Tenía
24 años y me encontraba en plena plenitud física después de casi de 5 años de
duro entrenar y de dietas… Creo yo mi mejor temporada, y justamente entré a
trabajar como Asistente de Dirección en un Colegio Particular…
El Colegio
era administrado por la Directora, “Miss Lucy”, una señora ya de 40 años y muy
activa, que aunque tenía esa edad era una mujer de físico impresionante y
admirable, y por su marido “Señor Maximiliano” un señor de unos 45 años que no estaba
nada de mal y con un físico tremendo! El señor media como 190 o quizás más.
Cuando
llegué al Colegio ambos me trataron muy bien, profesionalmente no teníamos
ningún problema, nuestra relación laboral era sana…
Lo que a
veces me sacaba de onda era el señor Maximiliano, que era muy serio conmigo y a
veces me evitaba… eso era incómodo algunas veces.
Prácticamente
era una actitud similar a ser homofóbico, pero en ese entonces era muy de
closet y realmente era muy discreto en mi forma de ser, no me gustaba dar de
qué hablar y menos en el trabajo. Hasta que un día fui citado por Miss Lucy en
su casa por la tarde un fin de semana, pues revisaríamos la contabilidad de unos
meses atrás y necesitaban de mis servicios… Pues tuve que asistir sin más
remedio, un fin de semana tirado a la basura… trabajando, qué mal! —pensé.
Cuando
llegué a la casa de mis jefes, pues como me lo esperaba era una mansión enorme!
Hasta alberca tenia…!
Me abrió
la puerta y con mucho gusto la hija, que realmente nos llevábamos muy bien…
sospecho que sentía algo por mí…
Yo fui
en una camisa gris ajustada y unos jeans, zapatillas tenis, gorra de los
Yanquis y mi “mochilita” con mi laptop y con lo justo para trabajar esa tarde
de sábado.
—Lalo!
Mucho gusto!! Pasa mi mamá en un momento baja…— me dijo su hija cuando me abrió
la puerta, se apreciaba mucha actividad en la casa, al parecer saldrían, pero?
No trabajaríamos en la contabilidad como habíamos quedado???
Rápidamente
baja Miss Lucy por las escaleras muy acelerada intentando arreglarse un
prendedor para el cabello…
—Discúlpame
Lalo tengo que salir… es cumpleaños de mi hermana… perdón, no lo recordé y ya
se nos hace tarde… pero no te preocupes Maximiliano se va a quedar a ver los
pendientes contigo…— me dice Miss Lucy mientras sale por de la casa con sus
hijos…
—Diablos...!
Va a ser uno de esos días donde no sé qué decir y muchos silencios incómodos… y
lo peor… con mi jefe…— pensé.
De
pronto se abre la puerta que da hacia el jardín (una puerta deslizante de
cristal) y sale el señor Maximiliano con una toalla escurriendo, en traje de
nadar diciéndome:
— Lalo,
por favor pasa a mi estudio en un momento estoy contigo… Es la doble puerta
junto a la sala…
Pasé al
estudio como él me lo pidió, en ese lugar encontré una vitrina de caoba muy reluciente
donde había muchos trofeos y fotografías donde estaban los dos: Miss Lucy y el
Señor Maximiliano en varias actividades como maratones y competiciones donde el
señor Maximiliano era por mucho el que más trofeos y medallas tenía…
En el
escritorio estaba una foto del señor Maximiliano y su mujer en traje de baño,
al parecer disfrutando de unas vacaciones en alguna playa en el Caribe, me
atrapó el cuerpo del señor Maximiliano, su físico era impresionante, dorado por
el sol y lo que más me llamó la atención fue el traje de baño que usaba era muy
justo y de color negro con adornos de Adidas, era un traje profesional para
nadar…
Me fijé
muy bien que al señor Maximiliano se le notaba notoriamente la forma del glande
y se notaba que su pene quizás era grueso… en ese momento me atrapó esa idea.
Sin darme cuenta cuando entró el señor Maximiliano al estudio muy sigilosamente
y con voz seria me dijo:
—Traes
tu “lap” para trabajar…?— dejé la foto deprisa en el escritorio y conteste que
la traía conmigo…
Creo que
en ese momento me ruboricé de pena… qué habrá pensado de mí viendo de esa
manera esa foto en especial?… qué pena!!
