NOCHE DE DISCO…FINAL INESPERADO...
La noche estaba especialmente cálida, y las luces de
la ciudad aclaraban todos los rincones. Cerca de medianoche Ariel se dirigió a
la Disco; se había cortado el cabello muy corto y con gel se hizo un estilo
pelopincho, estuvo mucho rato esmerándose
en encontrar la ropa que usaría y al final se decidió por unos jeans ajustados
que le marcaban las redondeces de su poco usado trasero, su cintura angosta y
un bulto tentador, zapatillas cómodas ya que pensaba en bailar hasta el
amanecer. Una polera blanca ajustada, que permitía fácilmente distinguir sus
pezones redondos y duros en su pecho, y una chaquetilla corta sin mangas tipo
bolero de color negra completaba su tenida. Sin duda pensaba que esta sería su
noche.
Cuando entró en la penumbra del salón de baile, la
música se metió en sus venas, y mientras recorría el lugar, su cuerpo se movía
rítmicamente hasta llegar muy cerca de unos altos cubos de color negro sobre
los cuales bailaban sensualmente dos atractivos y fornidos chicos vestidos solamente
con un diminuto y ajustadísimo bóxer blanco que dejaban muy poco a la
imaginación, ya que marcaban con detalle lo bien dotados que estaban…
Ariel bailaba y disfrutaba de la música, tratando de
imitar el ritmo que llevaban los Gogo-dancer, y a nadie le importaba que él
estuviera bailando solo, aunque había en el lugar varios chicos que hacían lo
mismo. Varios muchachos, y otros no tanto, se acercaron a él, pero Ariel lejos
de enganchar, bailaba y luego cambiaba de lugar para seguir disfrutando del ritmo…
Hacía ya mucho rato que el reloj había marcado la
medianoche, y el desenfrenado chico no había parado de bailar cada pieza y el
sudor se deslizaba por su rostro y mojaba también el torso de su polera, cuando
de pronto se fijó que muy cerca, un tipo mayor que él también estaba solo en la
pista de baile. Ariel coqueteando un poco más, bailaba sensualmente y lo miraba
fijo, tratando de que el hombre se le acercara como lo habían hecho varios
ejemplares masculinos durante la noche, pero el tipo seguía bailando
sensualmente con una botella de agua en su mano. Aunque el hombre también se
había fijado en él, no hizo el intento de acercársele, sino que lo observaba
con lujuria. El joven ya no aguantaba la tentación de ir y bailar con el seductor
y varonil trigueño, hasta que un atractivo muchacho se acercó tomando por la
cintura a Ariel, pero el hombre reaccionó y acercándose puso su mano sobre el
hombro del muchacho que se había acercado:
—…Disculpa, él está conmigo…— le dijo serio al joven,
que se retiró sin hacer ningún ademán…
El hombre bebió un poco de la botella y después de
asegurarse que el joven se había alejado comenzó a bailar con Ariel, que se
llenaba de vanidad por ser cortejado por
tan guapos ejemplares.
—… ¿Estás solo?— le preguntó el hombre a Ariel
acercando su rostro a su oído.
—…Sí… ¿Y tú?— respondió Ariel haciendo lo mismo…
—…No, estoy con un amigo… está por allá…— le indicó el
hombre.
—… ¿Cómo te llamas?
—… Ariel… ¿Y tú?
—…Ronald…
Siguieron bailando por largos minutos, mientras Ariel
se deleitaba viendo a su nuevo amigo. Ronald vestía jeans ajustados que le
marcaban un enorme bulto, y una camiseta negra también ajustada que le hacia
ver una espalda enorme y una estrecha cintura. Sus bíceps desarrollados eran un
sueño, corte de cabello perfecto, su rostro masculino y bien parecido, sonrisa
tentadora y sus ojos oscuros que miraban como cuando el depredador acecha a su
presa… Sin duda era el tipo más guapo del lugar…
—… ¿Quieres que vamos a descansar un momento?... y te
presento a mi amigo…— le sugirió Ronald…
Fueron hasta el lugar donde estaba Danilo, el amigo de
Ronald. Este era de su edad, unos treinta años, más alto que él, de piel muy
blanca y ojos azules, cabello claro y muy velludo, se notaba en sus brazos y
pecho, ya que vestía una camisa desabrochada hasta el tercer botón. Danilo
estaba con Leandro, un chico que había conocido también en el lugar.
