ME
CONECTÉ AL ELECTRICISTA
Vivo
con mis padres y un hermano divorciado, así que no tengo oportunidad de
“pegarme una cana al aire” en mi dormitorio… Hasta que un día tuvimos que
llamar a Willy, el electricista que hace ciertos trabajos en casa y a quien conocemos
desde hace ya 10 años. Willy es un trigueño alto, de cuerpo fornido, aunque de
forma natural, no por haber asistido a un gimnasio.
Siempre
me llamó la atención su trasero, su espalda ancha y sus gruesos muslos, pero
jamás tuve nada con él por falta de oportunidades, además de que ni él sabía de
mi orientación sexual, ni yo si es que él iba a aceptar una propuesta de ese
tipo, hasta que fue a mi casa un sábado que todos habían salido de compras y yo
debía recibirlo para que reparase una instalación eléctrica de uno de los
baños.
Cuando
llegó, me dijo como siempre muy respetuoso:
—Cómo
está ingeniero, su mamá me dijo que venga a revisar la instalación del baño...
—Pase
Willy— le dije y lo llevé hasta el baño respectivo. Le indiqué lo que
funcionaba mal y me fui a encerrar en mi cuarto a ver unos videos gay nuevos
los cuales estaban buenísimos y no pude evitar excitarme y masturbarme. De
pronto escuché que tocaban a mi puerta muy despacio: y escuché la voz de Willy
que decía:
—Ingeniero,
disculpe pero debo decirle algo— apurado me subí el pantalón, me arreglé la
camisa y fui a ver que quería.
—Disculpe
ingeniero pero me hace falta una pieza y debo ir a comprarla—
—Bueno,
ya le doy plata— le dije y fui hasta la mesa del velador a coger dinero
mientras Willy muy curioso ingresó a mi cuarto tras de mí y buscaba intrigado
de dónde salían los gemidos de un hombre al que se notaba que se lo estaban
follando…los gemidos salían del video que yo había estado viendo segundos
antes…se me había olvidado ponerlo en pausa o apagarlo antes de abrirle la
puerta al electricista!!!
Cuando
tuve el dinero en mi mano y me di la vuelta, vi que Willy estaba parado frente
a mi televisor mirando la escena atónito, así que nervioso me acerqué, le puse
el dinero en el bolsillo de su camisa y le pregunté, un poco tenso, un poco
coqueto:
—Willy,
¿Usted sabe guardar secretos?— El hombre sorprendido me quedó mirando y
titubeando dijo:
—
¿Qué secreto?...
—Nunca
diga a nadie que yo estaba viendo esta película...
—Ah!,
claro…no se preocupe ingeniero, yo soy discreto, quédese tranquilo!—
Entonces,
excitado como yo estaba con aquel video, le pregunté:
—
¿…Y usted es discreto siempre…para todo?—
—Claro
ingeniero, yo a nadie le cuento lo que hago— Al escuchar esto, me sentí más
seguro y le agarré el paquete que formaba debajo de su pantalón su miembro
viril y sentí que el hombre estaba muy bien despachado, así que acto seguido,
le bajé el cierre y le saqué su pene grande y grueso, me arrodillé y comencé a
mamarlo suavemente notando que el macho olía a jabón. Al segundo este pene se
endureció completamente y llegó a alcanzar unos 23 centímetros de largo con un
grosor impresionante y una cabezota deliciosamente bien desarrollada como es
característica en los hombres mulatos.
Levanté
mis ojos para ver como el macho disfrutaba de la mamada, pero en lugar de
encontrarme con un hombre apasionadamente seducido por mi enorme habilidad para
mamar, Willy estaba viendo el video, absorto y sorprendido porque un negro con
pene enorme culiaba a un joven blanco muy guapo y luego lamía su rosado ano
inflamado; entonces le pregunté:
—…Te
gusta como te lo mamo Willy?— pero él, con cierto desdén me dijo:
—…Mmmhh,
SIP…
Luego
puso su enorme mano de obrero rudo sobre mi nuca y me hizo tragar toda su verga
erecta mientras no separaba sus ojos de la pantalla, como diciéndome que me
calle y que no deje de mamar.