Noté que
traía un pantalón deportivo y traía una toalla pequeña como de manos con la
cual se secaba el cabello…
Saqué mi
laptop y la puse sobre el escritorio mientras el señor Maximiliano me decía:
—Qué
tonto soy… dejé mi laptop en mi recamara… espera voy por ella, también pasaré
por los libros de contabilidad que están en una caja en la cocina… regreso…
gustas algo de tomar? —A lo que yo conteste: no gracias… estoy bien.
Salió
del estudio… yo me repetía una y otra vez: “tonto… tonto… tonto que fuiste…”
Unos
minutos después escucho al señor Maximiliano decir:
—Me
puedes ayudar Lalo— volteé a verlo y vi que traía una caja cargando y encima de
la caja una laptop… se veía que pensaban mucho.
Rápidamente
fui a ayudarlo, y tratando de quitarle la caja, pasé mi mano cerca de él y
sentí algo… vi su cara y pude ver que él me miraba pues involuntariamente rocé
su miembro…
Dejé la
caja en el piso y me dijo:
—No
creas que no lo he notado… desde que llegaste a trabajar con nosotros lo he
visto. He visto como me miras, he notado cuando me miras el entre piernas o que
miras mis manos cuando tienes oportunidad. Es más, muchas veces te pones
nervioso cuando estoy a tu lado… Sabes que eso es un delito… pues me estas
acosando, y yo no soy de esos. Me puso la mano en mi hombro derecho… Yo me
quede frio… empecé a sentir ese hormigueo en mis manos y esa sensación de vacío
en el estómago, no sabía que decir… él se había dado cuenta como lo veía y se
ve que quería guerra, quizás era homofóbico o algo así.
Un
silencio continuo, yo baje mi mirada por pena y por sentirme incómodo… pero
seguro el señor Maximiliano me seguía observando pues sentía su mirada en mi
cara…
El silencio
se rompió cuando Maximiliano gritó diciendo:
—Anda
cabrón, sé que eres un puto de mierda… se que te gusta la verga en el culo!… y esto
no lo voy a tolerar más… tú sabes que esto es un delito y tienes todas las de
perder… tú dime como nos podemos arreglar…
Yo me
sentí muy mal, tenía razón, era acoso lo que hacía, así que dije con una voz
quebrada:
—Discúlpeme
Señor Maximiliano, no era mi intención hacerlo sentir tan incómodo— levanté mi mirada para verlo y él alzó su mano
de mi hombro y se tocó la frente con los dedos, como en señal de disgusto…
Mientras
tenía los ojos cerrados, el señor Maximiliano me dijo
—Antes
que todo dime Maximiliano. Lo que quiero que entiendas… que veo que no lo haces
de… es que… ya! La cagaste! ya lo hiciste! Y lo que hiciste ya no se puede
borrar, sabes que te puedo demandar y que yo ganaría. Lo que quiero es que
lleguemos a un acuerdo…
—… Y qué
es lo que usted quiere? De verdad que deseo que me disculpe, dígame para que
esto se pueda resolver…
—Quiero 500
mil pesos, porque lo que hiciste estuvo muy mal y claro tu renuncia. Yo no
trabajaré con un puto en la escuela… Claro! Por los niños… — me dijo con un
tono de enfado.
