2/8/14

NOCHE DE DISCO (RELATO)

NOCHE DE DISCO…FINAL INESPERADO...


La noche estaba especialmente cálida, y las luces de la ciudad aclaraban todos los rincones. Cerca de medianoche Ariel se dirigió a la Disco; se había cortado el cabello muy corto y con gel se hizo un estilo pelopincho,  estuvo mucho rato esmerándose en encontrar la ropa que usaría y al final se decidió por unos jeans ajustados que le marcaban las redondeces de su poco usado trasero, su cintura angosta y un bulto tentador, zapatillas cómodas ya que pensaba en bailar hasta el amanecer. Una polera blanca ajustada, que permitía fácilmente distinguir sus pezones redondos y duros en su pecho, y una chaquetilla corta sin mangas tipo bolero de color negra completaba su tenida. Sin duda pensaba que esta sería su noche.
Cuando entró en la penumbra del salón de baile, la música se metió en sus venas, y mientras recorría el lugar, su cuerpo se movía rítmicamente hasta llegar muy cerca de unos altos cubos de color negro sobre los cuales bailaban sensualmente dos atractivos y fornidos chicos vestidos solamente con un diminuto y ajustadísimo bóxer blanco que dejaban muy poco a la imaginación, ya que marcaban con detalle lo bien dotados que estaban…
Ariel bailaba y disfrutaba de la música, tratando de imitar el ritmo que llevaban los Gogo-dancer, y a nadie le importaba que él estuviera bailando solo, aunque había en el lugar varios chicos que hacían lo mismo. Varios muchachos, y otros no tanto, se acercaron a él, pero Ariel lejos de enganchar, bailaba y luego cambiaba de lugar para seguir disfrutando del ritmo…
Hacía ya mucho rato que el reloj había marcado la medianoche, y el desenfrenado chico no había parado de bailar cada pieza y el sudor se deslizaba por su rostro y mojaba también el torso de su polera, cuando de pronto se fijó que muy cerca, un tipo mayor que él también estaba solo en la pista de baile. Ariel coqueteando un poco más, bailaba sensualmente y lo miraba fijo, tratando de que el hombre se le acercara como lo habían hecho varios ejemplares masculinos durante la noche, pero el tipo seguía bailando sensualmente con una botella de agua en su mano. Aunque el hombre también se había fijado en él, no hizo el intento de acercársele, sino que lo observaba con lujuria. El joven ya no aguantaba la tentación de ir y bailar con el seductor y varonil trigueño, hasta que un atractivo muchacho se acercó tomando por la cintura a Ariel, pero el hombre reaccionó y acercándose puso su mano sobre el hombro del muchacho que se había acercado:
—…Disculpa, él está conmigo…— le dijo serio al joven, que se retiró sin hacer ningún ademán…
El hombre bebió un poco de la botella y después de asegurarse que el joven se había alejado comenzó a bailar con Ariel, que se llenaba de  vanidad por ser cortejado por tan guapos ejemplares.
—… ¿Estás solo?— le preguntó el hombre a Ariel acercando su rostro a su oído.
—…Sí… ¿Y tú?— respondió Ariel haciendo lo mismo…
—…No, estoy con un amigo… está por allá…— le indicó el hombre.
—… ¿Cómo te llamas?
—… Ariel… ¿Y tú?
—…Ronald…
Siguieron bailando por largos minutos, mientras Ariel se deleitaba viendo a su nuevo amigo. Ronald vestía jeans ajustados que le marcaban un enorme bulto, y una camiseta negra también ajustada que le hacia ver una espalda enorme y una estrecha cintura. Sus bíceps desarrollados eran un sueño, corte de cabello perfecto, su rostro masculino y bien parecido, sonrisa tentadora y sus ojos oscuros que miraban como cuando el depredador acecha a su presa… Sin duda era el tipo más guapo del lugar…
—… ¿Quieres que vamos a descansar un momento?... y te presento a mi amigo…— le sugirió Ronald…
Fueron hasta el lugar donde estaba Danilo, el amigo de Ronald. Este era de su edad, unos treinta años, más alto que él, de piel muy blanca y ojos azules, cabello claro y muy velludo, se notaba en sus brazos y pecho, ya que vestía una camisa desabrochada hasta el tercer botón. Danilo estaba con Leandro, un chico que había conocido también en el lugar.
Estuvieron allí sólo un momento, ya que Danilo tomó a su chico y fueron a la pista, mientras que Ronald y Ariel se quedaron conversando otros minutos hasta que decidieron ir también a bailar.
