El Novio de mi amiga.
Ya había descubierto mi adicción, mi vicio
con la verga: su tacto, su temperatura, su textura, su morbo, su sabor.
Adoraba poder tener relaciones sin
protección, y desde que lo probé, siempre que podía, lo hacía.
Estaba en el gimnasio y después de una dura
clase de spinning y dos horas de máquinas entré a ducharme. Todos los chicos
sabían que yo era gay, pues mi barrio es pequeño, y aunque no se iban, cuando
me veían se tapaban al verme entrar. Yo no les miraba nada por respeto, y en
parte aunque me fastidiaba, me daba pena de esos pobres desgraciados que se
creían que por ser gay les iba a mirar la polla. Las duchas eran cabinas
individuales, así que me desvestí y con la toalla a la cintura me dirigí a la
cabina más cercana. Dejé abierta la puerta, ya que la mayoría de los chicos ya
se habían marchado. Me enjabonaba cuando sonó la puerta del vestuario, me di
vuelta y vi que era Javier, el novio de mi amiga Andrea. Yo seguí duchándome
sin darle gran importancia al asunto, hasta que sentí como la puerta se cerraba
tras de mí. Me di la vuelta con la cara llena de jabón y al abrir un poco los
ojos vi que era Javi. Él sonrió y me dijo poniendo su mano sobre su rabo:
"Cómemela, y si me gusta, te follo...".
Su pene era grueso y venoso, y aunque no
era excesivamente largo, su grosor lo compensaba con creces. Me agaché y se la
chupé hasta tragármela entera, me producía arcadas, pero me la tragaba hasta el
fondo para ver la cara de placer de Javi.
Al rato me tomó del brazo, me puso contra la
pared y puso abundante gel de ducha en mi culo. A pesar del grosor de su polla
me la metió entera sin dificultad y comenzó a follarme. Al rato entraba y salía
como si se estuviera follando un coño...de pronto me advirtió que se venía y
que quería correrse dentro...
Me folló con más fuerza y embistió su rabo
contra mí que me dolió el culito a pesar de lo dilatado que estaba. Él se
corrió dentro de mi recto y apretó bien fuerte, hasta terminar de echar su
leche en mi culo. Me dejó así con su verga adentro hasta que me corrí.
Nos duchamos juntos y al terminar, me dijo
que fuera a su casa en la noche, que lo pasaríamos muy bien.
Salió con cautela de la cabina, se vistió y
se retiró. Yo, aún con su eyaculación dentro fantaseé con aquella noche: Un
chico bien musculado, hétero y con novia quería follar toda la noche conmigo...
Me limpié bien mi culito y salí de allí.
Por la noche me llegó un mensaje de texto, era Javi diciéndome dónde y a qué
hora nos encontraríamos. Al encontrarnos me saludo amablemente, caminamos un
poco y llegamos a su domicilio...Su casa, ligeramente desordenada, pero me
esperaba con cena. Mientras cenábamos, hablé con él el tema de tener relaciones
sin protección, ya que él tenía novia y yo al no usar condón casi nunca, y el
al ser tan buen amante, con varias conquistas, podíamos contagiarnos de algo.
Él me dijo que con Andrea siempre usaba condón, y con las otras también, que no
me preocupara por ese tema.
Sacó dos pastillas desde un estuche, se
tomó una y la otra me la ofreció a mí, diciéndome que era Viagra, y que
aseguraría tener sexo toda la noche.
Rápidamente se sacó la ropa quedando sólo
en un ajustadísimo bóxer rojo. Se sentó en el sofá y me dijo que me pusiera de
rodillas frente a él. Tomó mi cabeza y la cargó con fuerza sobre su paquete, el
que reaccionó al instante marcando una gran erección. Se quitó su bóxer y comencé a mamarlo, mientras él
miraba una película porno, y comenzó a follarme la boca súper duro. Cuando se
iba a correr, se estremeció y tomó mi cabeza con más fuerza, hasta sentir su
glande en mi garganta, hasta el fondo, y sentí como corría su leche en mi
garganta.
Me levantó casi con furia y rompió mis
calzoncillos con sus manos, me giró y me arrodillé sobre el sofá con el culo
bien parado, abriendo mis nalgas con ambas manos mientras él me comía el culo.
Cuando sentía parte de su saliva correr por mis muslos, acercó su polla y la
metió de un solo golpe, hasta sentir sus bolas en mis nalgas. Me advirtió que
me aguantara, porque me iba a dar muy duro, y comenzó a moverse como un poseído
dentro y fuera de mi culo, que no alcanzó a dilatarse bien, y cada empellón que
daba parecía rajarme el hoyito. Sus huevos daban contra mis nalgas con
violencia, y su polla, más que mojada entraba y salía ahora con más facilidad,
abriéndose paso en mi ano como si fuera un coño. Al fin jadeó y entre pequeños
gemidos y gritos sacó su rabo de mi culo y echo toda la crema en la entrada del
hoyito y en mis nalgas. Luego con su glande juntó su propia leche en mi ano y
me la volvió a meter...Me folló durante horas, y en todas las posiciones que se
pueden realizar, hasta que exhausto, después de un par de horas, me dejó que me
corriera, porque si lo hacía antes, se me iban a pasar las ganas.
Descansamos un poco, pero su miembro
reaccionó de nuevo y volvió a encularme...ya mi ano no daba más, pero su
vergota estaba para dar mambo toda la noche...
Acabó de nuevo y le dije que ya no más, que
me había encantado, pero me iba a vencer los esfínteres...Sólo rió, pero yo
hablaba en serio, me dolían hasta los testículos de tanto sentir sus empujones
dentro, así que me vestí y le dije que dejara ganas para una próxima.
- Pensé que aguantarías más - me dijo.
- Me destrozaste el culo, ¿Qué más puedo
aguantar?- le respondí.
El asunto es que me dejó en la puerta, y
regresé a casa, con el ojete abierto y adolorido. Pero con la convicción de que
para la próxima iba a satisfacerlo en todo lo que él quisiera...
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