Yo me
quedé callado… muchas cosas pasaron por mi cabeza, de dónde sacaré ese dinero
pues era mucho…
Una
pausa… mientras estábamos parados en el estudio, Maximiliano me tomó del hombro
y me dijo:
—Sé que
no tienes esa cantidad de dinero, ven siéntate…— y me llevó a un sofá de piel
negra que tenía en el estudio… yo me senté y él se sentó en otro sillón frente
a mí abriendo las piernas y tomando una posición agresiva…
Ya
sentados me hizo otra propuesta:
—Lalo,
sabes que llevo con mi esposa casado 16 años, son muchos años, verdad?… pero
sabes? Llevamos 9 años ya sin sexo, y quiero aclarar que no es por qué yo no pueda,
es porque mi mujer se volvió muy frígida… odia el sexo, yo me la paso jalándome
la verga noche tras noche, sin sexo, o a veces pagando por ello a prostitutas…
pero sabes? Eso ya se acabó, ahora te tengo a ti, tú vas a darme tu culo para sacar
estas ganas que tengo… Vas a ser mi puta personal, durante el tiempo que yo decida…
así olvido el dinero y puedes seguir trabajando para mí y mi esposa en el Colegio,
que dices? No soy generoso…? No te espantes, no soy joto como tú, sólo quiero
coger es todo…
Me quedé
pensando… En ese momento me sonó fácil su propuesta, yo quería seguir
trabajando, pues tenía que pagar la carrera aún y me faltaba poco para
terminar, así que accedí a su propuesta…
—…Está
bien, acepto su propuesta…— le dije en un tono muy quebrado y con miedo…
Maximiliano
se puso muy feliz de mi decisión pero también cambio mucho, ya no era esa
persona seria, su actitud cambio a ser una persona machista y prepotente….
Se
levantó del sillón haciendo una sonrisa y chocó sus manos sobándoselas después
como si fuera a degustar un platillo y dijo:
—…Pues
bien! Si le dices algo a mi esposa te mato… entiendes putito? —a lo que
conteste que si…
Se sentó
a mi lado con una cara de gusto y de impaciencia, me abrazó con uno de sus
brazos y me dijo
—Me da
mucho gusto que ahora seamos amigos, a ti no putito? Quién lo diría…? Mi propio
chupa vergas a mi antojo… Ja!… Sabes, me da mucha curiosidad el sexo entre
putos, puedo preguntarte algunas cosas?
Las
manos me sudaban y estaba temblando… Era víctima del chantaje y no sabía que
hacer…
—…Sí,
claro… pregúntame…— respondí mientras él me miraba y me preguntaba:
—A ti que
te gusta? Que te la metan o sólo la metes?
—… me
gusta ambos…— respondí…
—O sea
que te gusta que te la metan y meterla?… mmmhhh, muy interesante, y no te duele
el culo? —Le respondí que si pero era parte del juego y que después se volvía
un placer…
Mientras
contestaba sus preguntas, él se tocaba la verga con la mano dentro del pantalón…
En una de esas la sacó y me preguntó:
—Oye… y
como ves mi verga? Si te gusta…? La verdad si esta grande no?
La verga
de Maximiliano era larga y gruesa, y miraba hacia la izquierda un poco curvada.
Yo creo que medía como 20 ó 21 cms. pues la mía es de 18 y la de él era más gruesa
que la mía por mucho, de testículos grandes y se notaba que nunca se recortaba
el vello…
—Es muy
grande, más que la mía…— respondí. Maximiliano soltó una carcajada.
—Mi
mujer se volvía loca comiéndosela… de verdad es más grande la tuya? Ja-ja-ja quiero
compararla con la mía a ver muéstrame la verga?
Yo me
bajé el pantalón y los bóxers dejándolos caer en el piso, pero no tenía una
erección, la situación era muy estresante para mí y no logré excitarme…
Maximiliano
se rió cuando me vio… y dijo:
—Por qué
la tienes como asustada? No que te gustan las vergas? Anda!! Que se te pare…
quiero compararlas… ándale…! Ya sé. Fue por una licorera y unos vasos para
servir whisky, me dio un vaso con hielos y me dijo:
—Ten
siéntate y relájate, te pondrías más cómodo si me quito el pantalón? Para que
los dos estemos igual? Lalo, yo solo quiero pasarla bien, no te presiones,
tenemos un acuerdo los dos TODO ESTA BIEN…
Se quitó
el pantalón dejando sólo su polera blanca y las zapatillas tenis… con su vaso
en la mano saltó al sillón y sentó muy cerca de mí… abrazándome de nuevo le dio
un trago a su vaso.
—Sabes…?
