Me
enamoré de su verga.
Soy
el administrador de un deportivo de una institución de salud, el cual cuenta
con piscina y muchas instalaciones deportivas, resulta que como administrador
tengo la función de supervisar a todo el personal, incluyendo al de sala de
máquinas que se encuentra debajo de la piscina, espacio que los trabajadores
han adecuado con todas las comodidades para soportar turnos de 12 y hasta 24
horas.
El
miércoles bajé a sala de máquinas con el fin de solicitarle sus datos al nuevo
trabajador que llegaba de reemplazo al turno nocturno por otro que tenía una
incapacidad médica, el nuevo trabajador se encontraba bañándose en el baño que
ahí había, un espacio acondicionado con dos regaderas, una enfrente de otra
para facilitar que en el turno de la mañana, que había más personal se bañaran
de dos en dos. Él se encontraba enjabonando su cabeza por lo que no veía que yo
tenía la mirada fija en su entrepierna de la cuál colgaba deliciosamente un
miembro que aún en estado de flaccidez lucía enorme y grueso, estaba
ligeramente curvado hacia un lado y de la punta salía una enorme cabeza, todo
esto con un par de grandes y peludos testículos. Cuando él abrió los ojos ya
libres de jabón, me pilló infraganti con la mirada fija en su miembro, yo sentí
morir de vergüenza al ser sorprendido así y me retiré inmediatamente de ahí.
Él,
de unos 25 años, se había dado perfecta cuenta del impacto que su miembro había
causado en mí, así que al rato se presentó conmigo y me dio los datos
solicitados. Yo apartaba la vista de él, me sentía apenado por haber sido
sorprendido mirándole su miembro de esa manera.
Al
día siguiente buscando un pretexto volví a bajar con la esperanza de verlo otra
vez bañándose pero no fue así, él se encontraba entre los tanques y tubos que
conformaban las conexiones de esa instalación. Me llamó y me dijo que fuera a
ver algunas cosas de la instalación, me hablaba de cuestiones técnicas que yo
escuchaba sin saber de qué se trataba. Estábamos en un espacio tan reducido,
apenas cabía una persona por el estrecho pasillo, así que cuando él pasó por
una herramienta junto a mí, yo me pegué a la pared dándole la espalda y él paso
de frente, con lo cual pude sentir su enorme bulto en mis nalguitas. No sé si
fue intencional o no pero tardo más de lo normal en pasar, restregándome su
paquete. Me quedé ahí sin saber que hacer, cuando regresó volvió a pasar lo
mismo, sólo que ahora descaradamente él se restregaba en mi trasero. Yo quería
salir de ahí pero él me tenía aprisionado contra la pared. Impulsivamente
empecé a parar mis nalgas y fue cuando él supo que aquello me había gustado y
que yo ya era suyo. Como pude me libré de él y volví a salir apresuradamente de
ahí.
Algo
me impulsaba a bajar a la sala de máquinas, así que al siguiente día volví,
está vez él se encontraba en la caseta que utilizan para dormir. Abrí la puerta
y ahí estaba… Me hizo pasar para luego sentarme en el catre, mientras él de pie
sacaba su miembro para comenzar a tocarlo. Quise salir de ahí pero él estaba
parado en la puerta cerrándome el paso, diciéndome que me sentara. Lo hice y él
de nuevo comenzó a masturbarse en frente de mí, yo veía cómo su miembro viril seguía creciendo hasta alcanzar un
considerable tamaño. Estaba de lado a mí, lo veía de perfil, veía ese enorme
miembro curvado ahora hacia arriba y la enorme cabeza desaparecer con cada
jalón que él le daba.
Yo
permanecía inmóvil, sentado a unos pasos de él sin saber qué hacer pero con la
vista fija en su enorme y gruesa verga. Entonces sucedió… volteando hacia mí,
me dijo:
—
¡Me voy a venir… me vengo… me vengo… Tómalos… … … tómalos, aahhhhh! — y se
volvió hacia mí quedando con su miembro a centímetros de mi cara. Instintivamente
cerré los ojos al sentir el primer chisguete de caliente semen caer en mi
rostro, después vino otro y otro… Yo quería ponerme de pie y escapar, pero con
su mano en mi hombro me detuvo mientras seguía eyaculando en mi cara y hasta en
mi pelo. Cuando terminó, tomó mi cabeza con ambas manos y poniendo su verga en
mi boca, dijo:
—
¡Límpiala…!—
Cuando
abrí los ojos; bueno sólo uno ya que el otro estaba lleno de espeso semen, vi
la cabeza de su vergota que aún chorreaba esperma… Abrí mi boca y metí su
cabeza para empezar a chupar lo que quedaba de semen en ella. Él, al sentir el
calor de mi boca me hundió casi la totalidad de esa enorme pértiga y así empecé
a mamársela. Él la sacaba y recogía con su glande el semen que tenía en las
mejillas, como si fuera una cuchara y me lo daba en la boca para que me lo
tragara. Terminé de comerme toda su espesa leche de hombre y me fui… iba con el
sabor de su esperma en la boca.
El
sábado todos terminaron sus labores y el deportivo quedo vacío, así que de
nuevo bajé a la sala de máquinas y él se estaba bañando. Me dijo casi
ordenándome que me desvistiera y que me metiera a bañar, con cierto pudor lo
hice y me empecé a bañar en la regadera que estaba enfrente de la que él usaba,
no hubo palabras. Él se acercó a mí y me puso de frente a la pared, puso su
mano enjabonada en la raya de mi colita y metió uno de sus dedos en mi culito
lubricándolo con el jabón… Después sentí la cabeza de su vergota en mi entrada
y sólo lancé un gemido cuando centímetro a centímetro esa descomunal verga se
fue hundiendo en mi agujerito trasero. Ahí estaba yo pegado a la pared del baño
con toda la fusta de él metida en mi colita… Él bombeaba su vergota de adentro
hacia afuera mientras yo aflojaba las nalgas cuando me la metía y las apretaba
cuando la sacaba, movía mi colita hacia los lados tratando de darle y darme
placer estando ensartado en su verga.
La
locura fue cuando él me tomó de la cintura y empujando su vergota en mi colita
como si me quisiera traspasar, se vino en mí aventando chorros de caliente
leche en el interior de mis entrañas… Fue tan rico que yo también me vine, pero
mi eyaculación se escurrió junto con el agua de la regadera que seguía cayendo
sobre nuestros cuerpos. Cuando esa enormidad salió de mí, me sentí vacío, mi
colita quedó impresionantemente abierta y de ella podía sentir cómo comenzaba a
destilar su lechita.
Estuvo
un mes con nosotros y luego se fue. Durante ese tiempo le mamé su verga, me
cogió en el baño, en su caseta y hasta en mi oficina me hizo suyo. Cuando se
fue, yo ya tenía mi culo bien educado para que me cupiera su vergota, me lo
dejó bien abierto y también me dejó con el gusto por la leche de macho.
Ayer
se fue y ya mi culito lo extraña. No sé qué voy a hacer, él dijo que de vez en
cuando va a venir para volver a darme lo suyo, pero tengo miedo que donde esté
se encuentre a otro, que como yo le dé las nalgas y ya no lo vuelva a ver. Si
regresa ya les contaré.
¿Qué te pareció
este relato?
Vota marcando una
casilla
ò
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.
Este será publicado de inmediato.
Sigue comentando y disfrutando de las Entradas de SECRETOS & FANTASIAS.