12/1/18

OBSESSION II

Segunda Parte.

VIERNES

Mi padre ya se había ido al trabajo. Yo aproveché de quedarme unos minutos más acostado ya que ese día no tenía clases. Desperté y era evidente que había tenido “sueños húmedos”… mi bóxer estaba húmedo y mi miembro pegajoso… Qué pereza! Pero de sentir mi verga entre mis manos inevitablemente comenzó a ponerse dura… e inmediatamente mi cabeza se llenó de los recuerdos de lo que había visto la semana anterior en la construcción. Quise distraerme un poco, quitar de mi mente esas visiones, ya que cualquier situación, incluso cuando veía una película xxx, me imaginaba poniendo al Nuño en las mismas posiciones y gozar de su culo…
Uf!, era inevitable que me tendría que masturbar para bajar un poco la tensión de mi miembro, cuando sonó mi teléfono móvil… era mi papá:
—“…Ya te despertaste?... El grifo de la regadera estaba fallando, así es que no te recomiendo que lo uses aún. Además, sólo sale agua helada… 
Así es que enviaré a uno de los muchachos de acá para que revise y lo repare… te aviso para que abras la puerta…”— me dijo mi padre…
Caray!  —pensé— afortunadamente y no me había levantado… a todo esto, mi verga ya reposaba plácidamente sobre mi muslo…
Me quedé acostado otro rato tratando de desperezarme, cuando sonó el timbre de la puerta. Me levanté, sabía que era el hombre que había enviado mi padre, pero mi mayor sorpresa fue al abrir la puerta y ver al causante de mis calenturas incontrolables…
Hice pasar a Jaime, que venía con un pequeño maletín de gasfíter, y vestía jeans y una remera; yo sólo con mis bóxers y una musculosa que usaba para dormir… No pude disimular muchos segundos la erección que me levantó el bóxer, y súbitos temblores por todo mi cuerpo, de esos que son incontrolables cuando uno esta frente a alguien que le gusta…
Se muy bien que Jaime lo notó de inmediato, ya que su mirada se fue a mi entrepierna, pero supo fingir que no le importaba… 
Después de explicarme a lo que venía, lo hice entrar al cuarto de baño contándole que no tenia idea en realidad qué sucedía, ya que no había usado la regadera. Él, como un experto plomero, comenzó a revisar llaves y cañerías, mientras yo me imaginaba ese culo desnudo, esas nalgas suaves, su cintura estrecha entre mis manos… pasaba cerca de mí, se agachaba y disimuladamente miraba mi erección, eso más me excitaba, pero no me atrevía a abordarlo…
—Te dejo trabajar tranquilo, si necesitas cualquier cosa me avisas, estaré en mi habitación…— le dije mientras me levantaba la musculosa y me rascaba la barriga.
—Si Ingeniero, es poco… creo que es una obstrucción en una de las cañerías, es fácil de reparar…
Me fui a mi habitación y me recosté. Me imaginaba que él entraba, se abalanzaba sobre mí quitándome mis bóxers y se tragaba mi verga… Qué sensación! Evité siquiera tocar mi verga… quería que fuera Jaime el que se deleitara con mi leche…
Ya no podía más con mi calentura, mientras sentía a Jaime dando golpes en el baño, pensaba cómo hacerlo para estar con él, no podía dejar pasar esta oportunidad. Mi verga chorreaba liquido blanco transparente que humedecía mi bóxer, y el roce del glande en la tela me hizo acabar intensamente sin siquiera tocarme… Me sorprendí porque fue un orgasmo maravilloso!
Pasaron unos minutos cuando Jaime se asomó en la puerta y me dijo que el baño estaba listo, que si quería fuera a revisar. Yo medio somnoliento asentí, y me di cuenta que él miraba fijamente mi bóxer y la enorme mancha de semen que fluía. Pero me hice el desentendido y lo acompañé. 
Mientras me explicaba las reparaciones que había hecho, miraba disimuladamente mi verga que colgaba en el bóxer húmedo. Pude notar que en  el jeans de Jaime comenzaba a marcarse su erección, y él un tanto incómodo se cubrió con la mano. Lo miré fijamente y él se sonrojó. Evitando mi mirada se agachó para recoger sus herramientas y ponerlas en la caja, momento que aproveché para acercarme hasta ponerle mi paquete a unos centímetros de la cara…


