5/11/13

EL AMIGO DE MI HERMANO...

Dedicado a Roberto...San Bernardo, Chile.



Tengo 22 años y vivo con mi padre y hermano menor. Mi padre se separó de mi madre y ella se fue a otra ciudad con mi hermana. Yo decidí quedarme con él por motivo de mis estudios y también por mi trabajo. Mi hermano menor tiene 16 y estudia,  y mi padre tiene 43 muy bien conservados. Él es bien atractivo, aunque practica muy poco deporte, como montar en bicicleta, se mantiene esbelto y con su musculatura firme. Además, sus canitas en las sienes lo hacer ver un tipo interesante. Por mi parte, soy alto, moreno y estoy en mi último año de Preparación Física, para ser Personal Trainer. Por ahora estoy solo y no tengo novia.
El asunto es que mi hermano, Mauricio, es descuidado con su aspecto, le gusta salir, tomar cerveza, no tiene muy claro qué va a hacer con su futuro, y lo más, tiene un amigo “intimo”, Felipe, que por mi parte siempre pensé que entre ellos había algo más que una linda amistad.
Felipe tiene 17 y vive con su madre, y nunca ha hablado de su padre, por lo que asumo que sus muestras de cariño hacia papá son producto de las carencias de afecto paterno. Aunque conmigo también es bastante dado de abrazos y besos…
Mi hermano supuestamente tiene novia, pero muchas veces he sorprendido a este par muy abrazados y también cuando están acostados lo hacen de cucharitas. Felipe pasa mucho tiempo en mi casa, más que en la suya propia diría yo, y además, mi padre lo trata como si fuera otro hijo, como por ejemplo cuando lo saluda de beso en la boca al igual que hace conmigo y Mauricio. Además, Felipe es bueno para cocinar y no le cuesta nada preparar la cena o el almuerzo cuando se lo propone. Aunque en casa, todos nos hemos hecho cargo de la cocina alguna vez. Es decir, no puedo negar que todos consideramos a Felipe un integrante más de nuestra familia.