Estuvieron allí sólo un momento, ya que Danilo tomó a
su chico y fueron a la pista, mientras que Ronald y Ariel se quedaron
conversando otros minutos hasta que decidieron ir también a bailar.
— ¿Vienes muy seguido por aquí? No te había visto
antes…— dijo Ronald
—…No… sólo había venido un par de veces…
—… Y por qué viniste solo…
—Pues no tengo a alguien que me acompañe…— respondió
Ariel.
Siguieron bailando, pero esta vez, Ronald se acercó al
muchacho hasta tomarlo por la cintura, y Ariel tomándose de los fuertes bíceps
del hombre se dejó llevar. En un sensual movimiento de caderas, Ronald fue
acercando su bulto al bulto de Ariel, y mientras bailaban se frotaban el uno al
otro casi descaradamente…
—… ¿Te gusta así?...— preguntaba Ronald mientras
seguía con su movimiento…
—… Se siente rico… y se siente bastante grande…—
contestaba Ariel cerca del oído a su amigo…
—…Y… ¿te gustan grandes?…
—Depende… qué tan grande…— le respondió Ariel,
mientras casi por inercia, el dorso de su mano se deslizó desde el pecho de
Ronald hasta su abdomen, y de allí hasta su bragueta, y lo que palpó lo
sorprendió… el bultote de Ronald ardía, además se notaba perfectamente las
dimensiones del enorme miembro del hombre con una redonda y cabeza que
descansaba casi en su muslo… Ariel no pudo evitar sentir excitación y humedad
en su entrepierna.
—…Vaya!... Sí que está GRANDE…— le dijo Ariel mientras
Ronald sólo sonreía complacido.
Ariel quería seguir tocando, pero Ronald lo tomó por
las caderas y lo apretó fuerte contra él, para que sintiera todo su paquete…
—…Y… ¿Te gustaría que fuera tuyo? …— le dijo Ronald
acercando su boca en el oído de Ariel casi hasta besarlo. Esto hizo que el
muchacho bajara completamente sus defensas… desde ahora estaba a bajo el
dominio del galán que lo tenía preso en sus brazos…
Se fueron hasta un rincón en donde Ronald se apoyó en
un taburete, y tomando a Ariel lo abrazó apretándolo contra su bulto, mientras
el muchacho sólo se dejaba hacer…
—… ¿Quieres que vamos a un lugar donde podamos estar
solos…?— le decía sensualmente a Ariel en el oído, mientras acariciaba
largamente su espalda y su trasero.
—…Quiero que disfrutes mi verga y yo quiero disfrutar
tu culito… ¿Te gustaría…? ¿…Quieres…?—Todo el cuerpo del chico era sensible al
tacto de Ronald, y sólo asintió cerrando los ojos y con los labios
entreabiertos los acercó a su dominador. Este al darse cuenta que el joven
haría lo que él le pidiese, lo premió con un beso largo introduciéndole su
lengua juguetona profundamente, para terminar con un suave mordisco en el labio
inferior del excitado muchacho. Ariel no podía ya disimular su erección, lo que
causaba aún más satisfacción en Ronald.
Se quedaron allí unos minutos hasta que llegó Danilo y
Leandro, y juntos salieron hasta los estacionamientos donde se montaron en el
auto, Ronald al volante y Ariel a su lado, Danilo y su amigo se subieron atrás…
se alejaron rápidamente.
Después de unos minutos, Ronald condujo hasta un
camino sin luminarias, y a ambos lados del camino sólo se veían árboles y
campo. Mientras en el asiento trasero, Danilo y Leandro daban rienda suelta a
la lujuria con sonoros besos y gemidos, y quitándose la ropa se comenzó a
escuchar como el chico le daba sexo oral a Danilo que disfrutaba de la mamada
que le estaban dando, mientras Ronald sólo sonreía y miraba por el espejo
retrovisor. De pronto tomó a Ariel por la nuca y le dio un apasionado beso, y
tomándole luego la mano, la llevó hasta su propio bulto, que se marcaba gigante
atrapado en el jeans. Siguió conduciendo hasta llegar a un claro entre unos
arboles que por el aroma se distinguía eran limones y naranjos… detuvo el auto
y apagó las luces…
Ronald se despojó de su polera, soltó su cinturón, desabrochó
el jeans y bajó la bragueta, agarró a Ariel y lo condujo hasta su torso
ofreciéndole que chupeteara sus pezones, cosa que el otro hizo con gusto
mientras manoseaba la verga erecta del hombre… pero sólo estuvo unos instantes
allí arriba, ya que lentamente fue
conducido por las manos de Ronald hasta su cipote, que estaba duro y húmedo.