Me
tuvo mamando casi más de media hora, mientras él no quitaba los ojos del video
y movía sus caderas atrás y adelante, atrás y adelante, culiándose a mi boca… Como
ya me dolían las mandíbulas y mi ano pestañeaba por sentir esta gruesa barra de
chocolate dilatándome las entrañas…le dije:
—Méteme
tu verga en mi culo— el moreno con actitud muy masculina me quedó mirando unos
segundos, luego chequeó la hora en su reloj como sugiriendo que no tenía tiempo
y finalmente, como si me estuviera haciendo un gran favor me dijo:
—…
A ver, ponte en la cama boca abajo
Ante
esta frase corrí como exhalación, cerré con seguro la puerta por si alguien
llegaba, me saqué toda la ropa excepto un suspensorio blanco muy sexy que
cubría mi pene pero mostraba mi blanco culo y lo desnudo a él, lanzando sus
prendas por los aires hasta que saqué su calzoncillo, era un bikini diminuto
con estampado de camuflaje militar… Esa prenda la lancé a mi closet luego de
sentir su perfume a macho limpio para guardarla como un recuerdo, un trofeo…
Estaba
como loco porque lo único que quería era meterme en la cama con este garañón
moreno que me iba a culiar y como buen pasivo que he sido toda mi vida, no iba
a desaprovechar esta buena oportunidad de recibir semejante porción de verga!, ¡el
macho tenía un cuerpazo!, casi sin vellos, sus piernas eran como las de un
futbolista, sus glúteos parecían dos melones de exportación!, sus hombros y
brazos eran fuertes y musculosos y tenía una cintura muy definida y como si
esto fuera poco…su pene parecía un fierro duro que apuntaba al techo, con una
cabezota enorme y un par de bolas preciosas que colgaban cubiertas de pocos
vellos.
Ya
en la cama, el varonil moreno me sorprendió ya que no tuvo ningún problema en
que nos abrazáramos y besáramos apasionadamente, girando sobre el colchón y
acariciando con furor nuestros cuerpos. Bajé hasta su pene y se lo volví a
mamar un rato para luego agarrarlo de las caderas y voltearlo boca abajo porque
quería ver bien su enorme culo, no porque quisiera yo penetrarlo ni nada de
eso, porque como ya dije antes; yo soy pasivo, sino que me llamaba la atención
el enorme trasero del electricista y en verdad me quedé loco, porque era “un
culazo”... ¡Qué cantidad de carne firme! Curioso, separé sus gordos glúteos y vi
su anito prieto al fondo…sin poder controlarme metí mi cara en este culo
perfumado y le lamí el orto limpio y con un ligero sabor saladito…al tiempo que
alcancé a escuchar unos gemidos apasionados que me hacían ver que a él le
encantaba lo que le estaba haciendo…
—Oooohhh…
ingeniero...qué ricoooooo…oooooohhh……riquísimo…..— me quedé atónito!, el tipo
era un verdadero machazo por donde lo veas! Pero le encantaba que le laman el
culo! Y mientras lo hacía, el hombre desnudo y boca abajo paraba su culo
demostrando un placer infinito en lo que yo le hacía. Esto me excitó mucho y
entonces le di una sesión intensa…se lo lamí, mamé y succioné por un buen rato
fascinado al notar que el hombre estaba en mi poder, que él no podía poner
resistencia a nada ya que se encontraba en el mayor éxtasis de su vida!. Luego
noté con sorpresa que mi pene estaba bien erecto y que yo tenía unas ganas
locas de penetrarlo al verlo tan expuesto, tan a mi merced… Así que sin
pensarlo más, me puse un preservativo, le unté lubricante y se lo clavé!... El
culo del mulato arrecho era apretadísimo!
—AAAaaahhh,
ingeniero…OOOooohhh…— Yo sentía delicioso, no sé cuantas veces se habrán
culiado al moreno pero su ano era estrechísimo y me masajeaba fuertemente mi
duro pene, el cual en contraste con este oscuro anillo de carne... ¡lucía más
blanco que nunca!
Culié
a Willy hasta que eyaculé deliciosamente y enseguida él se dio la vuelta y se
levantó, me agarró de las piernas y luego de ponerse su preservativo y
abundante crema lubricante me penetró cogiéndome “patas al hombro”, yo sujetaba
su enorme humanidad para que no me la mandara toda de golpe porque sentía que
me iba a desgarrar el culo y él comprendió, así que me metió primero la
cabezota de la verga, metió y sacó muchas veces…luego la mitad del tronco
grueso; volvió a meter y sacar una nueva tanda y mucho después lo mandó hasta
la base pero cuando lo hizo el moreno prácticamente me empotró su pieza en mi
culo y me hizo virar los ojos hasta dejarlos en blanco mientras yo decía:
—…
Despacio Willy…despacio… me vas a partir el culo…ooohhh que buena verga que
tienes…
Willy
estaba sumamente excitado, parecería que mi follada lo estimuló, porque luego
de culiarme en esa posición, me puso al filo de cama, en cuatro y boca abajo
siempre con un fuerte mete y saca constante que terminó por dejarme el ano
afuera por la fricción de este pene cuyo grosor parecía una lata de refresco… Lo
seductor de todo esto es que mi moreno culiaba y culiaba, en todas las
posiciones conocidas pero en total silencio, sin decir ni una sola palabra.
Finalmente
acabó llenando el depósito del preservativo de gran cantidad de espesa leche y
luego fuimos a ducharnos, nos vestimos y el continuó con su trabajo muy serio y
sin decir ni una sola palabra.
Con
frecuencia va Willy a mi casa a hacer otros arreglos y en cuanto puede se
desliza a mi dormitorio, me toca la puerta y me pide que le pegue una mamada rápida.
Yo le doy gusto pero siempre es algo breve porque no ha habido otra oportunidad
de estar solos.
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