En una oportunidad, me fui antes a casa, ya que no me sentía muy bien, y cuando entré sorprendí a Felipe afanado preparando pasta y salsa para la cena de la noche. El auto de papá estaba guardado y cuando le pregunté por él, me dijo que estaba en el baño dándose una ducha…no me pareció extraño en ese momento, pero sí después cuando encontré la ropa interior de papá en el sillón. Pero ese evento pasó, y no le di mayor importancia, ya que era común que anduviéramos dentro de la casa en calzoncillos, o cuando salíamos de la ducha no nos cubríamos ni con la toalla. No era mal visto entre nosotros que nos paseáramos desnudos dentro de la casa.
En el dormitorio de Mauricio había dos camas, la suya y la otra para nuestro invitado permanente, el dormitorio de papá con una cama de dos plazas y en mi cuarto mi cama, escritorio para el computador, un televisor y un banquillo de ejercicios.
En una oportunidad, Mauricio se fue a pasar unos días con mi madre y hermana, fue para vacaciones de verano, y se quedó allá dos semanas. En casa, con mi padre y Felipe; que aunque su amigo no estaba; igual se quedaba a dormir algunas veces allí. Su madre hacia turnos de noche en un hospital y él “no quería quedarse solo”, y también a ella le parecía muy bien esa idea de que él se quedara en casa con nosotros...
Ese fin de semana, yo no salí, me sentía cansado, así es que nos fuimos al dormitorio de papá y nos dispusimos a ver una película. Como hacía calor, nos acostamos los tres en ropa interior en la cama grande: mi papá al medio y Felipe y yo a los costados. Cuando terminó la película yo decidí quedarme acostado y por su parte el invitado hizo lo mismo. Así nos dormimos. Al otro día, cuando desperté, estaba Felipe vuelto hacia el lado de mi papá y él dormido aún, acostado de casi de boca abajo, con una de sus piernas semi-flexionada, y la mano de Felipe la tenia casi debajo de su vientre...Cuando me moví ambos despertaron y se desperezaron ampliamente. Nos levantamos y comenzó otro día común para todos.
Durante día salí y aproveché de hacer algunas compras. Cuando llegué en la tarde, no había nadie en casa. Mi papá me había avisado que tenía cosas que hacer y que llegaría más tarde. Me di una ducha y me quedé sólo vistiendo unos bóxers blancos que me quedaban bien ajustados. No pasaron muchos minutos cuando sonó la puerta…Era Felipe que nuevamente llegaba como si realmente él ya residiera con nosotros.
— ¿Y papá?— preguntó al entrar luego de darme un beso casi en los labios.
—Va a llegar más tarde… ¿Y tú? ¿Te vienes a quedar?
—Sí, mi mamá tiene turno hoy y prefiere que me quede con ustedes…tú sabes—respondió haciendo una sonrisa.
— ¿Ya comiste…quieres que prepare algo para cenar?
—No es necesario, quedó algo de estofado del almuerzo, si quieres cena tú— le contesté, total, debía asumir que él era ya de nuestro clan.
Me senté en el sillón y encendí la tv. Felipe subió a los dormitorios, bajó y repitió esto un par de veces, hasta que se sentó a mi lado.
Me miraba insistentemente el paquete, e incluso noté que también se abultaba un poco dentro de su Bermuda. Hasta que no aguantó más y con su mano empezó a acariciar mi abdomen, a la vez que tiraba suavemente de los pelitos que bajaban desde mi ombligo hasta mi pubis. Sus manos eran extremadamente suaves. Todas esas sensaciones me hicieron reaccionar y a los minutos de sus caricias tenía una enorme erección, que casi me salía del bóxer.  Él se levantó y se arrodilló frente a mí, quería ver hasta donde podía llegar, pero debo admitir también que tenía la curiosidad de sentir cómo lo mamaba un hombre…
Comenzó con suaves besos sobre el bóxer y su lengua mojaba mi glande, que ya estaba bastante húmedo con líquido seminal. Levanté un poco las caderas y él bajó mi bóxer…tomó mi pene con la mano, descubrió el glande y suavemente fue engullendo con su boca mi miembro. Movía la lengua haciendo círculos en la cabeza del pene y luego me masturbaba con sus labios…se notaba que el tipo tenía experiencia mamando vergas…Los suaves besos y jugueteos con su lengua los alternaba con succiones fuertes, que me hacían gemir de placer, mientras él degustaba de la secreción cristalina que salía de mi verga producto del buen trabajo que me estaba haciendo…
Cerré mis ojos y me entregué por entero al goce que me estaba dando, hasta que le advertí que me venía…Él aceleró un poco el movimiento hasta que el primer chorro de semen le llegó a la boca…luego otro y otro hasta completar cinco o seis, los que tragó con ambición, sin que se perdiera una gota, y siguió mamando hasta que me vació por completo, dejándome rendido…
Él satisfecho, se levantó y fue al baño, al volver me trajo papel higiénico y me limpió un poco…la faena había terminado y fue como si estuviese acostumbrado a hacerlo. Luego se sentó nuevamente a mi lado y nos abrazamos. Pero por primera vez, sentí vergüenza de que llegara papá y nos sorprendiera así.
No atiné a decirle nada, sólo lo acaricié y lo besé en la frente, en respuesta él me abrazó más fuerte. Muchas cosas empezaron a hacer sentido en mi cabeza, como por ejemplo los largos ratos que se encerraba Felipe y Mauricio en el dormitorio con música bastante fuerte, y me sentí un poco culpable de quitarle a mi hermano su “amigo especial”, pero tampoco tenía la certeza de que estos dos tuvieran algo…
—Felipe…lo que hiciste fue fantástico… lo disfruté mucho..., pero necesito saber: tú y Mauricio…—le dije esperando una respuesta.
—Hace ya mucho tiempo que no pasa nada entre nosotros, él cambió mucho conmigo. En cambio a ti, hace ya bastante que te quería probar. Tú sí que eres de verdad un hombre…y si te gustó, podemos hacerlo de nuevo…a mi me gusto mucho estar contigo…
—Veremos que pasa, por el momento, necesito un tiempo para poner mis ideas en orden…
Wow! De repente descubrí que me gustó el sexo con un hombre, que mi hermano  tenía tendencias homosexuales, que tal vez sería peligroso que Felipe estuviera tanto tiempo en casa…muchas otras cosas…Me fui a dormir, pero me sentía intranquilo.
Al otro día, después del desayuno, Felipe se despidió, esta vez con un beso en la boca a papá y otro para mí…Se fue feliz, diciendo que volvería un poco más tarde… Papá solo sonrió.
— ¿Papá, no has notado que Felipe es medio…raro?— Mi papá sin responder me miró con cara de pregunta arqueando un poco las cejas…
— ¿A qué te refieres, raro… en qué sentido?— me dijo como si el tema no tuviera importancia.
—No lo sé…creo que es medio…un poco…Bueno, pienso que es homosexual…— dije tratando de sacarme una carga de encima…
—Bueno…y qué si lo fuera…—respondió papá con soltura—… No es nada grave, no es una enfermedad ni nada…Además…—hizo una pausa como pensando bien qué decir—… los gays lo maman muy rico…— y sonrió como si se acordara de un buen chiste…
Yo también reí, pero surgió otra duda…






  


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