Tengo 22 años y la historia que les voy a
contar me sucedió este fin de semana, con mi hasta entonces virgen amigo de 18
años. Nos conocimos originalmente por su interés en mi carrera.
Comienzo por describirme, soy moreno, musculoso,
pelo negro ensortijado, ojos café claro, un tipo normal. Mi amigo es blanquito,
delgado, con pecas en su cara, pelo castaño, ojos verde claro, bien guapo,
nalgón y muy lindo. Los padres de mi amiguito salen mucho de noche,
especialmente los fines de semana, y a él le da miedo quedarse sólo en su casa,
así que por lo general, lo invito a quedarse en la mía, que vivo solo muy cerca
de él.
Así fue como pasó que antes de ayer,
(viernes) se vino a quedar y charlamos casi toda la noche, él me hizo preguntas
acerca de cómo lo encontraba a él, lo que me pareció interesante, y le confesé
que era mi mejor amigo, con quien mas me gustaba pasarla y que él estaba muy
bien y guapo. El también dijo algo parecido de mí. No fue nada del otro mundo
el sincerarnos así, pero si me dejó pensativo su abordaje.
Dormimos muy poco, sólo un par de horas,
así que el sábado, que también se quedó en casa, teníamos mucho sueño, pero él
quería usar Internet, así que le propuse que lleváramos el equipo para el
dormitorio y que ahí trabajara y que yo lo ayudaría si le hacia falta.
En mi cuarto tengo dos camas, la mía y una
para él, y puse el equipo sobre una mesita que daba sólo para mi cama, así que
lo invité a acostarse en mi cama, junto a mí.
Él me dijo, es como gay esto, verdad, yo le
dije que no, que era normal, él accedió, y se acostó al principio sobre la
colcha de la cama, pero luego con el pretexto del frío de la noche, se metió
bajo la colcha, a mi lado. Yo duermo solamente con bóxer y él estaba con pijama
corto, sin mangas, y sin ropa interior.
Al principio, a pesar de estar lado a lado
en una cama sencilla, nuestros cuerpos ni se tocaban, pero después de un rato
me di cuenta que nuestras piernas se rozaban. De repente siento como su pie me
acaricia la pierna suavemente, yo lo dejo hacer por un ratito, sin hacer caso,
es más, la aparté para ver si me la volvía a buscar, y así fue, me la volvió a
buscar y acariciar con su pie.
Después que esto sucedió la segunda vez, lo
miré y le dije, me voy a dormir, sigue tú en Internet. Me hice el dormido y
hasta ronqué. Con un ojo abierto pude ver que mi amiguito aprovecho mi sueño y
se metió a unas páginas porno gay bien calientes y se masajeaba el pene con una
mano y con la otra se tocaba los pezones y pasaba las paginas de Internet. Verlo
a él masturbándose y viendo paginas gay, me puso full excitación, pero no me
atreví hacerle nada. Ya al rato, como a las 4 de la mañana le dije que apagara
el equipo, pero que no era necesario que se fuera, que podía dormir ahí
conmigo.
Y así fue, se quedó ahí a mi lado. Al rato
se puso de lado y aproveché de colocarme más cerca de él, y a propósito rocé mi
pene erecto con su culo y él no reaccionó. Aproveché aún más y terminé por
puntearle otra vez durante varios minutos, sin moverme, y él se quedo quieto
también como si nada. Yo no sabía como interpretar su reacción.
Entonces pensé que la había embarrado, que
ahora él se iba a enojar y que nunca más seríamos amigos, así que me di media
vuelta, dándole la espalda. Mi sorpresa fue que él hizo lo mismo, se dio media
vuelta y comenzó a puntearme, pero esta vez fue más largo, fue exquisito sentir
como su pene rozaba mi culo, lo punteaba en mi raja suavemente, entonces
resolví llevar una de sus manos hacia mi pene para que él me masturbara. Pegó
su cuerpo más al mío y lo sentí rico así mientras su mano me masturbaba
suavemente y sentí como él también gozaba haciéndomela.