— ¿Vienes muy seguido por aquí? No te había visto antes…— dijo Ronald
—…No… sólo había venido un par de veces…
—… Y por qué viniste solo…
—Pues no tengo a alguien que me acompañe…— respondió Ariel.
Siguieron bailando, pero esta vez, Ronald se acercó al muchacho hasta tomarlo por la cintura, y Ariel tomándose de los fuertes bíceps del hombre se dejó llevar. En un sensual movimiento de caderas, Ronald fue acercando su bulto al bulto de Ariel, y mientras bailaban se frotaban el uno al otro casi descaradamente…
—… ¿Te gusta así?...— preguntaba Ronald mientras seguía con su movimiento…
—… Se siente rico… y se siente bastante grande…— contestaba Ariel cerca del oído a su amigo…
—…Y… ¿te gustan grandes?…
—Depende… qué tan grande…— le respondió Ariel, mientras casi por inercia, el dorso de su mano se deslizó desde el pecho de Ronald hasta su abdomen, y de allí hasta su bragueta, y lo que palpó lo sorprendió… el bultote de Ronald ardía, además se notaba perfectamente las dimensiones del enorme miembro del hombre con una redonda y cabeza que descansaba casi en su muslo… Ariel no pudo evitar sentir excitación y humedad en su entrepierna.
—…Vaya!... Sí que está GRANDE…— le dijo Ariel mientras Ronald sólo sonreía complacido.
Ariel quería seguir tocando, pero Ronald lo tomó por las caderas y lo apretó fuerte contra él, para que sintiera todo su paquete…
—…Y… ¿Te gustaría que fuera tuyo? …— le dijo Ronald acercando su boca en el oído de Ariel casi hasta besarlo. Esto hizo que el muchacho bajara completamente sus defensas… desde ahora estaba a bajo el dominio del galán que lo tenía preso en sus brazos…
Se fueron hasta un rincón en donde Ronald se apoyó en un taburete, y tomando a Ariel lo abrazó apretándolo contra su bulto, mientras el muchacho sólo se dejaba hacer…
—… ¿Quieres que vamos a un lugar donde podamos estar solos…?— le decía sensualmente a Ariel en el oído, mientras acariciaba largamente su espalda y su trasero.
—…Quiero que disfrutes mi verga y yo quiero disfrutar tu culito… ¿Te gustaría…? ¿…Quieres…?—Todo el cuerpo del chico era sensible al tacto de Ronald, y sólo asintió cerrando los ojos y con los labios entreabiertos los acercó a su dominador. Este al darse cuenta que el joven haría lo que él le pidiese, lo premió con un beso largo introduciéndole su lengua juguetona profundamente, para terminar con un suave mordisco en el labio inferior del excitado muchacho. Ariel no podía ya disimular su erección, lo que causaba aún más satisfacción en Ronald.
Se quedaron allí unos minutos hasta que llegó Danilo y Leandro, y juntos salieron hasta los estacionamientos donde se montaron en el auto, Ronald al volante y Ariel a su lado, Danilo y su amigo se subieron atrás… se alejaron rápidamente.
Después de unos minutos, Ronald condujo hasta un camino sin luminarias, y a ambos lados del camino sólo se veían árboles y campo. Mientras en el asiento trasero, Danilo y Leandro daban rienda suelta a la lujuria con sonoros besos y gemidos, y quitándose la ropa se comenzó a escuchar como el chico le daba sexo oral a Danilo que disfrutaba de la mamada que le estaban dando, mientras Ronald sólo sonreía y miraba por el espejo retrovisor. De pronto tomó a Ariel por la nuca y le dio un apasionado beso, y tomándole luego la mano, la llevó hasta su propio bulto, que se marcaba gigante atrapado en el jeans. Siguió conduciendo hasta llegar a un claro entre unos arboles que por el aroma se distinguía eran limones y naranjos… detuvo el auto y apagó las luces…
Ronald se despojó de su polera, soltó su cinturón, desabrochó el jeans y bajó la bragueta, agarró a Ariel y lo condujo hasta su torso ofreciéndole que chupeteara sus pezones, cosa que el otro hizo con gusto mientras manoseaba la verga erecta del hombre… pero sólo estuvo unos instantes allí arriba, ya que  lentamente fue conducido por las manos de Ronald hasta su cipote, que estaba duro y húmedo. Ariel bajó el bóxer y el pantalón del macho liberando su miembro, que era enorme, casi 9 ½ pulgadas, y chorreaba liquido cristalino y viscoso que el muchacho recogió con sus labios y lengua para luego echarse la enorme verga a la boca hasta donde le fue posible…


