Mi tío y la finca de mi abuelo...
Hola
me llamo José tengo 23 años, trigueño, 1.88, con unas nalgas que todos y todas
admiran, me lo dicen a cada rato de forma descarada, con bastante vello en el
cuerpo pero siempre me rasuro...
Esto
pasó cuando tenía 15 años… En vacaciones solía acompañar a mi abuelo a la finca
para ayudarlo con los animales y todo eso... mi tío paterno llegaba todos los
días, puntual a la casa de mi abuelo a las 7:00 de la mañana para llevarnos a
la finca. Algunas veces él se quedaba con nosotros y otras se iba y volvía en
la tarde a buscarnos...
Él
al igual que yo se llama José, tiene 40 años (aunque no los aparenta), mide 1.70,
de piel oscura, con una barriguita típica de todo hombre oriental venezolano, pelo
corto y con canas.
Yo
ya me sentía atraído por los hombres y cuando me iba a la finca de mi abuelo, me llevaba unos short bien cortos
para estar allá y así seducir a mi tío. Luego de la hora de almuerzo siempre
tomaba una siesta y me acostaba boca abajo y me subía un poco los short para
enseñarle las nalgas a mi tío, pues mi abuelo se acostaba a descansar y él
siempre pasaba y yo notaba que se quedaba mirándome, pero no me atrevía a
decirle o hacer nada más.
Un
día hubo una fiesta en la finca y fue gran parte de mi familia. Al caer la
noche ya todos estaban pasados de tragos y a mi tío le tocó hacer varios
transportes, yo me ofrecí a acompañarlo pues él también estaba algo tomado. Era
un carro de esos viejos de los que tienen un solo asiento delantero que caben
tres personas, y en el de atrás igual. Bien, pues yo me senté en el asiento de adelante, con
la intención de que alguien más se montara adelante y así quedar bien pegado a
mi tío. Hicimos como cuatro viajes y en ninguno paso nada, sólo hablamos
bobadas durante el viaje, pero en el último viaje en que ya iba a llevarme a
casa junto con mis abuelos, todo iba normal hasta que sentí que él me agarra la
mano y entrelaza los dedos… yo le correspondí y apreté su mano, en eso él
dirige su mano hasta su entre pierna y para mi sorpresa tenía el cierre abajo y
estaba con el pene erecto y fuera del pantalón. Abracé su verga con mi mano y comencé
un suave movimiento de sube y baja con
mi mano, no pude masturbarlo bien, pues tenía miedo a que nos vieran. Ya cuando
estábamos cerca de la casa, él retiró mi mano y guardó su miembro. Apenas
llegué a la casa fui derecho al baño y sentado en el inodoro me masturbe con
una mano, mientras con la otra sobaba mi hambriento culo… luego en la ducha me
masturbe dos veces más.
Al
día siguiente me llevé una gran sorpresa cuando alguien me despierta, y me doy
cuenta que es él diciéndome:
—"…Despiértate…
no quiero ir solo, acompáñame…"— yo sin decir nada
me desperté, me vestí y me monté en el carro en el asiento de atrás en el cual
me acosté y seguí durmiendo hasta llegar a la finca de mi abuelo.
Todo
el día transcurrió normal hasta que pasó la hora del almuerzo, cuando me
acuesto boca abajo como siempre, él pasa por mi lado y me agarra las nalgas y
me alcanzó a decir:
—“…Qué culo tan
rico te gastas…”— cuando mi abuelo nos llama y nos dice que
recojamos todo, que se siente mal y quiere irse a descansar a la casa… Recogimos
y cerramos todo. Cuando ya habíamos llegado a la casa, mi tío dice:
—"…Coño!!!...
dejé la cartera, voy a tener que volver a buscarla…"— a lo
que mi abuelo me pidió que acompañase a mi tío para que no volviera solo, a lo
que gustosamente acepté… Al llegar a la finca, él va directo al baño y me dice
que lo espere en el carro… así lo hice hasta que escucho que me llama desde una
pequeña bodega cercana al baño… Cuando entro a la bodega, me encuentro que
había colocado un colchón y un cobertor y que él estaba totalmente desnudo. Mis
ojos se clavaron en su negro, cabezón y grueso miembro el cual estaba medio
erecto y debajo estaban sus dos bolas redondas colgando, no muy grandes, con
unos cuantos pelos blancos. Él me preguntó:
—“…Te gusta lo que
ves…”—
a lo que no respondí nada, sino que entré,
cerré la puerta y me quité la ropa… él se quedó ahí echado viéndome
mientras me desvestía y luego me acosté en la cama que él hizo para desvirgarme….
