Una tarde no planeada...
Uno nunca sabe lo que
el destino le tiene preparado en un día que más bien ha sido aburrido pero que
la tarde se va a convertir en momentos memorables.
Esto me sucedió hace
poco tiempo en mi ciudad. Un día en que a pesar de ser ya casi las 3 de la
tarde, un calor sofocante y nada que hacer me llama un primo para que le
acompañe a dar una vuelta por las afueras ya que debía darle un recado personal
a una amiga de su esposa. Le digo que si y él queda de pasar a buscarme en su
auto en 20 minutos.
Me doy un duchazo
rápido para bajar el calor que tenía, me pongo unos bóxer, bermudas y una
camiseta fresca. Al rato, mi primo Javier pasa por mí y salimos hacia las
afueras.
Al llegar al lugar nos
encontramos a un hombre y dos mujeres que conversaban bajo un árbol, una de
ellas era la persona que Javier buscaba y el esposo de la otra mujer era un
conocido mío que hacía varios años que no veía, cuando él me vio se vino al
carro de Javier a saludarme y Javier fue a hablar con la persona que buscaba
que resultó ser cuñada de Andrés, mi conocido.
Andrés, quien ahora
está un poco grueso, ya no es el flacucho que era cuando dejamos de vernos, me
presentó a su esposa, sus 2 hijos pequeños y nos quedamos conversando cerca del
carro de Javier. Andrés andaba vestido únicamente con un pantalón corto de
mezclilla y unas sandalias. Quizás por el calor no llevaba camisa. Él es un
hombre de unos 37 años, muy blanco, ojos claros, su piel muy bronceada. Me di
cuenta que no llevaba ropa interior ya que levantó su pierna derecha sobre una
roca grande que estaba frente a él y pude observar parte de la cabeza de su
pene que salía por entre el pantalón corto que llevaba.
Le hice saber lo que
había visto:
- Andrés se te está
viendo la cabeza de tu verga por un lado del pantalón…
-¿Ah, si? no me había
dado cuenta, es que no llevo ropa interior – Pero no bajó su pierna.
Seguimos conversando y
me daba cuenta que ya no sólo era la cabeza de la verga lo que salía de su
pantalón corto sino una parte de esta, por cierto bien gruesa, obvio que se
estaba poniendo cachondo y dice:
- Ernesto, me estoy
poniendo cachondo, es que me gusta como me miras mi verga…
- ¿Te gustaría que te
baje la excitación? Si quieres vamos a comprar unas cervezas sólo los dos. Le
pido prestado el auto a Javier y buscamos un lugar cerca.
Le dije a Javier, me
dijo que si, con una mirada extraña. Andrés se sentó en el asiento del
acompañante y poco después que arranqué el auto se sacó el pene, de unos 16
cms., grueso, circuncidado, en verdad muy apetecible, me gustó mucho.
- Tócalo…
- Está bien duro, ¿Quieres
sacar el mío?
- Claro que quiero ver
eso que se nota lo tienes bastante grande y queriendo salir de su encierro…
Andrés bajó mi
cremallera, soltó el botón de mi pantalón y sacó mi pene…
- Guao Ernesto, estás
muy bien dotado, mucho más que yo, y que grueso lo tienes, ¿dejas que te mame?
- Dale…dale…
- Y empezó a chuparme
muy rico metiéndose en la boca un buen trozo de mi verga.
- Que rica verga,
recién bañadita.
- ¿Te gusta?
- ¿Sabes? siempre
quise hacer esto contigo.
- Lo sé, y yo también
lo quería, al fin se nos dio.
Entramos a una parte
desierta de la carretera, nos bajamos del carro y empezó una de las culeadas
más deliciosas que he tenido. Nos chupamos las vergas de ambos, el ojete, las
tetillas, la verdad todo el cuerpo, estábamos demostrando que nos teníamos unas
enormes ganas mutuas, era obvio lo que habíamos dicho antes. Después de un buen
rato de chupeteos y de ponernos bien cachondos Andrés me pregunta:
- Ernesto, ¿traes
condones?
- Siempre ando, ¿Qué
quieres?
- Quiero que me des
una buena enculada, hace años que nadie me ensarta una buena verga y si tú
quieres hoy se me dará…
- Con todo gusto, pero
la tienes que aguantar toda, ¿si?
- Claro, me tienes
calientísimo, ¿cuánto te mide?
- 21 cms.
- Ni para qué pregunto
si de todas maneras me va a doler y la quiero toda dentro de mí.
- Pues ya te la
entierro todita…
Andrés recostó su
pecho sobre la parte delantera derecha del auto, con sus manos se abrió sus
nalgas mientras yo me ponía el condón y como no teníamos gel, cada quien se
ponía un poco de saliva en su parte sexual.
- Ernesto, ten cuidado
al meter, como te dije hace varios años que no me meten una buena verga y la
tuya es de cuidado…
- Tendré cuidado – y
empecé la metida suavemente -
- Así, así, que rico
se siente – se la iba ensartando poco a poco hasta que se la metí completa
- Andrés, pero parece
que no te dolió, te entró más rápido de lo que pensaba…
- Eso crees, me dolió
muchísimo pero me aguanté, ¿Es que crees que un vergón como el que te cuelga es
fácil de aguantar? Pero lo que sí es que está delicioso, siento como la primera
vez cuando tu primo Javier me desvirgó…
- ¿Hablas en serio, Javier
te desvirgó?
- Claro que si,
estábamos en secundaria, muy jóvenes pero cuando me lo hizo me dolió muchísimo,
quizás porque para ambos fue la primera vez, yo le desvirgaba la verga y él me
desvirgaba el culo…
- ¿Y…te gustó?