Ronald gemía de placer mientras Ariel contenía las arcadas que le provocaba el glande de la verga de Ronald queriendo introducirse más allá de la garganta… siguió así bastante rato, bebiendo el liquido que salía sin cesar de la verga gigante que se estaba comiendo, mientras Ronald comenzaba a despojarlo de su polera y pantalón dejándolo completamente desnudo. Recorría con su mano la espalda del joven hasta sus nalgas, hasta que introdujo uno de sus dedos en el ojete, y luego dos… Ariel debería estar bien dilatado si quería tragarse toda la verga de Ronald por el culo, mientras en el asiento trasero, Danilo acomodaba a Leandro de espaldas en el asiento y echándose sus piernas sobre los hombros empezó a penetrarlo salvajemente… el auto se estremecía con cada empellón que le daba y Leandro gritaba con cada puñalada que recibía…
Esa escena calentó demasiado a los otros dos, pero la parte delantera del auto era demasiada estrecha e incomoda para intentar algo más…
—…Ven… bajemos…— le ordenó Ronald a Ariel, y se dirigieron hasta el capot del auto. Allí en la oscuridad Ronald se apoyó en el auto mientras Ariel se arrodilló frente a él para seguir comiéndole la verga…
—…Ooohhh… Qué rico lo chupas… Qué rico se siente…— le decía mientras se cogía la boca de Ariel…
— ¿Quieres que te lo meta? … Anda… pídeme verga… pídeme que te parta el culo…
—…Si… quiero que me lo metas… quiero tragármelo todo… párteme el alma… — le decía Ariel entre balbuceos aún con la verga en la boca…
Ronald levantó a Ariel y le apoyó con el torso sobre el capot del auto que aún estaba tibio, dejándolo con la cola bien levantada. Lo abrazó por atrás y besó su nuca y su cuello, mientras Ariel que no daba más de calentura, con su mano jalaba la vigorosa verga del hombre…
Ronald escupió en su mano y frotó su verga, y luego otro salivazo en el culo de Ariel, el que con ambas manos separó sus nalgas ofreciéndole al activo su hoyito. Este acercó la punta de su miembro hasta encontrar la entrada, y con una de sus manos en la verga y la otra en las caderas de Ariel empezó embutir su pinga pulgada a pulgada dentro del culo del chico que se retorcía y gemía, pero Ronald no se detuvo hasta que tocó el culo del muchacho con sus pendejos…
Ariel gemía mientras el otro se servía de su culo, y en el interior Leandro ahora cabalgaba sobre la verga de Danilo mientras este le retorcía los pezones. Con cada empujón que Ronald le daba a Ariel sonaban sus nalgas como palmetazos al chocar el pubis con el trasero, y ambos gemían. Ariel levantó la pierna subiéndola sobre el capot, para así lograr que la penetración de Ronald fuera mas profunda, y sentía el golpeteo de las bolas de Ronald en sus nalgas. El hombre era experto en dar placer y darse placer; se movía suave y luego frenéticamente, sacaba su miembro casi por completo y luego lo hundía todo de una vez, y cuando lo tenía todo ensartado, hacía movimientos circulares que a Ariel hacían delirar de placer. Y así estuvieron por mucho rato, tanto que la oscuridad de la noche comenzaba a alejarse dando paso a los primeros rayos del amanecer…
Como no acababan, Ronald hizo que Ariel se pusiera de espaldas sobre el capot del auto, y echando sus piernas sobre sus hombros se cargó con todo su peso sobre el chico entrando profundamente, y empezó con un furioso mete y saca que tenía a Ariel jadeando… fue tanto que le pidió que se detuviera un momento, pero Ronald se cargó sobre él y lo calló con un beso, luego abrazándolo y sin desenvainar su miembro lo cargó y lo acostó de espaldas sobre el césped cubierto de rocío… y en esa posición siguió con la salvaje cogida que le estaba dando… Ariel ya no daba más y se corrió inconteniblemente y su semen abundante mojo su pecho, el de Ronald y varios chorros cayeron al césped… fueron tan intensos los espasmos que con cada chorro apretaba la verga de Ronald excitándolo al máximo, por lo que no se pudo contener más y se vino dentro de Ariel, refregando su pubis en las nalgas del chico y con cada uno de sus espasmos le hinchaba el esfínter llenándolo de caliente y espesa leche de macho… Ya estaba aclarando, pero se quedaron allí largo rato, hasta que Ronald se lo sacó lentamente, mientras Ariel quedó tendido en el suelo casi sin sentidos…
—…Voy a buscar algo para limpiarnos… espérame…— dijo Ronald mientras estrujaba las ultimas gotas de semen de su verga sobre Ariel. Se subió al auto, pero repentinamente se puso en marcha sólo para detenerse unos metros más allá y arrojar la ropa de Ariel por la ventana…