Ariel bajó el bóxer y el pantalón del macho liberando su miembro, que era
enorme, casi 9 ½ pulgadas, y chorreaba liquido cristalino y viscoso que el
muchacho recogió con sus labios y lengua para luego echarse la enorme verga a
la boca hasta donde le fue posible…
Ronald gemía de placer mientras Ariel contenía las
arcadas que le provocaba el glande de la verga de Ronald queriendo introducirse
más allá de la garganta… siguió así bastante rato, bebiendo el liquido que
salía sin cesar de la verga gigante que se estaba comiendo, mientras Ronald
comenzaba a despojarlo de su polera y pantalón dejándolo completamente desnudo.
Recorría con su mano la espalda del joven hasta sus nalgas, hasta que introdujo
uno de sus dedos en el ojete, y luego dos… Ariel debería estar bien dilatado si
quería tragarse toda la verga de Ronald por el culo, mientras en el asiento
trasero, Danilo acomodaba a Leandro de espaldas en el asiento y echándose sus
piernas sobre los hombros empezó a penetrarlo salvajemente… el auto se
estremecía con cada empellón que le daba y Leandro gritaba con cada puñalada
que recibía…
Esa escena calentó demasiado a los otros dos, pero la
parte delantera del auto era demasiada estrecha e incomoda para intentar algo
más…
—…Ven… bajemos…— le ordenó Ronald a Ariel, y se
dirigieron hasta el capot del auto. Allí en la oscuridad Ronald se apoyó en el
auto mientras Ariel se arrodilló frente a él para seguir comiéndole la verga…
—…Ooohhh… Qué rico lo chupas… Qué rico se siente…— le
decía mientras se cogía la boca de Ariel…
— ¿Quieres que te lo meta? … Anda… pídeme verga…
pídeme que te parta el culo…
—…Si… quiero que me lo metas… quiero tragármelo todo…
párteme el alma… — le decía Ariel entre balbuceos aún con la verga en la boca…
Ronald levantó a Ariel y le apoyó con el torso sobre
el capot del auto que aún estaba tibio, dejándolo con la cola bien levantada.
Lo abrazó por atrás y besó su nuca y su cuello, mientras Ariel que no daba más
de calentura, con su mano jalaba la vigorosa verga del hombre…
Ronald escupió en su mano y frotó su verga, y luego
otro salivazo en el culo de Ariel, el que con ambas manos separó sus nalgas
ofreciéndole al activo su hoyito. Este acercó la punta de su miembro hasta
encontrar la entrada, y con una de sus manos en la verga y la otra en las
caderas de Ariel empezó embutir su pinga pulgada a pulgada dentro del culo del
chico que se retorcía y gemía, pero Ronald no se detuvo hasta que tocó el culo
del muchacho con sus pendejos…
Ariel gemía mientras el otro se servía de su culo, y
en el interior Leandro ahora cabalgaba sobre la verga de Danilo mientras este
le retorcía los pezones. Con cada empujón que Ronald le daba a Ariel sonaban
sus nalgas como palmetazos al chocar el pubis con el trasero, y ambos gemían.