Siempre me he preguntado que se siente la lengua en el ano… digo, porque yo se
lo hacía a mi mujer cuando teníamos sexo y se retorcía de placer… que se siente,
eh?…
—… es
una sensación muy placentera, el ano tiene muchas terminaciones nerviosas que
causan muchas sensaciones… nada más que con limpieza…
Maximiliano
se medió acostó dando la espalda en el codo del sillón dejó su vaso en el piso,
se alzó los huevos y abrió más las piernas y con la otra mano abrió sus nalgas
para enseñarme su ano… y me preguntó:
—Cómo
ves? Me lo chuparías? No está mal no?…
Maximiliano
tenía piernas fuertes y muy velludas, tenía las nalgas no redondas, sino chatas
y gruesas, muy velludas… obvio su ano estaba muy peludo, extremadamente peludo…
Cuando se lo intentaba abrir para que lo viera, trataba de abrirse paso
despejando los vellos que tenía… apretaba y soltaba el ano invitándome a que se
lo chupara…
Me
arrodillé a un lado en el suelo dejando el vaso también en el piso y me acerqué
para tener su culo frente a mi cara… Maximiliano se sentó mejor en el sillón y
alzo ambas piernas, mientras abría con sus manos el culo…
Yo
empecé a tener una erección, Maximiliano cerraba y abría su ano invitándome a
jugar con el mientras me decía
—Ándale…
mira que rico está… es virgen… sabes? Sólo me he metido un dedo juguetón a veces
para masturbarme…
Poco a
poco le pase la lengua por encima… jugueteando… Maximiliano estaba muy callado
pero se jalaba los huevos porque quería mirar… Creo le daba morbo ver que otro
hombre le lamiera el culo… su verga la veía estaba dura y además lubricaba
mucho y latía… era muy obvio que estaba muy excitado… metió uno de sus dedos en
su ano y se masajeó circularmente para después sacarlo y dármelo a chupar…
Maximiliano
rompió su silencio pidiéndome que se lo hiciera más profundo… así que tomé con
ambas mano su culo y lo empecé a abrir más para hacerlo más profundo, tratando
de que mi lengua le sobara las paredes internas del ano… En cada intento lo
hacía más profundo y el sólo apretaba sin decir nada. A veces cerraba los ojos
apretándolos y otras sólo decía en un susurro: “puta… madre, cabrón…”
Cuando
menos me di cuenta Maximiliano se la jalaba mientras yo hacía lo que me pedía,
ya tenía el ano bien abierto y cuando me alejaba podía ver su culo por dentro,
mi saliva escurría de su culo llenando el sillón de piel donde estaba acostado…
Dejó de
ser silencioso para pedirme otra cosa…
—…Quiero
tu semen… mastúrbate y cuando te vengas me los das en mi mano… Quiero penetrarte
pero no te voy a mamar el culo… lo vamos a usar de lubricante…
Al
pararme vio que tenía una erección y me pidió que le acercara mi verga para
compararla, se paró la puso sobre la mía, como él era más alto que yo, mi verga
apenas si le tocaba los huevos… al ver que su verga era más grande que la mía
se rió e incluso se sintió más hombre… y su verga goteaba por lo caliente que estaba…
Me
masturbé mientras él veía, se sentó en el sillón, me sobaba los huevos con su
mano derecha y decidió meterme sus dedos en mi culo… pero lo hacía muy tosco…
me apuré a venirme como él me lo pidió, sobre su mano…
—…Ya
putita… ponte que ahora vas a sentir un macho partiéndote el culo…— me dijo
mientras me acomodaba en cuatro sobre el sillón y untaba mi leche en mi culo, y
sin avisar puso la punta de su pene y empujó entrando todo su monstruo venoso
hasta las bolas… Dejé escapar un grito, pero eso lo excitó aún más y tomándome
de las caderas empezó con un frenético culeo y con cada empujón el sillón se
movía unos centímetros…
—Ooohhh,
para ser putito tienes el culo apretadito… me vas a hacer acabar… aprieta el
culo que se siente rico…— me decía mientras seguía con su punteo furioso…
Sentí
cuando empezó a bombear su leche en mi interior y me empujaba cada vez más,
realmente mi esfínter se hinchaba con cada espasmo…
—Ooh
putita, te voy a dejar mi leche adentro para que recuerdes el trato que
acabamos de hacer… ¿Lo recuerdas? Me vas a dar tu culo cuando yo quiera…
Imposible no pajearse con este relato...
ResponderEliminarYo me estoy pajeando... Te dedico un buen lechazo desde Chile...
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ResponderEliminarmuy buena historia,,,,,,,me gusto .......carlosalgo@outlook.com
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