Mis padres trabajaban en un banco hace unos
meses, y tuvieron que salir de la ciudad por 4 días. Yo tengo 20 años, hago
ejercicio, soy alto, pelo castaño, no me considero gay, mejor dicho bisexual, y
me llamaré Quique.
Yo no sé manejar, y viviendo en la ciudad
de Monterrey eso es un problema. El caso es que no podía ir a mi escuela yo
solo, por lo que a mi mamá se le ocurrió que me podía quedar con la familia de
un amigo de mi hermano que vive en frente de mi escuela, así podía salir
directo a tomar mis clases, hacer ejercicio y pasar la mayor parte de mi día en
la escuela para no incomodar a nadie, y a mi me pareció buena idea.
A esa familia la conocemos hace años, por
lo que no dudaron en aceptarme esos días en su casa. En la casa vivía el amigo
de mi hermano, Alex, una hermana 4 años menor que él y su mamá, que acababa de divorciarse.
Alex es un chavo chaparro, ojos azules y
pelo castaño. Tiene 18 años y va en segundo año de secundaria. Él por alguna
razón me estimaba mucho, me intentaba hacer conversación, y platicaba muy a gusto
con él. Lo conocía hace 10-11 años, por lo que nos veíamos seguido, él iba a mi
casa con mi hermano o cuando nuestras familias se reunían.
En fin, llegó el día en el que mis padres
se fueron. Mis padres me llevaron a la escuela y se despidieron de mí.
Regresé a la casa de Alex con mi maleta y
ya toda la familia estaba ahí, saludé, cenamos y después pregunté dónde podía
dejar mis cosas, a lo que me respondieron que en el cuarto de Alex. La mamá de
Alex me dijo que si no me importaba, que Alex tenía que salir un poco antes que
yo, y que nos pusiéramos de acuerdo para el baño.
La situación no me importó, y le di las
gracias a la mamá de Alex y me dirigí al cuarto que me tocaba, llegué y vi una
cama Matrimonial en medio de un cuarto amplio. Pasé al baño y vi el gran
vestidor de Alex y me quité mi uniforme para estar más cómodo. Traía puesto un bóxer
y una playera blanca, ya que hacía mucho calor, y estuve en el cuarto leyendo y
haciendo mi tarea.
Alrededor de las 8 de la noche, Alex llegó
al cuarto a platicar conmigo, y empezamos a hablar de su escuela y de todo lo
que habíamos hecho desde la última vez que nos vimos. Pasamos 2 horas así hasta
que llegó su mamá y le dijo que ya se fuera acomodando para dormir y nos dijo
buenas noches. Alex cerró la puerta y se quitó toda su ropa menos su
calzoncillo y se acostó a la mitad de su cama boca arriba. Yo volteé a verlo
por un momento, no estaba nada mal para su edad, tenía el abdomen algo marcado
y también unas piernas muy fuertes, en su calzoncillo se veía marcado su
paquete.
Le pregunté si estaba cómodo a lo que me
respondió con un "sí" entonces le dije:
-Pues no estés tan cómodo, que debemos
dormir los dos ahí.
-Jajaja, si yo sé.
Se levantó y fue al baño, yo pensé que se
pondría algo de ropa de noche, pero sólo fue a lavarse los dientes y a orinar.
Regresó y tenía una mancha en su calzoncillo, que yo vi por unos segundos y
luego él me dijo:
-¿No tienes calor? ¿Por qué no te quitas tu
playera?
-¿No sé, no te molesta?
-Para nada, yo sé que el calor está
espantoso y no tengo aire acondicionado.
Por lo que me quité la playera mostrando mi
marcado abdomen que me ha costado muchas horas de gimnasio mantener. Alex
estaba sorprendido y no podía dejar de verme, y le pregunté en tono de broma:
-¿Qué ves? ¿Te gusto o algo así?
A lo que sólo se rió y dejó de verme.
Yo a Alex siempre lo traté como un hermano
pequeño, por todo el tiempo que pasa con nosotros, pero nunca pensaría en él
como algo más.
Después de terminar mis tareas, me fui a
lavar los dientes y de regreso al cuarto le pregunté:
-Mañana yo me baño primero si quieres, me
levanto temprano y te levanto cuando acabe, sale?
-Está bien. Entonces ya apaga la luz.
Pero noté que otra vez estaba viendo mi
abdomen, por lo que le dije que si lo quería tocar. Entonces acercó su mano muy
lentamente hasta que alcanzó mi abdomen y lo empezó a tocar lentamente. Yo me
senté en la cama con su mano en mi abdomen y le dije que me tocaba a mí, pero
el se puso rojo y me dijo que no, y le dije:
-Tranquilo, yo también vi que tienes tu
abdomen fuerte y quiero ver que tanto.
Lo dejé sin alternativa y toqué su abdomen
de niño. Era suave y no estaba muy marcado y de repente se empezó a excitar.