Ariel levantó la pierna subiéndola sobre el capot, para así lograr que la
penetración de Ronald fuera mas profunda, y sentía el golpeteo de las bolas de
Ronald en sus nalgas. El hombre era experto en dar placer y darse placer; se
movía suave y luego frenéticamente, sacaba su miembro casi por completo y luego
lo hundía todo de una vez, y cuando lo tenía todo ensartado, hacía movimientos
circulares que a Ariel hacían delirar de placer. Y así estuvieron por mucho
rato, tanto que la oscuridad de la noche comenzaba a alejarse dando paso a los
primeros rayos del amanecer…
Como no acababan, Ronald hizo que Ariel se pusiera de
espaldas sobre el capot del auto, y echando sus piernas sobre sus hombros se
cargó con todo su peso sobre el chico entrando profundamente, y empezó con un
furioso mete y saca que tenía a Ariel jadeando… fue tanto que le pidió que se
detuviera un momento, pero Ronald se cargó sobre él y lo calló con un beso,
luego abrazándolo y sin desenvainar su miembro lo cargó y lo acostó de espaldas
sobre el césped cubierto de rocío… y en esa posición siguió con la salvaje
cogida que le estaba dando… Ariel ya no daba más y se corrió inconteniblemente
y su semen abundante mojo su pecho, el de Ronald y varios chorros cayeron al
césped… fueron tan intensos los espasmos que con cada chorro apretaba la verga
de Ronald excitándolo al máximo, por lo que no se pudo contener más y se vino
dentro de Ariel, refregando su pubis en las nalgas del chico y con cada uno de
sus espasmos le hinchaba el esfínter llenándolo de caliente y espesa leche de
macho… Ya estaba aclarando, pero se quedaron allí largo rato, hasta que Ronald
se lo sacó lentamente, mientras Ariel quedó tendido en el suelo casi sin
sentidos…
—…Voy a buscar algo para limpiarnos… espérame…— dijo
Ronald mientras estrujaba las ultimas gotas de semen de su verga sobre Ariel.
Se subió al auto, pero repentinamente se puso en marcha sólo para detenerse
unos metros más allá y arrojar la ropa de Ariel por la ventana…
Este no entendía bien lo que pasaba, y pensó que era
una broma, pero al incorporarse, se dio cuenta que a unos pasos tras de él se
encontraba un hombre muy fornido, de piel morena, unos cuarenta y cinco años… y
llevaba una escopeta… sin duda era el cuidador o el dueño del predio… habían
invadido una propiedad privada…
Ariel trató de cubrirse, sintió vergüenza pero más que
eso preocupación. El hombre podía hacerle daño, o denunciarlo a la policía…
—…Levántate y ve a buscar tu ropa…— le dijo con voz autoritaria
— menos mal que son buenos amigos…
El chico lleno de vergüenza se levantó tapando sus
genitales y caminó hasta donde había quedado tirada su ropa, mientras del auto
de Ronald no se veía ni el rastro. Pensó en correr, pero recordó el arma que
cargaba el hombre. Tomó su ropa e intentó vestirse, pero nuevamente con voz
autoritaria el hombre le dijo:
—“Qué haces…!!! Vamos dámela…”— Ariel no tuvo más
alternativa que entregar su ropa ante la señal del tipo…
—“… Ahora camina…”— y se dirigieron en sentido opuesto
por entre los árboles. Caminaron un poco y al fondo se distinguía algo así como
una bodega, o casa pequeña… sin duda era el refugio del cuidador…
No cruzaron palabras durante el trayecto. Por la mente
de Ariel pasaban las imágenes de él ensartado por Ronald y pensaba desde qué
hora estaba el hombre fisgoneando… o por qué si Ronald se dio cuenta no le dijo
para alcanzar a escapar. Pero lo que más tenso le ponía era que el robusto
guardián no decía una sola palabra…
Llegaron al fin a la casucha y entraron. Adentro
estaba pobremente amoblada: una cama, un comedor y un par de sillas. Un
televisor y una radio antigua. Al lado un baño mal aseado…
El hombre dejó la ropa de Ariel sobre una silla y se
sentó en la otra mientras lo miraba de cabeza a pies.
—…Qué me hará… ¿me va a denunciar?— dijo Ariel con voz
temblorosa, pero el tipo guardaba silencio.
