si, es que se nota bastante
-        Je je je y a mí me gusta que me miren y si quiere le enseño más
-        ¿En serio?
-        Claro que si, sólo deje que lleve estas cosas a mi apartamento y vuelvo en unos minutos…


Minutos más tarde tocan el timbre y es Julio que llega.
-        Pase amigo
-        Solo puedo estar por poco tiempo ya que me llegarán visitas familiares
-        Muy bien
-        ¿Y usted vive solo?
-        Si claro
Julio no es hombre guapo; es moreno, más o menos de 1,70 de estatura y delgado, y nada risueño.
-        Noté que a usted le gustó mirarme la pinga como se me movía
-        La verdad si, se ve apetitosa, je je je
-        Bueno, no es grande, ¿quiere verla?
-        Claro que si
Julio se baja la pantaloneta y deja ver su pinga, aún dormida, no circuncidada, bastante morena. Empieza a crecer sin haberla tocado…
-        Es toda suya, tóquela…
La empiezo a tocar y ya la siento al máximo de crecimiento en mis manos, puede medir unos 15 cms, bastante gruesa y cabezona. Hago que baje la parte que cubre la cabeza y Julio suspira con placer
-        Que rico, ya tengo días que nada de nada
-        Ah, qué bien, debe estar llenita de leche entonces
-        Bastante la verdad je je je.
Bajo mi cabeza y pongo esa deliciosa pinga en mi boca y Julio suspira de placer
-        Que rico chupa, siga
Yo continuo chupando esa deliciosa pinga y Julio me agarra la cabeza para meterla completa en mi boca.
-        Debe ser por el tiempo que no me vengo pero viera que estoy cerca de regarme
-        Y qué le gusta más
-        Me gustaría metérsela toda en ese culito rico que tiene, ¿me deja?
-        Claro que si
Julio se pone el condón que le doy,
-        Quiero chuparle el culto
-        Dele
Y me empieza a chupar deliciosamente el ano de una manera espectacular, lo que dura como 10 minutos, me mete la lengua, chupa y se deja decir varias veces
-        Que rico culo vecino, que delicia, ya quiero ensartarlo y meterle toda mi picha
-        Cuando quiera, cuando quiera
Y él sabiendo cuanto me estaba gustando la mamada de culo que me daba sigue un poco más y de manera rápida se levanta y me pone la cabeza de su picha en la entrada y me la mete toda de un solo empuje, lo que a pesar de estar bastante excitado me duele.
-        ¿Le gusta que le den picha?
-        Ahhhh me duele un poco, dele más suave, ahhhh
-        Tome picha, es suya,   disfrútela,   que rico culo uhhhh.
Julio estaba tan excitado que no escuchó que me dolía pero eso fueron segundos porque yo ya estaba disfrutando como entraba y salía completa de mi ano
-        Que rico que coge usted
-        Y usted tiene un culito delicioso y apretado, que delicia ahhhhhh
Había que ver y obvio sentir como esa picha que no es tan grande me hacía disfrutar. Julio es un gran amante y lo estaba demostrando en los cambios de posiciones que me hacía. Y que experto se hizo cuando me puso de a perrito y me metió su pinga completa de un solo tirón y la sacaba toda y la volvía a meter completa durante un buen rato
-        Me encanta ese culo, que rico
-        Y a mí me encanta su pinga, es una deliciaaaaa
-        Ya casi me riego, ¿quiere que sea adentro o la saco?
-        Sáquela, quiero ver cómo sale su leche
Julio la saca, se quita el condón y se ubica entre mis tetillas
-        Allí le va mi leche,   todaaaa   ahhhhhhh
-        Y deja salir una gran cantidad de leche que me llega al peño, la frente, el pecho
-        Ahhhhhhh, es para usted
Mientras tanto yo me masturbo y al venirme sale una gran cantidad de leche, no tanta como Julio pero si considerable.





-        Me vengooooooo, ohhhhhhhhh
-        Tire su leche,   que ricoooooo
La verdad no hay palabras para describir el delicioso polvo que tuve con Julio.
-        Vecino, me gustaría repetir pronto esta culiada, ¿a usted le gustó?
-        ¿Que si me gustó? Culiar con usted es una delicia y cómo sabe hacerlo, la mete delicioso y hace que uno se sienta en otro mundo.
-        A mí me gusta que la otra persona disfrute igual que yo
-        Y sí que lo logra,   cuando quiera viene y volvemos a disfrutar juntos
-        ¿Le gustaría esta noche?, mi familia viene y se va de acá como a las 5 de la tarde y yo puedo venir después.
-        Claro que si, venga
Y en la noche Julio me regaló una cogida mejor que la primera y duró más tiempo, y espero que haya muchas repeticiones.

No es necesaria una picha gigante para disfrutar al máximo, es la forma en que se haga todo.   Gracias Julio, si lees este relato, sabrás quien lo escribió.