Así estuvimos un buen rato disfrutando, el
me seguía punteando y masturbando y yo gemía suavemente expresando así el
placer que él me daba, hasta que me di vuelta y él comprendió que era su turno
y se volteo también, pero esta vez, yo le bajé su pijama y mi bóxer, y lo
punteé en cueros, mi pene rozaba su ano a lo largo de su raja calientita, y
empecé a botar líquido pre seminal, me calenté full, así que le dije al oído,
¿quieres que te la meta? Y él me dijo, si métemela ya.
Me eché bastante saliva en la verga y a su
culito virgen, y le metí de a poco, centímetro a centímetro mis 18 cm. El se
quejaba, me decía que le dolía mucho, pues lo estaba desvirgando y me costaba
abrirme paso dentro de él. Estuvimos un rato intentándolo, el dolor poco a poco
se le fue calmando, hasta que después de una media hora y con mucha más saliva,
ya se la había clavado entera y pude comenzar mí mete y saca. El empezó a gemir
y suspirar del puro placer que comenzó a sentir le estaba dando. Te gusta, le
pregunté, sí mucho, me respondió, no pares, ni de vaina, le dije, tienes un
culito muy rico y me quiero correr en el. El asintió y me dijo: siémbrame tu
leche.
Su culo era apretadito, parecía que me
ahorcaba la verga, fue exquisito meter y sacárselo y escuchar como él lo
disfrutaba, estuvimos así un largo rato, hasta que comencé a acelerar el
movimiento y me corrí dentro de él. Fue divino cogérmelo y le dije lo mucho que
lo disfruté, él me dijo que también y por primera vez nos besamos. Mi verga
salió sola de su culo y nos dormimos. Ya en la mañana, despertamos y él comenzó
a puntearme, su pene es más pequeño que el mío, pero igual es rico, y sin
advertirme ni nada, me lo metió buenísimo, en todo caso yo no soy virgen, ya me
habían enculado antes muchas veces y me gustó sentirlo adentro una vez mas.
Él era virgen de culo y de verga. Así que
me la metió un rato y se corrió inmediatamente. Le dio un poco de vergüenza
eso, pero yo le dije, calma, esto se aprende, y sin más le enseñé, le di vuelta
y se la volví a clavar, esta vez entró más fácil y lo culeé por largo rato,
pero esta vez me aguanté hasta llevarlo a su orgasmo primero. Me lo cogí de
lado que encontré era lo mas fácil para entrenar a novatos y le puse su mano
con una mía en la cabeza de su pene para recibir su eyaculación.
Fue una gran sorpresa para él sentir ese
rico orgasmo, su leche salió con bastante fuerza y abundante. Recogimos su
semen en nuestras manos, nos lo llevamos a nuestros labios para probarlo y
compartirlo en un beso. Mientras tanto yo seguía cogiéndomelo y habiendo ya
disfrutado de su orgasmo, retire mi verga de su colita y le di la sorpresa de
bañarle su carita linda con mi semen abundante.
El abrió su boquita, goloso para recibir mi
lechita caliente, se la di, le gustó y me la compartió en otro beso. Así es
como inicie a mi amiguito en el sexo gay. Después de desayunar juntos y
recuperar fuerzas, lo invité volver a la cama y el quiso que fuera en la suya.
Allí procedí a entrenarlo en diversas posiciones de hacer el sexo y después de
hacérsela a él, lo dejaba practicarla como activo a mi también.
Ahora mi amiguito viene más seguido a mi
casa a pasar la noche y disfrutamos juntos lo máximo todos los fines de semana
y a veces entre semana también, a veces ni siquiera esperamos que salgan sus
padres que están muy contentos con el cambio en él, pues ahora se siente mas
seguro de si mismo. Ah bueno y en Internet nos calentamos y disfrutamos viendo
paginas porno gay, y además él me enseñó muchas nuevas para masturbarme cuando
no estoy con él.
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