Vacaciones
en la Montaña…
Por
aquél entonces yo tenía 16 años, ahora tengo 18. Me llamo Eduardo, era y soy
alto y de piel tirando a morena, ojos marrones y pelo castaño con mechas
rubias. Esto ocurrió un verano que me fui de la capital a casa de mi primo Raúl
que vivía en un pueblo pequeño cerca de la montaña.
Mi
primo Raúl tenía un año más que yo, era alto, moreno, ojos y pelo oscuros,
tenía un cuerpo musculoso y el abdomen bastante marcado. Como sus padres
estaban de viaje estábamos solos él y yo. Tenía novia.
Llegué
a las dos de la madrugada y mi primo me estaba esperando en la Estación de
Trenes. Me ayudó a cargar la maleta a su moto y me llevó a su casa.
Me
preguntó si tenía sueño y le respondí que no pero estaba cansado. Me propuso
que fuéramos a la cama y para levantarnos de madrugada. Dejé la maleta abierta
en el suelo de la habitación que me había preparado, me puse el pijama y me
metí en la cama.
A
las 7 de la mañana me despertó Raúl y me dijo que me pusiera zapatillas y que
no valía la pena que me duchara. Me vestí con pantalones cortos y una camiseta
y bajé a la cocina. No había nadie. Oí que mi primo me llamaba desde fuera y
salí. Allí estaban mi primo Raúl y otro primo mío, Hugo.
Hugo
era más alto que yo pero menos que Raúl, de piel clara, rubio y de pelo rizado,
tenía ojos claros y un cuerpo musculoso, era de esperar, Hugo y Raúl iban casi
cada tarde al gimnasio. Estaban montados en bicicleta y había una para mí.
-
Vamos a dar una vuelta - dijo Hugo - Coge este casco - agregó Raúl.
Cogí
el casco y la bicicleta y fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Llegamos a
casa sudados y hambrientos.
-
Como la ducha es grande - dijo Raúl - podemos ducharnos los tres a la vez.
Esto
a mí no me pareció muy buena idea ya que aún sentía pudor y vergüenza. A Hugo
le pareció muy buena la idea ya que así no tenía que volverse a su casa que
estaba al otro lado del pueblo.
Raúl
y Hugo se fueron directamente a la ducha y yo me quedé sentado en el sofá con
la excusa de que estaba cansado. No cerraron la puerta del baño esperando que
entrara luego.
Sentí
que se reían y miré por el pequeño agujero que dejaba la puerta entreabierta.
Los vi a los dos casi desnudos. Hugo en bóxers y Raúl aún en short. Hugo entró
a la amplia ducha, así que pude ver su blanco trasero, Raúl se quitó los short
y pude ver que su verga, no era más grande que la de Hugo. La de Hugo era un
poco más grande de lo normal, clara, con la punta rosada y con el vello rubio;
la de Raúl, en cambio, era un poco menos larga pero más gruesa y morena.
Me
quedé allí observando. Cuando llevaban un tiempo en la ducha, Hugo se empezó a
tocar.
-
Hace mucho que no cojo - dijo
-
Pues pajéate - le respondió Raúl
Hugo
se empezó a tocar y se le fue levantado el miembro hasta que quedó como de unos
17 ó18 cms. Raúl estaba también bastante caliente y se le empalmó el miembro
hasta unos 22 cms. Me empecé a calentar y a tocarme. Comenzaron con una
frenética masturbación y en unos minutos ambos eyacularon abundantemente. Una
vez que se habían corrido los dos y sus vergotas estaban ya flácidas, me
llamaron y entré. Me dijeron que me duchara con ellos, pero me negué alegando
que me daba vergüenza. Me respondieron que entre hombres no tenía que haber
vergüenzas ya que todos tenemos lo mismo.
-
Pero de diferente tamaño - dije yo para que me dejaran marcharme.
-
Pero si somos primos, venga, no seas así - dijo Raúl - A ver si será que no
quieres que veamos tu “minipicha” - me molestó Hugo.
Después
de un rato de bromas acepté y me empecé a quitar la ropa: Me quité la camiseta
y los pantalones y me quedé en bóxers. Como ya se me había pasado el calentón
me los quité y me metí en la ducha que era realmente amplia. Mis primos me
miraron brevemente.
-
Ahora entiendo porqué no querías que te viéramos - dijo Hugo.
-
Venga - dijo Raúl - no te acomplejes ahora.
Estuvimos
un rato hablando de nosotros y del tiempo que hacía que no nos veíamos hasta
que salió el tema que yo quería evitar: el sexo.
Primero
hablamos de novias y chicas pero luego la conversación se fue calentando y
terminamos hablando de la masturbación. Primero hablamos de nuestra primera vez
y de cómo solíamos hacerlo, hasta que salió el tema de la masturbación mutua.
Llevábamos un rato hablando de estas cosas y noté que los tres nos estábamos
calentando así que salí de la ducha, me sequé, me vestí con ropa limpia y me
fui a ver la televisión.
Estuvimos
todo el almuerzo charlando animadamente y por la tarde, como hacía mucho calor,
nos quitamos las camisetas y quedamos sólo con pantalones. Estábamos jugando a
la video-consola en la habitación de Raúl cuando uno de ellos propuso de ver
una película. Raúl bajó de Internet una de la que todo el mundo hablaba y nos
sentamos en la cama. Al empezar la película nos dimos cuenta de que era un poco
rara. Había descargado una película porno. Yo propuse que intentara buscarla de
nuevo, pero al final la dejaron y al cabo de poco estábamos ya los tres
empalmados.
-
No me aguanto más - dijo Hugo.
Se
quitó los pantalones y los bóxers y se empezó a manosear la verga. Raúl hizo lo
mismo y pude ver de cerca esas dos enormes pollas. Como yo también estaba muy
caliente, me quité también la ropa e hice lo mismo. Pude comprobar que mis 15cm
no eran nada al lado de esos monstruos. Como por impulso me lancé sobre el
monstruo de Raúl y lo empecé a lamer.
-
Sigue así - dijo él.
Cuando
se corrió, cogió a Hugo y empezaron a abrazarse. Yo, al ver esos musculosos
chicos con esos rabos me quise meter en medio pero no pude así que cogí a Hugo
por detrás y empecé a lamer su culito blanco y él gritó de placer. Al final
terminamos con Raúl cogiendo a Hugo, a la vez que este me follaba a mí y yo me
masturbaba. Nos corrimos y quedamos agotados sobre la cama. Pero Hugo no tardó
mucho tiempo en tener una nueva erección, y tentándome con su enorme pija, me
incorporé y comencé a mamarlo…
Raúl
empezó lentamente a jalarse y también consiguió una enorme erección. Mientras
se jalaba, me metía los dedos en mi hoyito y yo seguía dándole con la boca a la
dura herramienta de Hugo. Imitando una pose de la película que estábamos
viendo, Raúl de lado se colocó tras de mí y comenzó a penetrarme, mientras Hugo
se acomodó cerca de mi cara y me golpeaba con las mejillas con su verga erecta.
Comencé a mamarlo mientras Raúl me penetraba con furor…
-Voy
a acabar…- dijo Raúl a la vez que me sacaba la verga, para acercarse a mi cara frente
a Hugo.
Me
acomodé de espaldas para esperar el lechazo de esos machos ardientes, el que no
tardó en llegar inundándome el rostro con espesa leche caliente de macho…
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