Este no entendía bien lo que pasaba, y pensó que era una broma, pero al incorporarse, se dio cuenta que a unos pasos tras de él se encontraba un hombre muy fornido, de piel morena, unos cuarenta y cinco años… y llevaba una escopeta… sin duda era el cuidador o el dueño del predio… habían invadido una propiedad privada…
Ariel trató de cubrirse, sintió vergüenza pero más que eso preocupación. El hombre podía hacerle daño, o denunciarlo a la policía…
—…Levántate y ve a buscar tu ropa…— le dijo con voz autoritaria — menos mal que son buenos amigos…
El chico lleno de vergüenza se levantó tapando sus genitales y caminó hasta donde había quedado tirada su ropa, mientras del auto de Ronald no se veía ni el rastro. Pensó en correr, pero recordó el arma que cargaba el hombre. Tomó su ropa e intentó vestirse, pero nuevamente con voz autoritaria el hombre le dijo:
—“Qué haces…!!! Vamos dámela…”— Ariel no tuvo más alternativa que entregar su ropa ante la señal del tipo…
—“… Ahora camina…”— y se dirigieron en sentido opuesto por entre los árboles. Caminaron un poco y al fondo se distinguía algo así como una bodega, o casa pequeña… sin duda era el refugio del cuidador…
No cruzaron palabras durante el trayecto. Por la mente de Ariel pasaban las imágenes de él ensartado por Ronald y pensaba desde qué hora estaba el hombre fisgoneando… o por qué si Ronald se dio cuenta no le dijo para alcanzar a escapar. Pero lo que más tenso le ponía era que el robusto guardián no decía una sola palabra…
Llegaron al fin a la casucha y entraron. Adentro estaba pobremente amoblada: una cama, un comedor y un par de sillas. Un televisor y una radio antigua. Al lado un baño mal aseado…
El hombre dejó la ropa de Ariel sobre una silla y se sentó en la otra mientras lo miraba de cabeza a pies.
—…Qué me hará… ¿me va a denunciar?— dijo Ariel con voz temblorosa, pero el tipo guardaba silencio.
—“Entra al baño y te das un duchazo… estás lleno de mecos…” — le dijo nuevamente con voz fuerte… Ariel temblaba y se llenaba de incertidumbre, qué le haría el tipo; lo echaría a la calle desnudo, lo dejaría allí encerrado o en el mejor de los casos lo entregaría a la policía… pero el hombre tenía pensado otra cosa…
Ariel entró al baño y se comenzó a duchar, lavó su trasero y pujó un poco dejando salir una buena cantidad de la leche que Ronald le había dejado dentro, se tardó un poco y cuando salió, el tipo le arrojó una toalla limpia…
Era un tipo bastante especial; de más de 40 años, no muy alto pero si macizo, con fuertes brazos y piernas y una barriga algo abultada. Su piel morena, con cabellos negros y rasgos casi nativos, pero tenía un detalle muy especial, sus ojos eran claros, pardos, casi verdes que le daban un toque felino a su mirar. Vestía una chaqueta y pantalón deportivo, de esos que se anudan en la cintura, y Ariel había reparado ya en un detalle especial, el tipo tenía un bulto bien grande, de macho maduro, incluso le levantaba bastante la tela del holgado pantalón.
Después de secarse, se quedó parado frente a él, como si esperase instrucciones, o tal vez, que el hombre se apiadara y le diera su ropa…
—… Siéntate en la cama… y cuéntame quien era el tipo que te estaba dando por el culo…
—…Es un tipo que conocí en la Disco… y me invitó a que me fuera con él, pero no pensé en que me traería hasta aquí… — respondió sumiso el chico.
—… Y… te gusta que te den por el culo??? Por lo que vi no lo estabas pasando mal… además el hombre tenía una pinga bien grande…
—… S… Sí… es que…— Ariel no supo como responder
—… Yo hace tiempo que no tengo hembra, así es que… ya sabes lo que viene… verdad?— le dijo el hombre mientras se levantaba y caminaba hasta la cama donde estaba sentado Ariel, desatando su pantalón deportivo y bajándolo hasta las rodillas.
—… Vamos!!! … Cómetela… si sé que te gusta…— le decía tomando su gruesa verga de piel oscura y echando hacia atrás el forro despejando la cabeza… Ariel no tuvo más alternativa que abrir su boca y comenzar a darle sexo oral. Su verga fue poniéndose dura y ganando longitud, no era muy larga pero sí de un grosor considerable, que incluso Ariel tuvo que abrir al máximo su boca para que esta entrara… la empujaba toda en su boca, y la nariz del chico se perdía en la abundante cantidad de pendejos que cubrían el pubis del hombre, y su abdomen estaba también muy peludo…


