CITA A CIEGAS... (RELATO)

CITA A CIEGAS

Este relato me lo compartió un amigo… le dije que estaba muy bueno y le propuse contarlo en mi Blog. Estuvo de acuerdo, pero que cambiara los nombres y que por sobre todo, el relato no fuese tan explícito… Pues lo intenté y aquí está el resultado… Ojalá les guste…

-”Gracias por aceptar… estás muy guapo!”- fue el mensaje que recibí de Jorge.

- Me halagas! No puedo decir nada de ti porque no tienes foto de perfil, me gustaría conocerte- respondí, pero Jorge sólo me envió un sticker…

Pasaron los días y recibí un DM de Jorge en el que me invitaba a salir. Como no tenía nada planeado le conteste que si. Entonces el me envió un numero de teléfono y una dirección. Era un Antro al que jamás había ido. Entonces lo de costumbre, le dije como iría vestido, y Jorge me dijo que me estaría esperando, que él me buscaría…

Mis tripas cosquillearon como cuando algo va a pasar, era una sensación entre nervios y ansiedad, pero me decidí…

Cuando entré, era un lugar oscuro, se oía música de moda. No había mucha gente, pero los que estaban eran sólo hombres…

Me senté en la barra y pedí una cerveza. Mientras, miraba alrededor para captar un poco más del ambiente. A un costado, había un tipo de unos 30 años, blanco y cabello claro, usaba anteojos… era el único que me miraba con insistencia, el resto, conversaban animadamente con sus acompañantes… pensé que él sería Jorge, pero no hice nada, esperando que él me buscara. Pasaron varios minutos y nada! Sentí temor, tal vez él se había arrepentido o era demasiado tímido. Quise tomar el teléfono y marcar el número que me había dado, pero esperé otros minutos… Me volví hacia la barra y seguí tomando mi cerveza, cuando unas manos blandas y ardientes se posaron en mis hombros… un escalofrío recorrió mi espalda!

Me giré lentamente y mi corazón se aceleró con fuerza. Quedé sin reacción al ver que el dueño de esas manos era Gerardo… el  marido de una amiga de mi madre y que hacía ya casi diez años que no veía… Miles de recuerdos se agolparon en mi cabeza, como cuando aquella vez en que casi nos sorprenden desnudos en mi habitación… (Voy a contar también esa experiencia)…

-Qué grato encontrarte aquí- me dijo extendiendo su mano para saludarme. Yo tomé su mano y la apreté fuerte, pero no pude evitar arrojarme sobre él y abrazarlo con fuerza… Lo besé y abracé de nuevo, y pude ver que él respondía mi afecto con caricias en mi espalda y apretándome fuerte contra su pecho… recordaba tanto su aroma de hombre, sus brazos gruesos y esa barba mal afeitada que me raspaba cuando me besaba…

- ¿Qué haces? ¿Esperas a alguien?

-NO… - le respondí…definitivamente Jorge pasó a segundo plano…

-Sentémonos allá… ¿Estás tomando cerveza?¿Quieres otra?

-No gracias, con esta es suficiente!- respondí mientras lo acompañaba a una de las mesas.

Había tantas cosas que explotaban en mi cabeza, que no encontraba una forma para comenzar a hablar. Gerardo había sido mi primer hombre! Él me enseñó tantos secretos a la hora de amar, me enseñó cómo satisfacer a un amante ardiente…

-Estás muy guapo!- dije mientras él me devolvía una sonrisa…

-Gracias! Tú has crecido bastante, pero tus labios siguen igual…- me respondió quemándome con su mirada…

-Y no me has dicho, qué es lo que haces por acá… esperas a alguien?- preguntó de nuevo.

-En realidad… si…-respondí- quedé de encontrarme con alguien…

-Pues parece que te han dejado plantado!- dijo como si eso le divirtiera.

-En todo caso, creo que ha sido lo mejor… venir a este lugar y encontrarme contigo…- le dije coqueto…

-Brindemos por eso! Y por este encuentro…- dijo alzando su cerveza.

-Por las viejas amistades- respondí.

-Por las nuevas relaciones…- me dijo mirando fijamente llevando la botella a sus labios…

Mis piernas comenzaron a temblar.

-Creo que tendré que ir al baño…- le dije y me levanté…

Estaba en el urinal, tratando de ordenar un poco mis ideas. Gerardo había sido por mucho tiempo mi “amigo con ventajas”… Él me amaba con ternura y pasión. Me hacía llegar a los más exagerados orgasmos… y por supuesto, yo a él… En eso estaba cuando entró al baño el tipo rubio. Se paró a mi lado y desabrochó su bragueta… sacó su pija y comenzó a sacudirla y jalar el prepucio hacia atrás… en unos segundos, su verga había duplicado su tamaño poniéndose dura y roja…

Wow! -pensé- será que este es mi cita a ciegas?. Eso realmente me estaba exitando!

