LOS BAÑOS DE LA CENTRAL CAMIONERA.
Ese día entre con ganas de ir al baño, me
había tomado casi un litro de agua y mi vejiga quería vaciarse, así que sin
pensarlo y antes de comprar el boleto me dirigí al baño. Estaban a media luz
más bien oscuros. El boletero me dio el
papel y me sonrío, yo entre de prisa no aguantaba las ganas, me dirigí a los
urinarios, me bajé el pantalón con todo y la trusa, para más rápido. Una vez
que terminé de una larga meada, me di cuenta que el tipo que estaba junto a mí
no apartaba su vista de mi verga medio parada; yo la sacudí y cuando iba a
guardarla él la tomó con su mano y se hincó delante mío metiéndola en su boca.
Después de una rápida mamada se incorporó y me indicó con un gesto fuéramos
camino a uno de los baños… no salía de mi asombro, pero me la guarde, fui a los
lavabos para asearme. Estando ahí, me llamó la atención escuchar chupeteos y la
curiosidad me llevó a hacia los inodoros; en una puerta medio abierta estaba un
hombre hincado mamándole la verga a otro que estaba de pie y con los pantalones
hasta abajo. En otro baño un chamaco estaba penetrando a otro señor, y lo tenía
empinado sobre la taza, el que me había limpiado mi verga de los orines estaba
penetrando a un jovencito, la verdad me sorprendí mucho, no sabía que eso
ocurría en los baños de la central camionera. Volví a los lavabos, y me
recargué a fumar, tenía ganas de hacerlo, me sentía confundido, no admirado
pero si confundido, estando en eso llegó un guardia de seguridad y entró
rápidamente a orinar. Él más bajo que yo y gordito, con muy buenas nalgas
paraditas.
Como vio que lo miraba se bajó el pantalón y me mostró sus morenas y
carnosas nalgas, esto hizo que mi verga se pusiera dura, y me la acomodé por
que la sentía apretada dentro del pantalón. Él observó, se volvió hacia mí y me
mostró su verga normal, más pequeña que la mía, pero gruesa. Yo me volteé para
otro lado, él se vistió y fue a lavarse las manos junto a mí y antes de que se
mojara las mismas me cogió el paquete. Yo sólo me sonreí…Él soltándome se lavó
sus manos y ya de salida me dijo al oído:”Salgo en una hora…”.
Salió rápido y yo terminé mi cigarro y me
salí, la verdad iba bien caliente, compré mi boleto ya que viajaría en unos
días, y me dirigí por inercia a un publicitario, esperé más de media hora,
cuando a lo lejos veo al chaparrito, muy sonriente. Me indica que lo siguiera;
fuimos al estacionamiento donde abordamos un WV de esos que ya están fuera de
circulación y quedan muy pocos. Una vez en el, arrancó y se dirigió a una
colonia cerca de la unidad donde habito. Llegamos a una casa pequeña, entró y
me invitó a pasar. Ya dentro se abrazó a mi, me di cuenta que no había nadie,
le respondí el abrazo y él me besó…Eso no le respondí, no me negué pero no se
lo respondí. Me fue desnudando poco a poco mientras besaba mi cuerpo y yo me
dejaba. Cuando vio mi miembro erecto libre del pantalón y el bóxer, se
arrodilló para meterlo en su boca lo más que pudo, propinándome unas mamadas
como jamás las había sentido. Tanto gocé su lengua que estuve a punto de eyacular
en su garganta, pero me logré contener. Cuando ya se sintió cansado de tanto
mamar, se levantó y me puso un preservativo, el cual untó con gel y él se puso
más gel en la raja de su culo. Se puso en cuatro y colocando mi glande en su
hoyo, que se abrió con ambas manos, se lo sumí sin compasión…Él intento zafarse,
por que lo sintió grande y grueso, la verdad no es tan grande pero en ese
momento estaba muy grande y bastante hinchado de tanta sangre que había bajado,
era tanta que hasta morada se me veía. Yo lo abracé e inmovilicé, y después de
un rato que el dolor pasó, comencé a bombearlo. Así estuve gran rato; su culo
gozando los placeres que le daba mi verga. Cambiamos de posición y teniéndolo
con las patas en mis hombros y su culo con mi verga enterrada, sentí como él
sin siquiera tocarlo eyaculó salpicándome el abdomen y el pecho… con sus manos
los untó en su cuerpo y el mío. Yo terminé dentro del condón y dentro de él. Me
salí de su interior y me quitó el preservativo vaciando su contenido en su
rostro y pecho…
Terminada mi faena le pedí me mostrara
donde asearme, él me llevó al baño donde me asee sin bañarme, sólo lavando mi
cuerpo con agua. Me vestí y me despedí, él estaba aún desnudo y oliendo a mi
semen, bueno a nuestro semen. Me fui a casa sintiéndome confundido, pero seguro
de volver a encontrarme con el nalgoncito moreno que conocí en el baño del
terminal…
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