Hice como si no lo hubiera notado y me reí.
El cuarto empezó a ponerse más caliente y
luego me preguntó:
-Oye, tú te masturbas?
-Pues sí, como todos, jajaja, ¿porqué
preguntas? ¿Tú no?
-Si, si yo también, pero nunca he visto
como se masturba alguien más.
-Yo tampoco Alex, no creo que muchas
personas lo hayan visto.
-Si, tienes razón.
-¿Quieres intentarlo? ¿Nos masturbamos
juntos?
Yo sabía que él diría que sí. Antes de esa
noche no me imaginaba que Alex fuera gay o bi, tenía muchas pretendientes
mujeres y siempre estaba rodeado de ellas, pero esta noche él estaba muy
caliente y no le iba a importar. Me respondió con un suave sí, no muy
convencido de si estaba haciendo lo correcto.
Yo me quité mi bóxer quedando desnudo a su
lado y el sólo veía mi pene dormido mientras se agarraba el suyo.
Le dije:
- Te toca, quítate el calzón.
El dudó, pero terminó haciéndolo, mostrando
una polla de unos 14 centímetros no circuncidada rodeada de poco vello púbico.
Yo me acababa de rasurar, por lo que no tenía ni un pelo, y ahí empezamos a
masturbarnos juntos.
Después de unos 5 minutos, vi que Alex no
había dejado de observar mi verga, que ahora medía 17 centímetros y era más
gorda que la de él. Le dije:
-Si quieres, te dejo tocarla, pero también
tienes que dejarme tú.
No me respondió, pero la tomó en ese
momento y empezó a masturbarme torpemente. Yo tomé la suya, y en vez de masturbarlo,
me lo metí a la boca, y él se dio cuenta. Lo único que pudo hacer fue soltar un
largo suspiro y Alex hizo lo mismo con la mía. Se notaba que ambos éramos
nuevos en esto. Después de unos 10 minutos me lo saqué de la boca y empecé a
masturbarlo muy rápido. Soltó un gemido, tensó su cuerpo y empezó a salir leche
de su verga. Tomé la mía y la metí en su boca y empecé a follar su boca y me
vine dentro de él y sólo me sonrío. Fui por papel al baño y lo limpié. Luego se
acostó y yo lo abracé por atrás poniendo mi verga flácida entre sus pompas
paraditas y con una de mis manos en su pene. Así nos quedamos dormidos.
El día siguiente transcurrió muy normal, me
fui a mi escuela, pero antes de irme la única cosa que le dije fue que la noche
había sido genial y que lo veía en la tarde, a lo que me respondió con un beso
inesperado. Que me sacó de onda, pero estuvo bien.
Cuando volví a la casa, eran las 6 de la
tarde, y me fui directo a hacer la tarea al cuarto. Alex estaba ahí y me dijo:
-Hola Quique.
-Hola Alex, ¿Cómo estuvo tu día?
-Pues bien, con mucho calor.
En lo que me contestaba se paró y cerró la
puerta de su cuarto con seguro, después de eso se desnudó por completo y se
acostó en su cama diciéndome:
-¿Te parece si repetimos lo de anoche?
A lo que volteé a verlo, él estaba desnudo
y excitado. Pero le dije:
-Ahorita nos pueden oír, y tu mamá se
extrañaría si ve la puerta cerrada, pero en la noche lo repetimos con una
diferencia. ¿Tienes aceite de bebé?
-Creo que mi mamá tiene, ¿lo busco?
-Si, ve por él.
Se levantó de la cama, se puso la ropa que
traía y fue corriendo a buscarlo. Después de un rato, yo terminé mi tarea y él
lo trajo.
-Si teníamos- me dijo con una sonrisa
pícara, pero extrañada al mismo tiempo.
Llegó la noche, su mamá nos despidió, y
cerró la puerta, yo me paré a ponerle seguro y aproveché para desnudarme. Mi
pene medía unos 9 cms flácido y así estaba. Alex se desnudó también, y él ya
tenía una leve erección.
Entonces me lancé a la cama sobre él y
nuestros cuerpos se rozaron. Mi abdomen quedó al nivel de su verga y me empecé
a mover adelante y atrás, luego me detuve a lamerle los pezones, su abdomen y
me comí su verguita de niño por unos minutos.
Después tomé el aceite y empecé a ponérselo
por todo el cuerpo, se veía hermoso y brillante con el aceite. Me puse más en
mis manos, y lo empecé a masturbar. Alex empezó a gemir mucho y muy fuerte, por
lo que me detuve un momento para que bajara la voz.
-Alex! Más bajito, o vas a despertar a tus
vecinos! Jajaja
-Lo siento, estoy muy excitado.
Después volví a empezar, pero al mismo
tiempo con mi otra mano, empecé a acariciarle el ano. Luego le metí mi dedo
índice, pero él no se lo esperaba. Apretó el culito muy fuerte con mi dedo
dentro y le dije:
-Tranquilo, respira, esto te va a gustar.