Poco a poco Ariel comenzó a excitarse, la pija del hombre no sabía mal, y era la primera vez que saboreaba la verga de un tipo mayor. Lo tomó por los gruesos muslos mientras el moreno lo tomaba por la cabeza para indicarle cual era el movimiento que le excitaba… y se excitó mucho, el chico con dificultad tragaba el líquido pegajoso que le inundaba la boca y corría por la comisura de sus labios. Ariel gemía y el hombre emitía sonidos guturales cuando el chico chupeteaba y jugueteaba con su lengua sobre la desarrollada cabeza.
—…Ooohhh… qué rico lo chupas… sigue… sigue que me gusta…— le decía el hombre al joven que estaba también gozando con la verga en la boca…
—…Cómo te llamas… putito…
—…Ariel…— respondió el chico, arrepintiéndose inmediatamente de haber dado su nombre verdadero…
—… El mío es Nahuel… nunca se te va a olvidar ese nombre…
Siguieron largo rato, incluso Nahuel le quitaba la verga de la boca al muchacho cuando sentía que se venía, pero llegó el momento en que ya no pudo aguantar más…
—…Aaahhh… aaahhh… mmmhhh… me vengo… voy a acabar… Ooohhh… abre bien tu boquita que te voy a dar mi leche… Ooohhh…— gemía Nahuel mientras incontenibles y gruesos chorros de espesa y caliente leche de macho inundaban la boca de Ariel, y otros chorros saltaron afuera cayéndole sobre la cara y el pecho… fue una acabada abundantemente espectacular…
Nahuel terminó golpeando las mejillas y barbilla de Ariel con su verga gruesa aún dura, pero antes de que el chico reaccionara, el moreno terminó de desvestirse, y acomodando a Ariel de espaldas lo tomó por las piernas y las puso sobre sus hombros…
—…No… qué haces…— dijo Ariel asustado, sabía que no le sería fácil comerse por el culito esa pinga tan gruesa…
—… ¿Que qué hago?… Te voy a dar por el culo… No me puedo quedar con las ganas… — le dijo Nahuel sin tapujos y comenzó a penetrar el hoyito con su vergota, suavemente, ya que sabía que si era brusco podía partirle realmente el culo al joven. Ariel se quejaba y gemía mientras le entraba el mazote, y se abría las nalgas hasta que lo tuvo todo adentro…
—… Qué apretadito se siente tu culito… lo tienes más rico que la chochita de una puta… Aaahhh… que rico se siente…— le decía Nahuel mientras lo ensartaba una y otra vez… Ariel sentía que se desgarraba, pero le gustaba y gozaba con la verga del moreno peludo en el culo…
Después de un rato en esa posición, Nahuel lo descorchó dejándole el culo muy dilatado, lo tomó de un brazo e hizo que se afirmara contra la muralla, y poniéndose tras de él, lo ensartó de nuevo… era una sensación nueva para Ariel, primera vez que un macho mayor y peludo le llenaba el culo, y se sentía absolutamente sometido entre la pared y el moreno vergón dándole por atrás…
—… Ooohhh… Nahuel… me vas a hacer acabar… — le advirtió el muchacho mientras se jalaba. Pero en vez de evitar la situación, Nahuel aceleró con su mete-saca…
—…Yo también me vengo… ahora te voy a llenar el culo…
Ariel no aguantó más y largos chorros de su semen cayeron al suelo, mientras Nahuel gemía y se descargaba otra buena cantidad de leche en el culo del muchacho…
Nahuel se quedó dentro del chico unos instantes, hasta descargar su última gota y se lo sacó con cuidado… Ariel quedo tan abierto que no pudo contener la leche dentro y esta empezó a correr por la parte interior de sus muslos… ambos jadeaban y a Nahuel incluso le temblaban las piernas…
—Me saqué las ganas contigo muchachito. Se que es muy difícil que vuelvas, pero si quieres volver a verme te aseguro otra cacha que no vas a olvidar…— le dijo Nahuel a Ariel en un tono más complaciente.
Después de asearse, Ariel se vistió… La experiencia no estuvo tan mala, e incluso pensó que podía volver donde el solitario Nahuel.
Después de conversar otro rato, Nahuel acompañó a su nuevo amigo hasta el camino cercano. Se detuvieron cuando una camioneta tocó su bocina y le preguntó a Nahuel hacia dónde iba…
—Acompaño a mi amigo al camino principal, necesita volver a la ciudad…
—…Pues yo voy al pueblo, si quieres te puedo llevar— le dijo amablemente el chofer al chico, que se despidió de Nahuel con aprecio y se subió al vehículo… En el camino pensaba en lo que había sucedido y si sería prudente volver a visitar al moreno y peludo Nahuel… sabía que si volvía tendría que comerse nuevamente la gruesa verga del moreno con atractivos ojos claros…