- La verdad no tanto
aunque en esos tiempos se podía hacer sin condón y lo que sí me gustó fue la
cantidad de leche que me dejó dentro, muchísima que vi más tarde cuando evacué
con un poco de sangre, pero quedé dolorido por varios días.
- ¿Y mi verga…te gusta
tenerla dentro?
- Me encanta, es la
segunda que me ensartan, va quedando en familia.
Mientras me contaba
esto ya yo estaba trabajando su culo, le estaba dando fuerte y se notaba cuánto
lo estaba disfrutando, a mi me excitaba mucho lo que me hablaba mientras me lo
cogía
- Javier la tiene un
poco menos grande que la tuya pero las muchas veces que me ensartó después ya
fue muy rico, hasta que ya nos hicimos de novias y no volvió a pasar
Durante los siguientes
10 minutos Andrés demostraba cuanto le estaba gustando la ensartada que le
estaba dando: se quejaba de placer, sus gritos se escuchaban como a 1 km de
distancia, me pedía que le diera fuerte, decía frases que me hacían querer
tener un pene mucho más grande para meterle…
- Que rica verga Ernesto,
dale, méteme más, hasta la bolas si puedes, que delicia, me vas a hacer ver
estrellas
- Es tuya mi rey,
cómetela toda
- Dámela toda, sácala
toda y vuélvela a meter, hazme sentir que te gusta culearme como a mi me gusta
que me estés partiendo el culo…
- Allí te va, es toda
tuya, apriétala así, que rico culo…
- Ernesto, me estás
haciendo venir, uyyyy, uyyyy, que rico, que rico, clávame, ahhhh, más, más…
Lo más delicioso de
todo es que Andrés no se estaba masturbando ni yo se lo hacía ya que sus manos
las tenía en mis nalgas para hacer más fuertes las embestidas. De repente su
leche empezó a salir gracias a la presión de mi verga dentro de su culo, lo que
pude comprobar después cuando sobre la tierra había gran cantidad de su leche
regada por todas partes y mientras eso pasaba yo estaba tirando adentro del
condón una gran cantidad de leche porque cuando Andrés se venía me apretaba más
fuerte mi verga y me estaba haciendo venir con mucho placer…
- Allí te va mi rey,
que estoy dando mucha leche, si, si, aprieta así que yo me estoy viniendo,
ahhhhhh, así, así, que delicioso culo…
Cuando esto ya había
pasado, le saqué la verga del culo y ambos vimos la cantidad de leche que yo
había dejado.
- Ernesto, ¿Sólo
traías un condón?
- No, siempre cargo
varios,
- Es que quiero culearte,
¿te dejas?
- Como premio te
dejaré culearme rey
Después de un rato de
estar masajeando nuestros penes, volvieron a crecer, nos chupamos mutuamente, Andrés
me pide que me siente en el sillón trasero del auto, ponga mis piernas hacia
arriba que quiere verme bien el hoyo. Lo mira detenidamente…
- Me encantan los
pelos de tu culo
- Y te digo algo, me
vas a desvirgar ya que nadie me ha metido nunca una verga, así que hazlo con
cuidado
- Primero te lo voy a
chupar para hacer que quieras verga, que me pidas verga y aunque sé que no
tengo una gran vergota quiero que estés bien caliente para cuando te la meta
- Andrés, pero la
tienes gruesa.
- Lo sé pero verás que
te va a doler poco.
Andrés empezó su
trabajo de desvirgue de manera muy sutil, después de una chupada prolongada lo
que me excitó grandemente empezó a meter su verga muy, muy despacio. La sacaba
para volver a utilizar su lengua logrando excitarme a extremos, esto lo hizo
varias veces hasta que logró que yo tuviera dentro todo el pedazo que me
ofrecía, de verdad casi sin dolor, pero sí sentía un poco de molestia
- Andrés…me arde un
poco
- Lo sé, y veo las
manchas de sangre que están en el condón, pero pronto se te pasará, ya verás,
en unos días vas a querer otra ración
A los pocos minutos Andrés
ya me estaba metiendo y sacando su verga completa y no sentía dolor, había
logrado excitarme mucho y con su mano derecha me masturbaba para que sintiera
más rico, hasta que me grita
- Ernesto, ya casi me
vengo, ya, ya, ahhh, ahhhh, uyyyyy que delicia, que delicia
- Dame tu leche mi
rey, todita, si, si
- Es tuya, ahhhhhh,
ahhh
Después de venirse
sacó su pene y se metió el mío en su boca, haciéndome una mamada que me hizo
venirme en su boca y cómo me gustó… Andrés sí que sabía como hacer sentir que
otro hombre disfrutara con él. Me dejó la verga limpísima.
- ¿Te gustó?
- ¿Qué si me gustó? Me
encantó, tu culo, tu verga, tu boca, todo me hizo ver constelaciones de placer.
Eres un excelente amante
- Gracias, tu eres
fabuloso también y me gustaría volver a repetir
- Y ¿qué te parece si
incluimos a Javier y hacemos un trío de placer?
- ¿Crees que él
acepte?
- Por la mirada que me
dio cuando le pedí las llaves del auto para supuestamente ir a comprar las
cervezas, que por cierto debemos llevar, le vi las ganas que sentía de ser él
en vez de mí el que fuera contigo
- Ah, y hasta ahora lo
dices
- Claro, sino me
hubiera perdido de estar contigo y te deseaba a gritos
- Pues si es así,
entre más pronto mejor, ahora le dices a ver si acepta
- Bien, pero una
pregunta Andrés, ¿Tú…desvirgaste el culo de Javier?
- Nunca quiso que yo
le diera verga, me decía que él era el hombre…
Cuando hablé con
Javier…(continuará)
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