Luego
se acostó sobre mí, muy sutilmente comenzó a besarme con esos labios carnosos
característicos de mi familia (casi todos tenemos labios grandes), así estuvimos
un buen rato acariciándonos y besándonos, luego él me dice que se la chupe, yo
accedí, pues aunque no sabia cómo se hacía, había tiempo que quería saber qué
se siente y apenas metí el glande de su pene en mi boca fue como si me transformara
pues enloquecí y empecé a devorarle la verga… Con mi cabeza subía y bajaba
mientras él sólo me sujetaba por el cabello y soltaba gemidos del placer que le
estaba haciendo sentir. Estuve mucho rato comiéndole la verga, ya me dolía la
mandíbula, pues como dije al principio mi tío lo tiene bien grueso, el me jala
por los cabellos y me sube hasta su cara y me dijo:
—“…lo haces muy
bien, ¿ya lo habías hecho antes?— a lo que le respondí con un beso y
le dije no, eres el primero…
En
eso volvimos a besarnos, pero ya se hacía tarde…
—“…Acuéstate boca
arriba…”—
me dijo y yo le obedecí. Luego puso mis piernas en sus hombros y se escupió el
pene, luego agarró un vaso, metió los dedos y me los pasó por el culo…
—“…Esto es para que
entre mas fácil y no te duela tanto…”— me dijo, luego me
di cuenta que era aceite de cocinar. Y mientras me lubricaba mi culito metió
uno de sus dedos y me dijo:
—“lo tienes bien
cerradito y apretadito… qué rico…”— yo sólo sonreí.
—“…Cógeme…”—
a lo que él sin decir nada acercó la gran cabezota de su pene a mi culo y sin
compasión alguna la metió de un solo empujón,
a lo que yo sentí un inmenso dolor y le grite que la sacara y él así lo
hizo…
Me
dejó descansar por unos minutos y volvió a intentar, pero esta vez fue empujando
poco a poco hasta que logró meterlo todo… igual me dolió, pero esta vez menos.
—“Aguanta un poco a
que tu culo se estire y ahí dejara de dolerte…”— y empezó con el
mete y saca muy despacio y suave, hasta que notó que mi cara cambió y comenzó a
darme bien duro y rápido, parecía un conejo…
—“…Ooohhh… voy
acabar adentro…”
—“…Siii…
Hazme tuyo papi… cógeme duro y lléname de tu leche…”— le dije excitado y casi
gritando, a lo que él reaccionó dándome más duro sus últimas estocadas hasta
que sentí cómo se venía dentro de mí. Al acabar notó que yo tenía mi pene bien
erecto y comenzó a masturbarme. No tardé
ni dos minutos cuando ya me había hecho acabar sobre mi pecho, abdomen y
algunas gotas en mi cara. Luego se acostó sobre mí y me dio un beso apasionado
y largo, el cual fue interrumpido por el sonido de su celular…
Era
mi mamá preguntando si ya íbamos de regreso, a lo que él le respondió que si,
por lo cual tuvimos que recoger todo y vestirnos rápido. Mientras íbamos en el
camino a la casa, yo le dije que me dolía el culo y él me dijo que era normal,
pues no estaba acostumbrado, pero que cuando él empezara a cogerme todos los
días ya no me dolería más... y así como fue como empezó mi adicción por el pene
de mi tío… y luego fue por su culo… pero ya esa es otra historia…
Quisiera que me pasara una historia como la tuya pero con un amigo
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