Sonó nuevamente la puerta del baño, y entró Gerardo, quien no le costó mucho darse cuenta de la situación.

Enjuagó sus manos, las secó y se acercó a mí por la espalda… me abrazó fuerte contra su pecho, mirando al tipo rubio con autoridad, como queriendo decirle: “Ey!, es de mi propiedad!”…

No atiné a nada… sólo sentir su pecho y su paquete en mi trasero me hizo perder la noción del tiempo y el espacio… ya no importaba nada! Ni siquiera el tipo rubio que se masturbaba frenéticamente…

Gerardo me condujo hasta el último cubículo, donde comenzó a besarme apasionadamente mientras desabrochaba su camisa, soltaba su cinturón desabotonando su pantalón y bajándose la bragueta… tomó mi remera y la puso tras mi cuello dejando mi torso desnudo. Pude sentir el calor de su pecho desnudo y la suavidad de los tupidos pelos que le cubrían por completo… en su slip blanco, una manchita húmeda se marcaba en el lugar donde su miembro quería salir de su prisión.

Era un espectáculo que hizo al tipo rubio acabar copiosamente sobre el urinario… pero nosotros estábamos comenzando…

Seguimos besándonos con Gerardo, y podía sentir la dureza de su miembro que se había despertado por completo. Comencé a tocarlo… me parecía más grueso y largo de como lo recordaba…

Gerardo se apoyó en el muro y se dejó llevar… empecé a besar su barbilla, su cuello, sus pectorales lamiendo sus tetillas y acariciando sus tupidos vellos… seguí por su abdomen hasta que me puse de rodillas frente a él. Gerardo acarició mi cabeza.

Comencé a besar su verga sobre el slip, lo que hizo que saliera su cabeza sobre el elástico… tiré un poco su calzoncillo hacia abajo hasta que su miembro quedó completamente liberado…

Lo llevé a mi boca y recordé cada detalle que hacía que Gerardo enloqueciera de placer! Mi lengua añoraba cada segundo que el destino nos tuvo alejados. Era como haber continuado una escena después de tanto tiempo que estuvo en pausa…

El tipo rubio gozaba con lo que estaba viendo! Su verga más roja que antes comenzaba a botar largos hilos de su baba cristalina…

Gerardo gozaba con cada caricia que daba a sus piernas, se estremecía cuando pasaba mis manos por sus nalgas… gemía cuando llegaba tan adentro que me dejaba sin respiración…

Súbitos espasmos me indicaron que Gerardo había alcanzado el limite! Repentinamente, mi boca sintió el sabor que mi lengua añoraba hace tanto tiempo…mis labios jugaron con la suavidad de la delicada piel íntima de Gerardo, mientras él jadeaba como si hubiese subido una montaña…

El rubio jadeaba y se masturbaba acabando nuevamente… su leche desperdiciada en el urinario. Seguro este tipo será el más fiel asistente a esta taberna…

Gerardo me levantó y junto sus labios con los míos, suavemente sus labios se fueron abriendo… Le  compartí de mi boca el sabor de su propia pasión…

El miembro de Gerardo volvía a colgar plácido nuevamente. Entonces subió su slip y comenzó a abrochar su camisa… justo a tiempo, ya que cuando abrochaba su cinturón, se abría la puerta del baño y entraba un tipo, que nos miró con curiosidad. Yo lavaba mi cara y Gerardo salía presuroso… el tipo rubio se había encerrado en un cubículo…

Salimos de la taberna con Gerardo. Al poco andar, me abrazó y yo le correspondí.

-Quiero que sepas que extrañé cada momento que no estuve contigo- dijo. Y ahora que nos hemos reencontrado, quiero que no volvamos a alejarnos, quiero estar contigo, siempre y cuando tú estés de acuerdo...- agregó.

-Gerardo, yo quiero que sepas, que esta noche no me iba a encontrar contigo. Tenía una cita a ciegas… y creo que era el tipo rubio del baño…

Gerardo me miró sorprendido y rió…

-De veras que este noche te ibas a encontrar con Jorge!- me dijo, lo que me sorprendió ya que jamás mencioné el nombre de quien me encontraría… - Creo que Jorge fue una buena excusa para encontrarnos…- me dijo divertido mientras besaba mi mejilla…