—“Entra al baño y te das un duchazo… estás lleno de mecos…”
— le dijo nuevamente con voz fuerte… Ariel temblaba y se llenaba de
incertidumbre, qué le haría el tipo; lo echaría a la calle desnudo, lo dejaría
allí encerrado o en el mejor de los casos lo entregaría a la policía… pero el
hombre tenía pensado otra cosa…
Ariel entró al baño y se comenzó a duchar, lavó su
trasero y pujó un poco dejando salir una buena cantidad de la leche que Ronald
le había dejado dentro, se tardó un poco y cuando salió, el tipo le arrojó una
toalla limpia…
Era un tipo bastante especial; de más de 40 años, no
muy alto pero si macizo, con fuertes brazos y piernas y una barriga algo
abultada. Su piel morena, con cabellos negros y rasgos casi nativos, pero tenía
un detalle muy especial, sus ojos eran claros, pardos, casi verdes que le daban
un toque felino a su mirar. Vestía una chaqueta y pantalón deportivo, de esos
que se anudan en la cintura, y Ariel había reparado ya en un detalle especial,
el tipo tenía un bulto bien grande, de macho maduro, incluso le levantaba
bastante la tela del holgado pantalón.
Después de secarse, se quedó parado frente a él, como
si esperase instrucciones, o tal vez, que el hombre se apiadara y le diera su
ropa…
—… Siéntate en la cama… y cuéntame quien era el tipo
que te estaba dando por el culo…
—…Es un tipo que conocí en la Disco… y me invitó a que
me fuera con él, pero no pensé en que me traería hasta aquí… — respondió sumiso
el chico.
—… Y… te gusta que te den por el culo??? Por lo que vi
no lo estabas pasando mal… además el hombre tenía una pinga bien grande…
—… S… Sí… es que…— Ariel no supo como responder
—… Yo hace tiempo que no tengo hembra, así es que… ya
sabes lo que viene… verdad?— le dijo el hombre mientras se levantaba y caminaba
hasta la cama donde estaba sentado Ariel, desatando su pantalón deportivo y
bajándolo hasta las rodillas.
—… Vamos!!! … Cómetela… si sé que te gusta…— le decía
tomando su gruesa verga de piel oscura y echando hacia atrás el forro
despejando la cabeza… Ariel no tuvo más alternativa que abrir su boca y
comenzar a darle sexo oral. Su verga fue poniéndose dura y ganando longitud, no
era muy larga pero sí de un grosor considerable, que incluso Ariel tuvo que
abrir al máximo su boca para que esta entrara… la empujaba toda en su boca, y
la nariz del chico se perdía en la abundante cantidad de pendejos que cubrían
el pubis del hombre, y su abdomen estaba también muy peludo…
Poco a poco Ariel comenzó a excitarse, la pija del
hombre no sabía mal, y era la primera vez que saboreaba la verga de un tipo
mayor. Lo tomó por los gruesos muslos mientras el moreno lo tomaba por la
cabeza para indicarle cual era el movimiento que le excitaba… y se excitó
mucho, el chico con dificultad tragaba el líquido pegajoso que le inundaba la
boca y corría por la comisura de sus labios. Ariel gemía y el hombre emitía
sonidos guturales cuando el chico chupeteaba y jugueteaba con su lengua sobre
la desarrollada cabeza.
—…Ooohhh… qué rico lo chupas… sigue… sigue que me
gusta…— le decía el hombre al joven que estaba también gozando con la verga en
la boca…
—…Cómo te llamas… putito…
—…Ariel…— respondió el chico, arrepintiéndose
inmediatamente de haber dado su nombre verdadero…
—… El mío es Nahuel… nunca se te va a olvidar ese
nombre…
Siguieron largo rato, incluso Nahuel le quitaba la
verga de la boca al muchacho cuando sentía que se venía, pero llegó el momento
en que ya no pudo aguantar más…
—…Aaahhh… aaahhh… mmmhhh… me vengo… voy a acabar…
Ooohhh… abre bien tu boquita que te voy a dar mi leche… Ooohhh…— gemía Nahuel
mientras incontenibles y gruesos chorros de espesa y caliente leche de macho
inundaban la boca de Ariel, y otros chorros saltaron afuera cayéndole sobre la
cara y el pecho… fue una acabada abundantemente espectacular…
Nahuel terminó golpeando las mejillas y barbilla de
Ariel con su verga gruesa aún dura, pero antes de que el chico reaccionara, el
moreno terminó de desvestirse, y acomodando a Ariel de espaldas lo tomó por las
piernas y las puso sobre sus hombros…
