7/3/14

ERA CASI DE LA FAMILIA...(RELATO).

En la casa de José Miguel…



José Miguel es un hombre de 34 años que se crió como miembro de la familia. Vivía en una zona campestre y trabajaba de albañil. Desde niño siempre esperaba a que se durmiera cuando venía de visita y comenzaba a buscar su pene y a chupárselo. Él es un hombre fuerte, alto, de piel morena, muy atractivo y además con un pene grande y grueso, con mucha piel que se paraba cada vez que se lo tocaba mientras él dormía. Con el tiempo, dejé por completo esta práctica, porque ya no soy un niño. Tengo 17 años y no me gustaría que pensara mal de mí.

Una noche me quedé en su casa. Él esa noche no durmió en su cama con su esposa, sino en el sofá porque su niño pequeño se había orinado debido al frío. Escuché cuando se pasó para el living, me excité en seguida recordando cuando él se quedaba en casa… Me hice el dormido un par de horas para que él se durmiera profundamente, y no pude aguantar las ganas. Me levanté y empecé a tocarlo…

Tenía un bóxer puesto y su torso desnudo, tuve suerte de que no traía más ropa puesta. Comencé a mamarle la verga y en un instante me agarró por la cabeza y me empujó su pene dentro de mi boca. Al principio me asusté, pero no podía parar. Luego sacó su pene, se subió el bóxer y se volteó boca abajo para dormir. Entendí que ya no quería más y me fui a dormir al dormitorio.

Esa mañana su esposa había salido para llevar al niño al doctor, lo sé porque escuché todo lo que pasaba, ella tardaría unas dos horas porque el pueblo estaba lejos.

—… Esperaré a que José Miguel se vaya y me levanto para no verle la cara…— Pensé. Estaba muy avergonzado. Pero de repente sentí que alguien se me subió en la espalda, yo estaba dormido boca abajo. Era José Miguel arrimando su pene en mi culo, haciendo movimientos de penetración pero sobre la sabana.

Me volteé y vi que estaba completamente desnudo, con ese cuerpo grueso de hombre rudo, con su pene erecto a toda asta, con su cabeza brillante lista para ser chupada. Entonces me atrajo por las piernas y me empezó a desnudar. Me volteó y pasó su lengua en mi ano, lubricándome y tratando de penetrarme con la lengua. Luego me hizo meter su pene en mi boca, ese olor y su sabor me hacía recordar todas las veces que lo había chupado.

Estaba muy excitado: chupaba sus bolas, me las metía de a una en mi boca; eran muy grandes para meterlas las dos… Sentía cómo se contraía en mi boca, me lo empujaba muy adentro hasta la garganta, salía todo mojado y cuando lo empujaba, sentía cómo bajaba mas allá de mi garganta y mi nariz tocaba sus vellos púbicos. Estuve largo rato haciéndole sexo oral. Hasta que me cargó, me llevó a su cuarto y montado sobre mí empezó a meter lentamente su pene para abrir mi ano.

Ohh!!!... Era demasiado grueso, no podía entrar en mi ano. Luego fue y buscó una crema humectante del niño y se la roció en el pene. Ohhh!!!... Cuando apenas sentí su glande en mi ano mojado apreté muy fuerte la almohada, y lo empujó adentro con fuerzas. Me hizo gritar de placer y dolor. Casi no aguantaba, era demasiado grueso para mi estrecho ano. Sentía cómo me penetraba…me abría…

Luego de todo aquel inicio, empezó a penetrar con ritmo y suavidad. Empezamos a sudar, luego me cargó; yo con mis brazos en su cuello y mis piernas en su cintura. Era muy fuerte, quedé sorprendido cuando me metió su pene y rítmicamente me levantaba y bajaba sobre su verga dura. Acerqué mi boca a la suya y fue cuando realmente perdí la noción de la realidad… Mientras lo besaba, sentía su pene en mi culo entrando y saliendo, fue algo que me excitó demasiado y me puse salvaje, quería más y más...

Me colocó en cuatro sobre la cama y me comenzó a penetrar duro y rápido. Yo tenía los ojos cerrados tratando de aguantar, él gemía como un luchador, mientras apretaba mis nalgas, hasta que sacó su pene y me vi el trasero en el espejo, mi ano estaba muy abierto, nunca imaginé tenerlo así, era un gran orificio. Entonces se acostó, nos pusimos de lado, él subió una pierna mía aguantándola con la mano y metió de nuevo su pene mientras lamía mi oreja, estuvimos un rato así hasta que me puso boca abajo y se montó en mi espalda, sabía que así el pene entraría entero y así fue. Cuando lo metió me retorció, y empezó a culearme muy rápido, parecía un endemoniado, hasta que lo empujó hasta el fondo y se detuvo... Fue cuando sentí que su pene se hinchaba dentro de mí. Me estaba acabando adentro, él gemía, y sentía cómo bombeaba su semen. Me quedé relajado disfrutando de la sensación. Él metió su mano por debajo y empezó a tocar mi pene, y sintiendo su pene prensado y venoso dentro de mí fue algo que me hizo acabar. Sacó su pene, estaba mojadito y pasó la punta por mis nalgas regando su semen, sentía cómo su espesa eyaculación salía de mi ano y él la recogía con la punta de su pene y lo pasaba en mis nalgas.

Fue un sueño hecho realidad. Me dijo que teníamos que volverlo a hacer, se colocó la toalla y fue a ducharse. Mientras yo limpiaba todo y cambiaba las sabanas de la cama, me sentía totalmente satisfecho. Al salir del baño me hizo mamárselo de nuevo, esta vez él hacía movimientos de penetración en mi boca; gimiendo, hasta que acabó en mi cara... Semen espeso, caliente y abundante cayó sobre mí, era mucho, y se deslizaba de mi cara hacia mi pecho corriendo por mi abdomen hacia mi pene. Limpié el semen de su verga con mi boca. Luego me envió al baño a bañarme, ¡…Cielos…! El ano me dolía, estaba bañado en esperma y tenía semen dentro de mí. Fue demasiado rico. Al rato llegó la esposa, y es como si no hubiese pasado nada, estábamos muy reservados y así fue hasta la próxima vez que lo hicimos, esta vez en el granero y después en mi casa…pero eso es otra historia.


1 comentario:

  1. Waaa... Cómo lo hago para xonseguir un machote vergón de piel morena que me haga lo mismo que a ti... Muy buen relato, me puso mi hoyito bien retejugoso...

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