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ò

7 comentarios:

  1. Que buenisimo el relato. Se me puso la verga durisima y mojadita... Se me humedecio hasta el pantalon de tanto moquillo. Y estoy trabajando...

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  2. Buen relato. Tambien me dejo la verga dura. Termino de escribir esto y me voy al baño a hacerme una paja...

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  3. Uffffff!!
    Cabrón..como me has puesto con tu relato..
    Donde se ha de firmar para vivir esa fantasia?
    Estoy con una calentura muy humeda pajeándome!

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  4. Me he hecho adicto a tus relatos, y.este me encantó.... Ufff! Es real?
    *o* Me corrí dos veces y me quede gpteando de ganas... Me imagino entre esos hombres dotados y guapos. Y leo de nuevo y quiero una experiencia con Nahuel... Me dejo enamorado y deseandolo con locura...

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  5. muy interesante, dos buenas palizadas y chupeteadas de unas buenisimas vergas, se queda satisfecho, pero regresara por mas en unos dias, eso quiero que me pase a mi, te envidio. hasta la proximas. veces dulces y calirntes noches de disco. ARIEL

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  6. qué caliente me has dejado....No paré de pajearme durante todo tu relato....Me encantan los machotes muy peludos como Nahuel...Mis pezones están duros y muy erectos...besos

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  7. Me gusta el relato sería bueno un videito corto

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