Y seguí con mi trabajo de hacerlo venirse.
Le metí 3 dedos y empecé a hacer un mete-saca con ellos y lo masturbé más y más
rápido. Cuando Alex se iba a correr, le saqué mis dedos y le di un beso en la
boca. Se vino y me manchó a mi, a él y a su cama, que estaba llena de aceite.
Por un momento creo que se sintió desnudo y se tapó el pene con su mano, y le
pregunté:
-¿Te gustó?
-Sí, mucho, me voy a bañar, ¿sale?
-Está bien. Ve.
Se fue a su baño y limpié su semen de mi
cuerpo y de su cama. Cuando volvió, yo estaba desnudo y excitado, ya limpio de
aceite y él se quitó su toalla y se acostó al lado mío, puso su mano derecha
sobre mi abdomen y su izquierda en mi polla, y se quedó dormido. Yo lo abracé y
también dormí.
En la mañana siguiente me bañé, y lo
desperté a bañarse, me metí a la regadera con Alex y nos besamos por largos
minutos. Salí, me vestí, y me fui a la escuela con el aceite sobrante en mi
mochila. La cama no se veía tan mal, por lo que decidí tenderla para terminar
de ocultar el aceite.
Pasó el día, y fui al gimnasio 2 horas,
eran las 5 de la tarde y yo ya estaba cansado, por lo que regresé a la casa de Alex
en ropa de entrenamiento, un short corto, una camisa ajustada sin mangas y mis
tenis.
Llegué a la casa para mi última noche. Y sí
que Alex me la debía por haberme dejado con la excitación sin él haberme
masturbado ni nada. Saludé a su madre y me fui al cuarto a hacer tarea. Me puse
a pensar en qué le haría, y sólo con eso se me levantó mi erección en mi short.
Al llegar al cuarto Alex no estaba, porque
se había ido a nadar y regresaba a las 5:30
Yo me puse cómodo. Me quité la camisa, el
short y los tenis, quedándome en un bóxer muy ajustado y mi muy grande
erección. Por respeto a la madre de Alex cerré la puerta y me puse a hacer
tarea.
Él llegó unos minutos después, me vio de
espaldas y me dijo:
-Hola Quique! Hoy llegaste a desvestirte ¿o
que?
-Jajaja, si, vengo del gimnasio y tenía
mucho calor.
Me levanté y dejé que viera mi erección a través
de mi ajustado bóxer. Se quedó boquiabierto y yo le sacudí el pelo.
Se quitó la ropa quedándose desnudo y me
dijo:
-¿Ahora si podemos iniciar temprano?- Con
una excitación tremenda.
-No, ayer hiciste muchísimo ruido, y hoy es
mi última noche aquí contigo, así que será especial, te lo prometo- y le di un
beso en la mejilla.
Llegó la noche, Alex se quedó desnudo todo
el tiempo, y cuando vino su madre sólo se metió a las sábanas. Nos despidió, yo
cerré la puerta, fui a mi mochila por el aceite, y le dije:
-Bájame el bóxer.
Alex brincó de donde estaba y se puso de
rodillas a bajarme el bóxer, y me lo sacó. Mi verga le pegó en la cara y yo le
puse aceite y le dije:
-Alex vamos a la cama.- Fuimos y le dije -
Mastúrbame.
Me empezó a sobar mi pene suavemente y me
puse aceite por delante, luego le puse a él por todos lados y se quedó parado
al lado de la cama. Le dije:
- Siéntate sobre mi abdomen.
Y Alex sólo fue y se sentó volteándome a
ver y me dijo:
-¿Qué vamos a hacer hoy?
Yo sólo le dije:
-Tú disfruta.
Lo moví un poco para atrás y mi verga
parada quedó exactamente en su raja. Luego lo levanté y lo posé sobre mi verga.
Tardamos 5 minutos en que yo se la metiera entera sin que él gritara. Su polla
estaba flácida sobre mi abdomen y sus manos apoyadas en mis piernas. Empecé un
mete-saca muy lento y excitante para mí. Su ano estaba muy durito. Luego, sin
sacar mi pene, me levanté y lo recosté a él en la cama, y seguí con un mete
saca más rápido. Su pene respondió y se empezó a parar, por lo que lo tomé y lo
masturbé al mismo ritmo del mete saca. Iba muy rápido, ya me iba a correr y
decidí sacar mi pene y tirarle toda mi leche en su abdomen y pecho. Luego lo
masturbé y su leche se combinó con la mía.
Lo besé mucho y lo cargué como bebé a la
regadera, donde nos bañamos y él se comía mis testículos mientras me
masturbaba.
Nos dormimos desnudos mirándonos cara a
cara y juramos nunca decirle a nadie. Luego entrecruzamos nuestras piernas y
nuestras vergas estuvieron juntas.
La mañana siguiente le di su último beso y
fueron por mí después de eso.
Buenas fotos
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