Él no reaccionó, sólo dejó de recoger las herramientas. Acaricié su cabeza e instantáneamente comenzó a acariciar mis piernas. Mi verga despertó y apuntó directo a sus labios. Jaime suavemente comenzó a besar sobre el bóxer y a chupar las manchas húmedas de mi semen, lo que me excitó sobremanera! Me aparte un poco y bajé mi bóxer, mi verga que chorreaba liquido seminal saltó erecta completamente. Jaime como un profesional se metió suavemente mi verga en la boca y gimió de placer, mientras yo alucinaba al sentir el calor y humedad de su boca en mi glande… y casi acabe de nuevo cuando sentí que mi verga llegaba a su garganta!...
Que delicioso sentía, y lo mejor, que notaba en Jaime el placer en su cara… Me fui quitando la remera y terminé de quitarme el bóxer, a la vez que levantaba a Jaime para desnudarlo también… Sentí unas ganas locas de besarlo, mientras lo apretaba contra mi, y sentía su verga erecta junto a la mía, fue una sensación maravillosa sentir ese cuerpo caliente tan pegado… lo acaricié entero, desde la espalda hasta las nalgas, y el se dejaba, se refregaba suavemente en mi y más me excitaba! Mis manos se apoderaron de sus nalgas y lo apreté con fuerza sobre mi, abriéndolas con rudeza, Jaime cerró sus ojos y dejó escapar un delicioso gemido que acallé con mis labios!!! Nos entregamos por completo con ese beso…
Mis dedos buscaron su agujero, tibio y estrecho, y comencé a penetrarlo mientras él me comía la boca. Sentía como apretaba su esfínter y gozaba, pero él fue bajando por mi pecho hasta quedar de rodillas y empezar a darme placer con sus labios. Mi verga se perdía toda en su boca, y de tanto en tanto, la sacaba para acariciar mis bolas con su lengua. Estaba en éxtasis!
Pero quería someterlo, penetrarlo, gozar su culo, sentir su cuerpo retorciéndose mientras me lo cogía, así es que procedí… Levanté a Jaime y él comprendió lo que quería… se giró y se afirmó en el vanitorio ofreciéndome su culo redondo y firme. Me abalancé sobre él abrazándolo con fuerza alojando mi verga entre sus nalgas, moviéndome de arriba hacia abajo, lubricando su culo con mi precum y su saliva… mi glande encontró su agujero, y con ayuda de mi mano fui empujando suavemente, dilatando ese hoyito estrecho que se negaba a abrir… pero empuje más y sentí cómo lentamente el calor de su recto se apoderaba de mi verga. Él gemía y abría sus nalgas con ambas manos, y con un poco de saliva apunté de nuevo y ahora entró toda la cabeza, lentamente fui entrando hasta que mis bolas sintieron el suave roce de sus nalgas… me quedé ahí por un momento, abrazándolo con fuerza, quería que ese instante se grabara en mi mente.
Mientras él se retorcía y gemía, suavemente comenzaba a darle para que su culo se terminara de dilatar. Pero le di tan fuerte, que sus gemidos se trasformaron en gritos, por lo que lo abracé fuerte hasta que se incorporó… Sin sacarle mi verga, lo conduje hasta mi habitación, y la sensación de sentir como se contraía su ano mientras caminábamos casi me hizo acabar nuevamente…
Sin salir de él, caímos en la cama, yo sobre él, clavándolo fuerte. Comencé a moverme, a sentir como entraba y salía de ese culito que ya no era estrecho, pero si jugoso… Nos giramos y lo puse de costado. Tras de él, levante su pierna y la penetración fue profunda, el gemía y yo también. Era delicioso… Sudábamos y tenía la sensación que iba a explotar. No sé si mi miembro se hizo más grueso, o su ano más estrecho, pero la sensibilidad hacía que notara en mi verga el palpitar de su culito…
La erección de Jaime era total, jadeando empezó a masturbarse y en unos pocos jalones acabó con furia. Gruesos chorros de su semen llegaron hasta su cara, su pecho y en la cama… Mientras deslechaba, sentía como se estrechaba aún más su culo alrededor de mi verga, pero me contuve. Salí de él y se acostó de espaldas. Tomé sus piernas y las puse sobre mis hombros. Su ano era una argolla semi abierta, palpitante… Enfundé mi verga de un solo golpe, y lo penetré hasta aplastar mis huevos! Ya no me podía contener. Unos pocos movimientos y saqué mi verga para acabar en su abdomen y pecho… mi leche se juntó con la de él, calientes y espesas… Me recosté sobre él y lo besé con ternura… Jaime había dado lo mejor de sí, me había cumplido aquel sueño que ya se había convertido casi en una obsesión.
Nos quedamos así, un rato, sin hablar, solo acariciándonos…
Ya era momento de que Jaime volviera a la construcción, sino mi padre sospecharía o se preocuparía por la tardanza. Mientras Jaime se bañaba, sonó el teléfono. Era mi padre:
—“¿Jaime ya acabó?”
—Si papá! Y lo hizo de maravillas!—le respondí. No mentía, habíamos acabado de maravillas.
—Pues dile que vuelva rápido, que aquí tiene unos asuntos pendientes.
No quise imaginar cuales serían esos asuntos…
Pero en fin. Esa fue mi primera vez con un hombre, con el amante de mi padre. Aunque sé que él no sabe nada, ni Jaime sospecha que yo sé lo que tienen entre los dos. Cuando podemos, Jaime y yo nos encontramos para dar rienda suelta a la calentura, y mi padre cuando viaja fuera de la ciudad por varios días, se hace acompañar de su fiel ayudante… No puedo negar que aún me calienta la idea de pensar en mi padre gozando del culo de Jaime, ese que también he gozado tantas veces…



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