Una
noche en una discoteca…
Soy
Antonio tengo 19, soy un moreno muy simpático y lo que les voy a contar me pasó
el año pasado. Con mi amiga y su prima me disponía a salir de fiesta, nos
fuimos a una discoteca muy concurrida. Yo esa noche me enganché con la prima de
mi amiga. Cuando ya eran las 12 ella se debía ir y mi amiga se había enganchado
con un cadete de la Escuela Naval. Yo estaba solo en la mesa cuando de pronto
un muchacho rubio, ojos verdes y de muy buen físico (cadete naval también) se
me acerca y me empieza hablar. Hablamos de todo sólo éramos él y yo. Su nombre
es Joel, esa noche no pasó nada, le di mi número de móvil y me fui feliz a mi
casa. Pensé que todo había acabado esa noche, cuando después de un tiempo nos
encontramos en la calle, nos saludamos y empezamos a charlar. De pronto me pregunta si podíamos ir a su casa
porque necesitaba ayuda para hacer unas cuantas cosas.
Llegamos
a su casa, vamos a su cuarto y me invita un refresco. Me pide que lo espere,
que se quería dar una ducha, y se empieza a desvestir en frente mío... Su
paquete bajo el bóxer me puso muy caliente, pero traté de disimularlo.
Entra
a la ducha y comienza a darse un baño con la puerta abierta dejándome ver todo
su hermoso cuerpo y su tremendo paquete. No podía despegarle la vista y no
podía aguantar las ganas comérmelo, creo que se dio cuenta que yo lo miraba
mucho, me puse nervioso y volví la mirada. Cuando me giro para verle de nuevo,
ya no estaba en la ducha, estaba en frente de mí. No lo podía creer, estaba desnudo
y con la pija toda parada. Yo me quedé embobado al verlo frente a mí, de pronto
agarra mi mano y me lleva al baño. Obvio que no opuse resistencia, quién le va
a decir que no a semejante propuesta...
Él
me empieza a besar apasionadamente y lleva mi mano a su tremenda verga, mientras
agarra mi paquete y me empieza a desvestir. Me moría por chupar toda esa verga,
creo que me leyó el pensamiento y me tomó por los hombros y dirige mi cabeza
hacia el bombón que esta entre sus piernas... Lo empiezo a lamer y desde la punta
hasta el final de los huevos, él gemía de placer y sentía que su verga iba a
estallar en mi boca. Me hace poner de pie y me besa de nuevo. Nos empezamos a bañar
juntos, yo tenía miedo de ser penetrado, tenía miedo que me lastimase y por eso
no me dejaba. De pronto y en un hábil movimiento separa mis piernas y cuando
sentí la punta de su pene en la puerta de mi culo sentía que desmayaría. Él me
hablaba el oído cosas con las que no podía negarme, la zambulló toda y yo grité;
primero de dolor, pero ese dolor luego se convirtió en placer...
Luego
de un rato que me estuve dejando follar, me sacó su verga, me giró y me dio una
mamada espectacular. Luego se puso frente a mi de espaldas y comencé a
penetrarlo... el sólo hecho de acordarme me pone muy cachondo; él gritaba más...
más, y yo lo complacía. Follamos varias veces en todas partes. Él me desvirgó y
me sentía muy bien, aunque casi no podía caminar muy bien. Cuando nos
disponíamos a salir después de esa tarde placentera, para no quedarme con ganas
y de goloso le di otra mamada, porque no sabía cuando lo volvería a ver.
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