—…No… qué haces…— dijo Ariel asustado, sabía que no le
sería fácil comerse por el culito esa pinga tan gruesa…
—… ¿Que qué hago?… Te voy a dar por el culo… No me
puedo quedar con las ganas… — le dijo Nahuel sin tapujos y comenzó a penetrar
el hoyito con su vergota, suavemente, ya que sabía que si era brusco podía
partirle realmente el culo al joven. Ariel se quejaba y gemía mientras le
entraba el mazote, y se abría las nalgas hasta que lo tuvo todo adentro…
—… Qué apretadito se siente tu culito… lo tienes más
rico que la chochita de una puta… Aaahhh… que rico se siente…— le decía Nahuel
mientras lo ensartaba una y otra vez… Ariel sentía que se desgarraba, pero le
gustaba y gozaba con la verga del moreno peludo en el culo…
Después de un rato en esa posición, Nahuel lo
descorchó dejándole el culo muy dilatado, lo tomó de un brazo e hizo que se
afirmara contra la muralla, y poniéndose tras de él, lo ensartó de nuevo… era
una sensación nueva para Ariel, primera vez que un macho mayor y peludo le
llenaba el culo, y se sentía absolutamente sometido entre la pared y el moreno
vergón dándole por atrás…
—… Ooohhh… Nahuel… me vas a hacer acabar… — le
advirtió el muchacho mientras se jalaba. Pero en vez de evitar la situación,
Nahuel aceleró con su mete-saca…
—…Yo también me vengo… ahora te voy a llenar el culo…
Ariel no aguantó más y largos chorros de su semen
cayeron al suelo, mientras Nahuel gemía y se descargaba otra buena cantidad de
leche en el culo del muchacho…
Nahuel se quedó dentro del chico unos instantes, hasta
descargar su última gota y se lo sacó con cuidado… Ariel quedo tan abierto que
no pudo contener la leche dentro y esta empezó a correr por la parte interior
de sus muslos… ambos jadeaban y a Nahuel incluso le temblaban las piernas…
—Me saqué las ganas contigo muchachito. Se que es muy
difícil que vuelvas, pero si quieres volver a verme te aseguro otra cacha que
no vas a olvidar…— le dijo Nahuel a Ariel en un tono más complaciente.
Después de asearse, Ariel se vistió… La experiencia no
estuvo tan mala, e incluso pensó que podía volver donde el solitario Nahuel.
Después de conversar otro rato, Nahuel acompañó a su
nuevo amigo hasta el camino cercano. Se detuvieron cuando una camioneta tocó su
bocina y le preguntó a Nahuel hacia dónde iba…
—Acompaño a mi amigo al camino principal, necesita
volver a la ciudad…
—…Pues yo voy al pueblo, si quieres te puedo llevar—
le dijo amablemente el chofer al chico, que se despidió de Nahuel con aprecio y
se subió al vehículo… En el camino pensaba en lo que había sucedido y si sería
prudente volver a visitar al moreno y peludo Nahuel… sabía que si volvía
tendría que comerse nuevamente la gruesa verga del moreno con atractivos ojos
claros…
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ò
Que buenisimo el relato. Se me puso la verga durisima y mojadita... Se me humedecio hasta el pantalon de tanto moquillo. Y estoy trabajando...
ResponderEliminarBuen relato. Tambien me dejo la verga dura. Termino de escribir esto y me voy al baño a hacerme una paja...
ResponderEliminarUffffff!!
ResponderEliminarCabrón..como me has puesto con tu relato..
Donde se ha de firmar para vivir esa fantasia?
Estoy con una calentura muy humeda pajeándome!
Me he hecho adicto a tus relatos, y.este me encantó.... Ufff! Es real?
ResponderEliminar*o* Me corrí dos veces y me quede gpteando de ganas... Me imagino entre esos hombres dotados y guapos. Y leo de nuevo y quiero una experiencia con Nahuel... Me dejo enamorado y deseandolo con locura...
muy interesante, dos buenas palizadas y chupeteadas de unas buenisimas vergas, se queda satisfecho, pero regresara por mas en unos dias, eso quiero que me pase a mi, te envidio. hasta la proximas. veces dulces y calirntes noches de disco. ARIEL
ResponderEliminarqué caliente me has dejado....No paré de pajearme durante todo tu relato....Me encantan los machotes muy peludos como Nahuel...Mis pezones están duros y muy erectos...besos
ResponderEliminarMe gusta el relato sería bueno un videito corto
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